Jabugo - Huelva

PSOE-A: el poder absoluto corrompe absolutamente

Llamemos al pan pan y al vino vino. Andalucía necesita como el comer que los socialistas sean sacados del poder: por el bien de esa región y por el bien de España.

La tropa de Chaves, Griñán, Gómiz, Guerrero y demás mariachis ha probado sobradamente la máxima de Lord Acton: "el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente". Después de tres décadas se ha llegado al límite de las mentiras, los cuentos, el despilfarro, la deuda y la corrupción del PSOE.

¡30 años, sí, 30! Porque cuando los socialistas tomaron el poder en Sevilla los ordenadores personales todavía pesaban 20 kilos, Steven Spielberg estrenaba ET, Silvester Stallone se convertía en Rambo y en España la estrella era naranjito, como me recordaba el otro día el perspicaz y pundonoroso tuitero @CarlosSerratoB. O sea, la pura prehistoria. Y desde esa prehistoria de la democracia, Andalucía se ha ido al garete.

El PSOE se encontró medio millón de parados y ahora esa cifra va para el millón y medio. El PSOE ha llevado al 55% el desempleo juvenil y a casi el 35% el femenino. La pura ruina y la pura estafa. Hoy casi 200 cargos socialistas están inmersos en procesos judiciales por corrupción. ¡200 cargos públicos!... y los que quedan.

Pero el problema de la degeneración en el uso del poder no se ha presentado en solitario. A los ciudadanos se les ha engañado como a chinos. Se les prometió que los hospitales públicos, todos, tendrían habitaciones individuales. Se les anunció que la Junta de Andalucía pagaría vacaciones gratis y un salario para las amas de casa. Se les aseguró que se pondrían ascensores gratis en aquellos edificios que tuviesen tres plantas. ¿Y qué ha quedado de toda esa filfa? ¡Nada, era filfa!

A los andaluces la familia socialista les ha tomado por id...as o, lo que es casi peor, por menores de edad. El poco previsible fracaso de Javier Arenas representaría la propia quiebra moral de una sociedad que necesita la regeneración como el comer. Ha llegado el momento de usar las papeletas para decir ¡basta ya! Conociendo cómo se las gastan los del puño y la flor, o ahora o nunca.

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