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Rosal de la Frontera - Huelva

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España > Huelva > Rosal de la Frontera
30-09-11 07:55 #8834791
Por:encina diego

Pensad en vuestros ancianos y respetadlos.
Contaban hace muchos, muchos años,escuchaba a los mayores lo que sucedió en Villaescusa con un padre y un hijo, no recuerdo sus nombres, en cuya familia se repetía el mismo caso de generación en generación.
Resulta que en esa familia, cuando el abuelo ya no servía para trabajar o empezaba a andar con dificultad, el hijo lo cogía, lo subía a la borrica y se lo llevaba al asilo de Belmonte.
No sé si el suceso es real o no. Puede ser que quien se lo contó a mi tía hubiera leído la historia en algún libro, o que le hubiera llegado por tradición oral, el caso es que se trata de algo que mucha gente conoce en el pueblo.
El hombre que llegó a viejo en la historia de mi tía, caminaba todos los días con su bastón por el pueblo y aunque al hacerlo arrastraba un poco los pies, no por eso dejaba de recorrer las calles cada mañana. A esas horas en que los jóvenes estaban trabajando en los campos, los chicos en la escuela y las mujeres haciendo las cosas de la casa, él caminaba silencioso, recorriendo cada calle, pasando revista a cada esquina y cada rincón, fijándolos en la memoria, seguramente para poder recordarlos luego cuando ya no pudiera moverse.
Ya estaba para acabar el verano, cuando un buen día el hombre se despertó con una angustia en el estómago. No sabía de qué se trataba, pero intuía que ese día no iba a ser igual a los otros. Se asomó por la ventana y miró hacia la torre de la iglesia. Los vencejos estaban acurrucados en la veleta, en la parte Norte. No, se dijo, hoy el viento no va a venir de ese lado.
Las aves le mostraban el tiempo que hacía antes de salir a la calle. En invierno, si se arremolinaban en la parte sur, es que venía el viento del Norte y entonces era mejor no salir sino querías helarte. Pero todavía quedaba mucho tiempo para que llegara el invierno. Sin embargo, sentía algo así como frío dentro del cuerpo.
Se levantó como todos los días y tomó su tazón de leche solo en la cocina. Afuera, su hijo lo estaba esperando.
-Venga padre que nos vamos.
Desde que viniera de la guerra no había salido del pueblo. Entonces no se estilaba lo de las vacaciones. Las personas se divertían allí mismo, sin tener que ir a ningún sitio.
Todo lo más salía para alguna boda, para algún entierro o para la Feria de Belmonte.
El hombre de nuestra historia había vivido en esa casa, que había construido con sus propias manos, toda su vida. Hacía mucho tiempo que ya no iba a las bodas ni a la Feria. Sólo había un lugar al que su hijo pudiera llevarlo.
El nudo en el estómago se hizo más grande. No dijo nada. En silencio se fue acercando a la borrica, al lado habían puesto una silla para que pudiera subirs.
Miró en las aguaeras y vio un anafre de aceite a un lado y al otro un saco de trigo. Mucho menos de lo que hubieran gastado en él en lo que le quedaba de vida.
Luego la nuera salió con un hato de ropa y lo colocó encima, sacó también la pelliza y le pidió:
- Póngasela usted, que a lo mejor hace frío.
Todavía no había llegado el otoño y la mañana había amanecido soleada. Conforme entrara el día iba a hacer más calor. La prenda aquella no tenía sentido en un día como aquél.
Tuvo el presentimiento de todo lo desagradable que se avecinaba pero no quiso pensar. Subió a la silla que el acercaba el hijo, puso un pie sobre la aguaera derecha y subió la otra pierna hasta colocarse a horcajadas sobre la burra.
Todavía podía hacerlo. Aunque ya no fuera al campo todavía tenía la fuerza suficiente para subirse sobre la caballería. No con la ligereza de antes, claro está. Ya llevaba un tiempo que para subirse necesitaba la ayuda de una silla.
La nuera se metió dentro rápidamente. No le dio tiempo ni a decirle adiós. Tampoco pudo decirle que se pasara la prenda aquella, que la guardara para el nieto.
- Venga padre ¿estás bien sentado?
La nuera se preocupaba de que pudiera tener frío, el hijo de que fuera bien sentado. ¡Cuantas atenciones últimamente!
Bajaron la calle, desierta a esas horas, hasta la Puerta el Cerezo.
Salieron a la carretera, el hijo caminando delante y la burra detrás con el padre montado.
Pensó en su nieto que se iba a despertar en un rato y no le iba a encontrar allí. En el gato, al que no le iba a poder echar más raspas, en su silla que estaría vacía esperándole junto a la ventana.
Caminaron en silencio.
El hijo, a veces, se quedaba detrás y azuzaba a la burra, con el ramal, para que anduviese más aprisa.
-¿Está cansado padre? ¿Quiere que paremos un poco?
- Sí hijo, no me vendrá mal estirar un poco las piernas.
Había por allí unas piedras cerca de un puente medio derruido. El hijo acercó la borrica y el viejo descabalgó la montura.
Se sentaron a liar un cigarro.
El hijo sacó su cajetilla y el padre su vieja petaca.
-Ande, padre, fúmese uno de estos
-No hijo, A cada cual lo su época. A mí me viene mejor liarlos.
Con toda la parsimonia del mundo, desmenuzaba las hebras entre los dedos de una mano, mientras en la otra esperaba el papelillo desplegado para recogerlas y envolverlas.
Se mascaba un silencio denso que ninguno se atrevía a romper.
El hijo sacó otro cigarro que encendió con el que estaba a punto de terminar. El padre, en cambio, recién acababa de empezar el suyo

- En estas piedras lié yo el último cigarrillo con mi padre antes de llevarlo al asilo.
Como movido por un resorte, al escuchar estas palabras el hijo se levantó, tiró al suelo el cigarro a medio fumar y con voz entrecortada, sin mirarlo a la cara, le dijo a su padre:
-Venga suba, que se me he olvidao algo en casa.
Dieron la vuelta y la burra tiró en dirección al pueblo.
Desde entonces en esa familia, cuando el abuelo ya no puede caminar se sienta en una silla en la puerta de su casa y ve pasar a la gente. Algunos se paran y él les cuanta historias llenas de sabiduría. Porque desde que ya no trabaja tiene más tiempo para discurrir y se dedica a indagar el porqué de las cosas.
Puntos:
01-10-11 18:30 #8843760 -> 8834791
Por:juan21

RE: Pensad en vuestros ancianos y respetadlos.
Preciosa historia Diego, me acabo de despertar de la siesta y es un deleite comenzar la tarde con un relato como este.Salud para seguir poniendo en el foro de Rosal cosas tan interesantes como estas.
Puntos:
02-10-11 10:35 #8846260 -> 8843760
Por:encina diego

RE: Pensad en vuestros ancianos y respetadlos.
gracias juan,seguire colocando,aunque poca gente entra en el foro.
Puntos:
04-10-11 01:05 #8859714 -> 8843760
Por:conchita badia

RE: Pensad en vuestros ancianos y respetadlos.
diego eso que escribes es la realidad es lo que nos va a pasar a todos en unos años si no morimos en el intento haora me doi cuenta que vale la pena a veces entrar en el foro besitos manolo y conchi
Puntos:

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