El exorcismo Están tres curas practicando un exorcismo. Cuándo están en el frenesí del acto, entra en la habitación un vecino algo guasón que los escucha: "¡El poder de Cristo te obliga! Juszh,juszh (hisopazo) ¡El poder de Cristo te obliga!" El cachondón se les queda mirando y les pregunta: "Bueno, yo no es por meterme donde nadie me llama, pero ¿dónde está el poseído?" Los tres curas se santiguan y con cara de iluminados le contestan: "Está en la casa de enfrente". El vecino se rasca la cabeza y habla de nuevo: "¿Y de lejos se pueden hacer esas cosas?" Uno de los sacerdotes se quita la estola malva y le contesta: "La fuerza de la palabra de Dios atraviesa cualquier muro". El paisano no queda del todo contento y se va a la casa del poseído y lo encuentra sentado en un sofá mientras se ríe con una película de los hermanos Marx. Lo observa y le pregunta si está bien, si no nota nada raro. El vecino relajado se pone de pie dejando ver sus dos metros de altura y sus brazos como la torre del oro, y encoge los hombros. El chuscón, se va de nuevo anca los curas, los encuentra musitando cercanos al éxtasis espiritual y les dice: "Yo no sé si estará funcionando lo que estáis haciendo. Ahora, lo que si sé es el por qué no vais". |