Hinojos - Huelva

Estado de alarma... en el PSOE
El problema del PSOE son los controladores, porque los controladores se fueron y no han vuelto

MANUEL CONTRERAS

Día 11/12/2010 - 23.13h

El problema del PSOE son los controladores, porque los controladores se fueron y no han vuelto. Los controladores del partido, quiero decir. Si Pepiño Blanco siguiese cortando el bacalao en Ferraz, toda la destreza, decisión y arrojo que ha exhibido para zanjar el caos aeronáutico nacional podría aplicarla a la torre de control de su partido en Andalucía, donde hace tiempo que no se atisba una autoridad competente. Pero ni antes la risueña Leire Pajín ni ahora el atribulado Marcelino Iglesias parecen advertir que algo está fallando en el aeropuerto más importante del país. Y alguien debería recordarles que si hay alguna posibilidad de que Zapatero vuele hacia su tercera legislatura, ese avión debe partir ineluctablemente de una pista de despegue andaluza.
Se podría estar de acuerdo o no con el Gobierno de Manuel Chaves, pero nadie podrá objetar que bajo su mando no había duda sobre el tráfico aéreo del socialismo andaluz. En la torre de control de la sede del partido estaba Luis Pizarro, y en el partido no despegaba ni una avioneta sin el visto bueno del controlador supremo. Los aeropuertos provinciales estaban dominados y era impensable que ningún controlador malagueño o gaditano sacase los pies del tiesto.
Llegó Griñán a la Junta y ya conocen la historia. El nuevo presidente advirtió enseguida que sin dominar el partido no podía gobernar en Andalucía, y reclamó también el sillón de la torre de control. Chaves accedió a regañadientes y se quedó pasmado cuando vio que Griñán sustituía a sus expertos y curtidos controladores por unos becarios animosos pero con muy pocas horas de vuelo. Y se temió lo peor.
Desde entonces, todo se ha complicado en el PSOE: el jefe de los controladores dejó un buen día la torre para volver a su casa de Córdoba; los aeropuertos de Almería y Cádiz quieren actuar por su cuenta, en el aeródromo de Sevilla el personal está dividido y enfrentado... Mientras, los usuarios —los votantes— esperan en las salas de embarque sin saber muy bien dónde va el vuelo de la nave socialista. Pero la mano dura de la que ha presumido el Gobierno con los controladores de verdad no la aplica en su propia casa. Y mucho ojo, porque con las encuestas que están saliendo, si en algún sitio hay que declarar el estado de alarma es en el PSOE de Andalucía.

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