Sotiel Coronada - Huelva

¿DESVARIO? (Iº)

Amigo ROMANCILLO, comenzaré diciéndote que siento mucho no haber sido puntual en tus onomásticas, pero te diré que me he acordado de ti en muchas madrugadas cuando los miedos se acrecientan y los sueños vuelan haciéndose realidad y buscan al buen amigo.
Y han sido en estos momentos y en alguna que otra vez en las que he deseado decirte algunas palabras, pero he esperado a que sean otras las personas que te hablen por mí y de esta manera saber hasta dónde tus recuerdos perduran, por eso he querido esperar y ver si se mantienen vivos los recuerdos en los corazones de aquellos que tanto te lloraron. Aun recuerdo los lloros los besos y los abrazos, sobre los hombros de tus padres de aquellos que tanto decía quererte.
Pero yo he querido mantener esta llama viva que arde en las sombras del parque, por eso desde aquel día lo sigo visitando con más frecuencia y sobre todo aquel rincón donde un solitario banco place triste y vacio bajo el nogal donde este se hace sombra y la madroñera compañera.
Cuando los visitantes de fin de semana se marchan de Sotiel y los convecinos se recogen en sus hogares es entonces cuando Sotiel se vuelve solitario, y son en estas tardes cuando yo como Sotiel nos sentimos solos, pero ahora yo en el ocaso de mi vida.
Hace tan solo un par de días me ocurrió algo extraordinario, algo que deseo y debo contaros a todos, algo que me ha hecho profundizar en mis reflexiones y quizás habría hecho poner en serias dudas al más incrédulo.
Todo comenzó en la tarde de un domingo, cuando la noche pisa a la tarde y sobre el cielo de esta mina se corre el velo de la anochecida y en Sotiel se siente y casi se llega a palpar el silencio y la paz, es entonces cuando me vienen los recuerdos, las tristezas y la melancolía y cuando los sueños vuelan haciéndose realidad y buscan al ser querido o al buen amigo.
Fue en una de esas tardes, cuando yo triste y reflexivo me acerqué a la vieja puerta de mi casa cansado y con mi desconsuelo a cuestas. Apoyé un pie sobre el murillo de viejas piedras con tintes de óxidos que parecen llorar sangre. Eché mi último cigarrillo del día como suelo hacer a cada tarde antes de que la luz se vuelva penumbra. Miré el cielo todo enrarecido de nubes rojizas que parecían manar sangre a borbotones tras de las escuelas sobre el monte “el convertidor” que por momentos parecían teñirse de rojo.
Lo miré, no como en otras muchas tardes, esta vez lo hice con angustias pero sin saber realmente el motivo. Terminé mi cigarrillo y me introduje en mi casa con una vaga sensación de desasosiego y congoja.


---unsotieleño---

Pues si sotieleñoo yo tambien espere a que otro que en aquellos dias le escribia comentarios lo hiciera fueron tantos los que lloraban como bien decias fue algo tan duro que poco a poco el timpo se lo yevo no el recuerdo porque eso nunca se ira pero decidi acerlo yo volver a escribir sobre el..y como tu dices si que siento algo muy especial algo que nunca nadie me podra quitar a el a mi gran amigo roman el que se gano mi corazon...como gran amiga suya lo unico que puedo decir que nunca podra existir alguien como el era unico..te qeremos

¿DESVARIO? (2º)
…Cerré la pequeña ventanilla de mi dormitorio, corrí la florida cortina y fui en busca de mis gafillas, mi lápiz y la pequeña libreta, tenía necesidad de plasmar en sus hojas como me hallaba y lo que sentía en esos momentos.
Después de escribir sobre sus hojas durante no se qué tiempo (quizás horas). Cerré mi libreta malhumorado porque después de que intentara leer lo que había escrito en ella en varias ocasiones no pude descifrar nada, todo fue en vano, en todas sus hojas aparecían mis escritos como enigmas incomprensibles para mí.
Arranque las hojas enfadado, porque ni yo mismo pude interpretar (por más que lo intenté) nada de lo que anteriormente había escrito, ni tan siquiera una sola frase era legible, todo era insulso, vacio e insustancial, sin sentido e incongruente, ni una sola palabra escrita era coherente, no expresaban nada de lo que sentí y que tanto me afligía momentos antes y quise reflejar.
Me fui a la cama repleto de una sensación de melancolía y tristeza.
Durante mucho tiempo estuve sobre la cama intentando dormir pero no me fue posible, mi estado había pasado de la tristeza y la melancolía de esa tarde al de ahora que me sentía alterado y tenso, había momentos que sudaba y otras veces sentía como se estremecía mi cuerpo…


---unsotieleño---

¿DESVARIO? (3º)

…miré mi reloj de bolsillo y aunque no era unas horas imperpectivas sí necesitaba relajarme y descansar. Pasado un rato me incorpore y me senté sobre el borde de la cama, las manos y los pies me sudaban, los apoye sobre el desnudo suelo para ver si así me relajaba, pero solo sentí el frio álgido de las lajas, estuve sentado sobre el borde de la cama durante bastante tiempo cavilando sobre lo que me estaba ocurriendo, pensaba que quizás el motivo de todo esto fuese la edad o posiblemente porque me encontraba descansado ya que esa tarde no había dado el paseo al que tan acostumbrado estaba a él. Pero la verdad sea dicha, inconscientemente temí por mí, pensaba que a lo mejor me estaba ocurriendo algo, algo que estaba afectando a mi salud y lo más aconsejable por mi bien fuese avisar a mis vecinos.
Sin dudarlo dos veces me incorporé de la cama encendí la pequeña lámpara de la mesilla de noche y mire el reloj despertador, eran las dos de la madrugada, ya con la luz encendida y los ojos abiertos desistí de ello. Pero quería desechar de mi mente la preocupación por el motivo de este insomnio e intranquilidad.
Pronto llegaría el amanecer y yo estaría sin pegar ojo. Repentinamente sin pensar tome una decisión, de un salto baje de la cama, me coloqué mis calzones, me calcé mis zapatillas y sin pensarlo dos veces abrí la puerta y salí de mi casa tomando la calle abajo sin un destino…


---unsotieleño---

¿DESVARIO? (4º)

…prefijado, quizás para buscar un lugar donde tomar un poco de sosiego y relajo y de paso olvidar lo que por momento venía a mi mente.
Caminé mucho tiempo sin un itinerario determinado, solo deseaba descansar y aliviar el estado de nervios e inquietud en el que me encontraba en esos momentos inmerso.
Vagaba por las calles sin saber a dónde dirigirme e intentaba poner la mente en otro lugar y así de esta forma deshacerme de los malos pensamientos. Caminaba en silencio y en soledad envuelto por la oscuridad de un septiembre frio y algo lluvioso, cuando de repente me hallé en uno de los accesos al parque.
Me detuve sin saber que hacer, mi indecisión hizo que estuviese unos instantes inmóvil delante de la entrada, hasta yo mismo me sorprendí preguntándome que hacia yo a esas horas a las puertas del parque y que pensaría si alguien me estuviese viendo, intente girarme pero no pude, permanecía inmóvil mirando hacia el interior del parque, era como si una fuerza de algo o alguien invisible me sujetara y me impidiera girarme, pero pronto sentí como esta misma fuerza me empujaba hacia el interior, di unos pasos obligados e inseguros, ahora sí percibí que fue algo superior lo que me obligo a darlos. Unos pasos que al principio fueron inseguro y con desconfianza, con temor y miedo quizás también con impedimento a darlos, pero lentamente y algo temeroso caminé hacia la entrada y me introduje por un estrecho pasillo con suelo de lajas y entre setos de cipreses que me dirigieron hacia un viejo, herrumbroso y frio banco que mira de frente a una joven palmera y cercano a un pequeño y triste farol.


---unsotieleño---

¿DESVARIO?—5º

Mire a mi derredor y vi a otros dos cercano también herrumbroso y oxidado como el mío, quede mirándolos y para mi pensé que eran tan viejo y solitarios como yo, también ellos parecían descansar.
Justo es en este banco que descansa bajo el nogal donde se hace la sombra y la madroñera de compañera y frente a esta joven palmera donde se divide el estrecho pasillo por donde caminé en innumerables paseos de idas y vueltas como en espera, no sabiendo bien qué, ni a quién. Pero la verdad es que me sentí aliviado, pensé que quizás fuese por el frescor de la humedad del lugar ya que el suelo se mantiene arropado por el follaje de los arboles.
Ya algo más calmado y sosegado comencé a repasar en mi mente como era antaño esta zona de Sotiel.
Pero repentinamente algo me hizo mirar hacia arriba, hacia las copas de los arboles, no sé bien el por qué lo hice, tal vez buscando un hueco entre la espesura del ramaje de la arboleda y a través de este poder ver un cielo reluciente, radiante e iluminado por infinidades de estrellas o quizás ver la llegada de la aurora. Durante unos instante rebusque entre las copas de los fastuosos arboles, pero no me fué posible, tan solo un pequeño espacio entre el ramaje dejaba entrever un grupillo de estrellas, insistí en mi búsqueda escudriñando entre la espesura y pronto pude encontrar entre las ramas otro hueco mayor que el anterior y a través de este vislumbraba lo que en mi subconsciente quería ver, esta vez pude percibir un grupo de brillantes estrellas y también pude apreciar que entre todas ellas era una la que brillaba más que ninguna otra.


---unsotieleño---

¿DESVARIO? (6º)

Quedé entusiasmado por sus luminiscencias y de cómo cambiaba constantemente de color, su brillo era tal que quedé durante un buen rato totalmente embelesado e intentando adivinar mentalmente cuál sería el próximo color a esparcir.
Durante el tiempo que estuve admirándola, me vinieron, lugares, momentos y situaciones de mi vida ya pasada, unos tras otros pasaron delante de mí, familiares, amigos y conocidos, todos ellos pasaron durante unos instantes compartiendo recuerdos conmigo, disfruté enormemente con y entre ellos.
Pero hubo un momento en el que sentí como tiritaba de frio y noté como mi cuerpo se humedecía, miré hacia el pequeño farol y observé cómo caía una fina lluvia y como esta en unos instantes más tarde se convertía en una suave neblina, que lentamente iba cayendo y abrazando cariñosamente al parque que en estos momentos se había convertido en un lugar maravilloso.
Entre recuerdo y recuerdo, de abrazos, besos y risas se fue pasando el tiempo y con él se fue convirtiendo en niebla lo que al principio era una suave neblina que parecía bajar de los montes cercanos y que más tarde se fue tornando densa y fue arropando y envolviendo apasionada al frondoso y verde lugar que poco a poco se fue convirtiendo en una postal de imagen difusa de color negro sobre un fondo blanco.
La verdad es que en un principio no entendía bien …

---unsotieleño---

¿DESVARIO? (VII)

…a qué se debía este cambio tan repentino e inesperado del tiempo, lo que me hacia estar tremendamente sorprendido, pero a pesar de ello me recree gozando de estos momentos que para mi fueron mágicos.
Pero pronto comprendí que aquella luminiscencia y aquellos destellos de colores que desprendía aquella estrella y que tanto admiraba en el cielo, no era una estrella cualquiera, que era más que un astro y tenia vida propia.
Sentí frio, un frío gélido y fue entonces cuando comprendí el porqué de mi caminar hacia el parque, la fuerza que me impidió girarme y que me empujó al interior de él y el porqué me había sentado sobre aquel banco, solitario, helado y herrumbroso del parque.


---unsotieleño---

¿DESVARIO?— (VIII)


Todo aquello que me ocurrió fue algo prodigioso y entre todos aquellos entrañables recuerdos y amigos que compartí no sé bien durante qué tiempo, pero para mí resultó ser efímero.
De todos los amigos y conocidos que participaron en esta inesperada pero gratificante reunión a los que saludé y con los que compartí compañía y recuerdos, de todos ellos, fue con uno en especial con el que sentí un inmenso deleite, y hasta en la forma de manifestarse fue especial, porque en su presentación sinceramente me pareció como si quisiera jugar conmigo a que yo le identificase, poniendo él todo tipos de impedimentos para no ser reconocido. Sinceramente ahora creo que lo hacía para dilatar el tiempo y de este modo estar más tiempos en mi compañía, cosa que le agradecí por acordarse de mí y volver a acompañarme en mi soledades.
Todo comenzó cuando ya habían pasados todos mis amigos y conocidos y me proponía a deleitarme de todo aquello tan especial que me había ocurrido. Pero inesperadamente frente a mí, allá en el fondo del parque y tras del blanco de la niebla parecía formarse algo, algo que comenzó primero una pequeña oscuridad que lentamente se iba acrecentando hasta formar el trazo de un cuerpo velado que lentamente salía de entre la arboleda y la ahora espesa bruma acercándose hacia donde yo estaba.
Ya cerca de mí y aunque seguía borrosa la figura pude intuir una silueta de una persona, pero no llegue a descubrí su identidad porque su cara era imprecisa e indefinida, aunque vislumbraba a un chico joven y apuesto.
Él, parecía velar sus intenciones tras su sonrisa. Yo, no me atrevía a ponerle rostro de alguien en concreto porque no tenía la mínima idea de quién podía ser por la difícil definición de su silueta.
Recuerdo que llegó caminando tranquilo por el caminillo revestido de lajas entre las verdes gramas, por donde un rato antes yo había paseado con mis recelos. Parecía haber surgido de entre los ramajes verdes de las acacias y de las mimosas ya casi veladas por la niebla.

---unsotieleño---

¿DESVARIO? (VIIII)

Se acercaba hacia mí lentamente mientras le seguía un halo blanquecino y difuso pareciendo todo ello real unas veces e irreal otras.
Él, caminaba parsimonioso y sereno, como queriendo prolongar y dilatar el espacio y el tiempo que nos separaba, su rostro, aunque difuso parecía esbozar una sonrisa que era lo único que me era familiar de este ente, al que yo trataba y deseaba identificar. Se dirigió lentamente hacia el banco en el que yo me encontraba, pero se detuvo a pocos metros frente a mí, y después de un instante inmóvil se acerco y se sentó en uno de los que se encontraban cercanos al mío. Ya sentado y casi de espalda a mí abrió y extendió sus piernas como denotando cansancio, más bien diría yo relajo, al instante se giró mirando hacia donde yo estaba cruzando sus piernas, apoyó su brazo izquierdo sobre el respaldo del banco y una de sus manos asió a la otra.
Entre la penumbra, quizás debido a la bruma o por la tristeza de la débil luz del pequeño farol o por el conjunto de todos ellos, quizás por esa razón no distinguía con nitidez su rostro y menos a sus ojos, pero a pesar de todo ello intuí que su mirada se dirigía hacia mí, además, también creí denotar una sonrisa que parecía eterna. Ahora ya cercano, le observe y examiné con total tranquilidad y aunque difuso pude distinguir su vestimenta.
era una noche de otoño, y sin embargo él tocaba sobre su cabeza una gorra de alargada visera, debajo ella dejaba entrever unos cabellos cortados al mínimo, sobre el lóbulo izquierdo de su oreja dejaba entrever un pendiente con un orondo aderezo, desde su cuello me parecía vislumbrar una no fina cadena, vestía un yérsey blanco con alguna inscripción no legible para mí por estar casi oculta bajo una sudadera abrochada hasta medio pecho por una gruesa cremallera, así como un pantalón también blanco, calzaba unas zapatillas sin atar también del mismo color. Posé unos instantes, quizás minutos mi mirada enfocaba sobre su rostro porque para mí seguía siendo un enigma su sonrisa,
Pero esa sonrisa. Esa sonrisa me era familiar y traía loco a mi anciano cerebro.


---unsotieleño---

¿DESVARIO? (X)

La verdad es que aun sigo pensando si en esos momentos me encontraba dormido o despierto, pero lo cierto es que todo esto que narro os aseguro que lo vi. Pero poco a poco se fue desvaneciendo, disipando ante mis ojos, pero antes de perderlo de vista una frase como una sentencia retumbo en mis oídos con un eco, esta fué la clave para su identificación, las mismas que aún conservo grabada en mi mente, de sus labios salió una advertencia, aquella frase que me solía decir cuando me veía adormecido en las tardes de otoño tomando el sol en el parque
¡Ten cuidado amigo, que con este frio te puedes refriar!
Fué entonces al oír esa frase cuando realmente supe de quien se trataba, quien era el que se escondía detrás de esa figura difusa y de esa sonrisa perpetua y el que se sentó frente a mí en el banco esa madrugada.
De mis pequeños y cansados ojillos afloraron lagrimas que corrieron rápidas entre los canalillos de las arrugas de mi cara, que se fueron confundiendo con la humedad del rocío, no sé bien si de emoción, de pena o alegría. Y también en estos instantes fue cuando supe la razón y el motivo de mi tristeza, mis sin ganas y el nerviosismo de esta excepcional madrugada ya pasada.
Examiné a mi memoria el motivo y el porqué de estos momentos tan sentimentales y especiales para mi persona en esta madrugada, busqué y rebusqué durante rato exprimiendo, estrujando mi memoria y por fin llegue a una conclusión, ¡la fecha! ¡Eso es! ¡La fecha! la maldita fecha en la que estábamos, esa era la razón, era la madrugada del día 30 de septiembre. ¡Maldito septiembre!
Y ahora comprendí el porqué de la madrugada de insomnio, la intranquilidad, el nerviosismo y la tristeza, la hora de mi reloj, mi caminar hacia el parque, la fina lluvia, aquel banco, y tu consejo amigo ROMANCILLO, tu consejo de amigo.
Y supe quien fué el que hizo dirigirme hacia él, hacia el hoy casi olvidado y distante parque que en otros tiempos pasado fuese la alegría en las sobremesas, en tardes de primaveras y de veranos, y como no, lugar de carantoñas arrumacos y de promesas hacia aquel incipiente pero indiscutible amor que no quisiste perderlo y te lo llevaste contigo.
Hoy que han pasado dos largos e interminables años, años de tristezas, de soledad desde aquella marcha sin despedida, de tu marcha sin retorno. Pero tú lo quisiste así, amigo ROMANCILLO, sin despedidas tristes, sin traumas. Lo hiciste lo más parecido a un viaje inesperado.


---unsotieleño---

¿DESVARIO? (XI)


Permíteme mi buen amigo, yo también quiero darte un consejo, y es que seas muy feliz en esta tu nueva vida junto a la niña, aquella que no te la quisiste perder y te la llevaste a lo eterno, lo quisiste, lo habéis querido así, por eso os deseo de todo corazón que todo os sea una eterna felicidad.
Pero sin embargo, amigo mío, te fuiste a donde dicen que habita el olvido, pero te diré que tú te dejaste olvidado para siempre tu recuerdo en Sotiel, y tan lejos te fuiste que para muchos el reloj del tiempo se les paró, y como verás para otros con el tiempo y la distancia se va cerrando poco a poco la ventana de tu recuerdo y hasta los hay que quieren apagar esta nostalgia que sentimos de ti.
Pero como comprobarás amigo ROMANCILLO, aun todavía te quedan amigos y amigas que te echan en falta, te quieren y te siguen recordando, que sufren por ti y por no tenerte, y si me preguntas por qué lo sé, te diré, la edad, amigo ROMANCILLO, en la vida, la edad da la intuición y la sapiencia, por eso mi buen amigo sé que no ha sido a nosotros solos a los que has dejado huérfano de tu sonrisa y de tu cariño.
Quizás también y sin tu saberlo hayas dejado atrás a otras chiquillas amigas que…


---unsotieleño---

¿DESVARIO? (XII)

… aspiraban a que fueran correspondida con tu amor, pero había una especial, una que te amaba de verdad, ¡sí!, la que aún hoy sigue siendo una fábrica de sueños, la que pasa desapercibida para muchos, a la que quizás se le olvidó decirte te quiero, aquella que estando lejos no te olvida aquella para la que tú eras el surtidor de su alegría, la que no quisiera olvidar tu voz, la que con sus labios quisiera comerse tu sonrisa, la que con su mirada hablaba por su boca, aquella que sin tu saberlo estaba pendiente de ti, la que deseaba ser dueña de tu amor, aquella a la que un día unas lagrimas denunció su tormento, la que aún sueña un beso tuyo, la que se pone triste por no poder mirarte a los ojos, la que solo te tiene en sueño, la que se acorrucara en las noches de invierno soñando en abrazarte, para la que la noche es el día, la que te espera cada mañana, la que desea que le hablen de esperanza, aquella que sufre en silencio, la que sueña con volver a verte, esa que suspira cuando piensa en ti, esa que piensa que Sotiel eres tú, la que sueña en recuerdos, aquella que aunque pase los años te echará en falta, la que aun guarda tus fotos y la mira en momentos de ansiedad, aquella que cuando escucha canciones de amor solo piensa en ti, aquella a la que le sangra el corazón, la que en quimeras garabatea con el lápiz tus iniciales o tu nombre, aquella que como a tus padres le acompañaras a lo eterno, aquella que en momentos difíciles y en futuras etapas de su vida te tendrá presente, aquella que aunque forme una familia tú estarás en algunos momentos en su mente, aquella que cuando no sea feliz pensara en ti, aquella niña cuando sea mujer alguna vez pensara si no habría sido más feliz contigo que con él, aquella que tenia tanto amor que darte, aquella que una mañana se quedo esperándote y tú te fuiste sin saber que te amaba, pero a la que con tu ida tú le acompañaras a lo eterno.


---unsotieleño---

¿DESVARIO? (XIII)


Pobre chiquilla, bonita y enamorada, que aun después de pasado todo este tiempo, sigue viviendo, guardando en lo más profundo del alma sus sentimientos hacia ti, sus secretos, sus sueños y porque no, hasta sus reproches.

¿Por qué huiste de mí? ¡Ay quién supiera
componer una rosa deshojada;
ver de nuevo, en la aurora verdadera,
la realidad de la ilusión soñada!
J.R.J.

Estuve sentado, pensando y cavilando durante mucho tiempo en todo lo acaecido en aquella noche maldita, y en lo pasado por sus padres, amigos y conocidos. Y hasta hubo unos momentos en que le pedí que ayudara a sus padres y que consolara a esos corazones que aún laten más deprisa cuando oyen o leen su nombre, a esos corazones que se han quedado huérfanos, rotos y sin esperanzas, y que no escatimara esfuerzos para ellos, porque se lo merecían, y porque su espíritu podía hacerlo.
Ya cercana la amanecida cuando la niebla acariciaba mi cara y pintaba las hiedras de blanca y fresca ternura, abandoné el relegado banco y al ahora otra vez triste parque.
Llegue a mi casa, pero ahora con una sensación de consuelo, desahogo y alivio, encendí la débil lamparita del rincón del comedor, pasé a mi habitación y me tendí sobre mi cama, y aunque estaba en penumbra cerré mis ojos dejándome llevar por los recuerdos de los momentos anteriores vividos, quién sabe si reales, si imaginados o fantaseados, pero para mí vividos. Repasé uno a uno todo lo ocurrido esa tarde y noche y pasaron en pocos segundos todo lo vivido durante la bella y extraordinaria madrugada, mas yo diría madrugada única.
Y aun hoy pienso que aquella noche era el cielo el que quiso hablar por ti.
Quizás algún temprano día, cuando la amanecida derrame su luz sobre la sombra de Sotiel yo también me habré ido, y cuando ya no esté, mi sombra planeara sobre este oasis, y me verán caminando con pasos lentos, vagando con mis penas y mis recuerdos, abrazado a mi soledad, porque así lo querré, como tú has querido esta madrugada estar conmigo amigo.
Y así podré oír tu nombre aunque venga de otra boca y de otra madre y al que llamen no sea mi amigo, ni le veré crecer, como tampoco le llegaré a ver correr por el campo de fulbito ni esperaré a que me dé un consejo como aquellos que tú me dabas.


Para mi amigo, que aunque ha pasado el tiempo le recuerdo y le tengo presente.

¡Qué tristeza de olor de jazmín! El verano
torna a encender las calles y a oscurecer las casas,
y, en las noches, regueros descendidos de estrellas
pesan sobre los ojos cargados de nostalgia.
J.R.J.


---unsotieleño---

Ne perdez vos jours ni à pleurer vers le passé ni à pleurer vers l´avenir. Vivez vos heure, vivez vos minutes. Les joies sont lesw fleurs que la pluie va ternir ou qui vont s´effeuiller auvent.


---unsotieleño---