MI VAQUERILLO Deseo que los que sois de mi edad aue iban a los maestros o maestras que recordeis esta bella poesia de GAGRIEL Y galán: MI VAQUERILLO He dormido esta noche en el monte, con el niño que cuida mis vacas. En el valle tendio para ambos el rápaz su ráquitica manta ¡y se quiso quitar -¡pobrecito su blusilla y hacerme una almohada! una noche solemne de junio, una noche de junio muy clara.- Los valles dormian, los buhos cantaban, sonaba un cencerro, rumiaban las vacas... y una luna de luz amorosa, presidiendo la atmófera diáfana inundaba los cielos tránquilos de dulzuras sedantes y cálidas, ¡Que noches, que noches! ¡Que horas, que auras! ¡Para acerse de acero los cuerpos! ¡Para hacerse de oro las almas! Pero el niño ¡que solo vivía! ¡Me daba una lástima! recordar que en los campos desiertos tan solo pasaba las noches de junio rutilantes, medrosas, calladas, y las húmedas noches de octubre, cuando el aire menea las ramas, y las noches del turbio febrero, tan negras, tan bravas, con lobos y cárabos, con vientos y aguas!... ¡Recordar que dormido pudieran pisarlo las vacas, morderle los labios horrendas tarántulas, matarlo los lobos, comerlo las águilas!... ¡Vaquerito mio! ¡Cuan amargo era el pan que te daba ! yo tenía un hijito pequeño -hijo de mi alma, que jamás te dejé si tu madre sobre ti no tendia sus alas!- y si un hombre duro le vendiera las cosas tan caras!... Pero, ¿que van a hablar mis amores, si el niñito que cuida mis vacas tambien tiene padres con tiernas entrañas? He pasado con el esta noche, y en las horas de más honda calma; me habló la conciencia muy duras palabras... Y le dije que si, que es horrible..., que llorándolo el alma ya estaba. El niño dormía cara al cielo con plácida calma; la luz de la luna puro beso de madre le daba y el beso del padre se lo puso mi boca en su cara. Y le dije con voz de cariño cuando vi clarear la mañana: ¡Despierta ,mi mozo, que ya viene el alba y hay que hacer una lumbre muy grande y un almuerzo muy rico...¡Levanta! Tu te quedas luego guardando las vacas, y a la noche te vas y las dejas... ¡San Antonio bendito las guarda!... Y a tu madre a la noche le dices que venga a mi casa, porque ya eres grande y te quiero aumentar la soldada... José María Gabriel y Galán Este poema se lo dedico a mi padre Teodoro Soler Cambra que se crio sin madre y desde muy pequeño se quedaba solo en el monte.Saludos, Pilar ¡
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