"Güiston gratis" Durante el mes de Abril de 1993, una cantidad variopinta de estudiantes pre-lobotomizados aireaban sus maltrechas psiques deleitando sus paladares con cañas de Cruzcampo a punto de gelación, y banderillas capaces de producir hemorroides al mismísimo Satanás, en la plaza de El Salvador de Sevilla, comentando la inutilidad de poner diez millones de bombillas en una puerta que servía para entrar y salir, y el gasto elevado a la enésima potencia que tendrían que hacer en Peusek los costaleros, penitentes y demás séquito capillita tras las horas de cocción de quesos a fuego lento. Inmersos en aquella diatriba trascendental, una nota discordante comenzó a perturbar aquellos devaneos socráticos: Un chavea de torrente poderoso tirando a crujiente de ternera voceaba su mercancía: "¡Güiston a doscientas!, ¡Güiston a doscientas!", los futuros pringaos laborales empinaron sus antenas y alguno de ellos comenzó a escarbar nerviosamente en el agujero de gusano de los bolsillos de su Levis 501. De repente, un nuevo pregón sacudió la atmósfera dotándola de una carga eléctrica demoledora: "¡Güiston a ciento setenta y cinco!". El chavea de voz turrada se revolvió mirando a la competencia con frenesí y se arrancó zapateando: "¡Güiston a ciento cincuenta!" El estudiante de la mano en el bolsillo comenzó a contar las monedas y dijo: "Ostia, me da para un paquete", pero uno de sus compañeros, con la boca todavía preñada por la inmensidad de la banderilla que dejaba asomar la punta por la comisura de sus labios dijo: "Esgrrrrpera, todaggrrrvia no.", e inmediatamente una nueva cantinela tapó la anterior: "¡Güiston a veinte duros!, ¡Güiston a veinte duros!" El colega sobrino de Joe Cocker tiró la gorra al suelo y señalando con el dedo al contrincante que sonreía con maldad les espetó: "¡Ah sí maricona! ¡GÜISTON GRATIS CHAVALES!, ¡GÜISTON GRATIS!", y media plaza se abalanzó sobre él mientras seguía señalando al otro colega y le gritaba: "Ahora por mamona no vas a ganar un duro: ¡Maricona!", y así el estudiante de pírricos dividendos pudo disponer de un paquete de Wiston americano a la vez que el chavea demostraba el teorema de la proporción cuántica entre la testiculina y los beneficios que ya se recuperarán. |