Palos de la Frontera - Huelva

Democracia real YA

Francisco Camps ha sido absuelto. No podemos dejar de lamentar una decisión que vuelve a comprometer la imparcialidad de la Justicia española. Pero no podemos olvidar que el famoso caso de los trajes no es sino la punta del iceberg de una extensa trama de corrupción que afecta a toda la Comunidad Valenciana. Sea por un Tribunal o por la Historia, esperamos que Camps algún día sea castigado por dejar la región que gobernaba en manos de una banda de ladrones y por haber condenado a la ruina a las próximas generaciones de valencianos.

es lo que tiene dejar la justicia en manos de un tribunal popular cuyos miembros son legos en derecho.

Si lo hubieran condenado "la justicia es imparcial y hace lo que debe", si lo absuelven "la justicia es un cachondeo"

Moraleja: "la justicia es buena si dictamina lo que yo digo que es la única verdad verdadera" ....

Si ej que no pué sé ... y ademá no dá pá má.

A ti la justicia humana debería darte igual porque como te riges por la justicia divina....
¡¡Justicia despolitizada Ya!!

Hasta los mas lerdos en leyes palerma, votan a favor del que manda, esa es una verdad que existe desde el principio de los tiempos.

Lo que he dicho, y el comportamiento de paleño lo demuestra, si la justicia no sentencia lo que yo pienso o digo, la justicia es un cachondeo ... enga yaaaaaa.

Eso es lo ke pasa por dejar al jurado popular yo era lo que me esperaba no me somprende en absoluta pero la verdad es que me importa un pepino

Curioso que sólo hables de leyes cuándo te interesa. Aquí si vale la ley, pero en el tema del aborto no, verdad?. Es que además eres Dios para decidir lo que está bien o mal?.
Lo que mas me gusta es la moraleja que has puesto, que es 100% aplicable a ti.

Perdona, es que el aborto es INTRÍNSECAMENTE matar, te pongas como te pongas, es MATAR y punto. Y desde el punto de vista humano es un ASESINATO ya que se da muerte a alguien sin que se pueda defender, y además a alguien totalmente inocente.

Es que no son comparables ambas cosas, y si tratas de hacerlo eres además una mala persona.

ojú que duro tiene que ser vivir creyendo que todo el mundo a tu alrededor es mala persona...

Yo no creo que todo el mundo sea mala ni he dicho que lo sea, he dicho que quien trate de comparar los hechos que hemos comentado antes poniendo una cosa a la altura de la otra es mala persona, porque matar es de malas personas. Nada más.

Que si, que eres poseedor de toda la moral, de toda la verdad y ahora además, eres capaz de amenazar a la gente con denuncias tan sólo porque te han demostrado que no se puede ser tan hipócrita.
La ley sólo cuándo te interesa, para todo lo demás, abortar es asesinar, pertenecer a los nazis (obligado, que pena) y matar a todo aquel que se ponía por delante no era asesinar, era que estaba obligado, jajajaja, me río de ti y de todos los que veis las cosas como tú.

Un jurado en el salón de los Camps:
Cuando se supo quién era el portavoz del jurado, se escucharon suspiros de alivio. El de la tez morena, la nariz aguileña y la melena aplanada hacia la nuca carraspeó y se lanzó con énfasis a la lectura del veredicto. "Va bien, va bien", tranquilizaba Francisco Camps a los suyos. "No culpable", leyó el portavoz y la sala estalló. Fue el último gesto de este jurado al expresident y su entorno. Una relación que pertenece a la intrahistoria del juicio y que está cosida con el finísimo hilo de una empatía difícil de disimular.

Resulta complejo concluir cuándo se produjo el primer saludo, el primer guiño, pero la actitud del portavoz no ha pasado desapercibida a nadie. Su desaprobación ante las tesis de las acusaciones ha sido tan explícita como su identificación con las de la defensa. Ni una nota tomó cuando fiscales y acusación popular presentaron sus conclusiones finales. A la mañana siguiente, transcribió a mano las cinco horas del informe de Javier Boix, el abogado de Camps. La secretaria judicial hubo de proporcionarle más folios ante el regocijo del público. Los 21 puntos del veredicto de inocencia son un calco de los argumentos de Boix, que alertan sobre una confabulación de fiscales, jueces y policías contra Camps, dirigida por el sastre José Tomás, y que definen como mera "relación mercantil" las impúdicas conversaciones entre el molt honorable y Álvaro Pérez, el Bigotes, cabecilla de la Gürtel en Valencia.

"Es común que en los jurados populares alguien con madera de líder arrastre al resto", comentó ayer a Público un prestigioso miembro de la judicatura. Esta norma podría aplicarse al juicio de los trajes. El jurado portavoz desdeñó pruebas incriminatorias durante la fase documental y desplegó una creciente influencia sobre los jurados más cercanos, quienes solían consultarle los apuntes de los tomos. En la fase testifical, dedicó tardes enteras a mirar al público hasta generar vínculos que pudieron ir más allá de los límites de la sala. En una ocasión, a pocos metros de la puerta del tribunal, saludó y estrechó la mano de una de las incondicionales de Camps y asidua al juicio desde el primer día.

Esta complicidad sólo puede entenderse bajo la tupida atmósfera creada por los afines al expresident durante la vista. Un ambiente inhóspito e intimidatorio en el que se han escuchado insultos a los testigos poco favorables a Camps, a fiscales, al abogado de la acusación popular e incluso al magistrado Juan Climent. Una estancia convertida en salón de casa de los Camps, cuya familia impedía sentarse a nadie en la primera fila. "Está reservada", gruñían si alguien intentaba acceder. Y cuando detectaban entre el público a algún desconocido o sospechoso lo escrutaban con la severidad de quien siente invadida su propiedad privada. "Ya están aquí, ya están aquí", murmuraban con desprecio cuando llegaban periodistas de medios de comunicación progresistas. "Sois unos mier...., llegó a espetarles la mujer de Camps, Isabel Bas, durante un receso.

Un entorno hostil, casi subversivo, que a menudo fluctuaba hacia la lástima. La que intentaban hacer sentir al jurado por los acusados. La prueba más evidente se vivió con la exhibición del hijo pequeño de los Camps el 2 de enero, sentado en la segunda fila, el rostro entumecido y la mirada cartilaginosa del padre desde el fondo del banquillo. Una escenografía doble con el objetivo de avivar la misericordia del jurado, que durante 27 días ha presenciado la insistente ceremonia del llanto y el insulto, del derrumbe y la resurrección.