Higuera de la Sierra - Huelva

Rayón era un cerdito regordete y gracioso.Con sus padres pasaba las tardes paseando por la dehesa, que era su casa.Corría tras los saltamontes,se pegaba topetazos con los alcornoques y comía las bellotas que caían de ellos. Tenía un vestido a rayas porque su mamá decía que era la ropa que llevaban los jabatos pequeños, pero no le gustaba ,porque sus compañeros de colégio se reían.
Sus dias favoritos eran el sábado y el domingo porque no tenía que estu-diar y es que a Rayón no le gustaba ir al Cole.
-¡Rayón...es la hora del baño...!
El jabato corría rápido donde su madre le esperaba con la esponja en la mano(la hacia su papá con ramítas de hinojo y romero).
Tenia varias bañeras pero su favorita era una charca grande y soleada,al
lado de la Encina Mágica,la que tenia las bellotas mas grandes y dulces
que nadie hubiera visto jamás.
Con las hojas jugaba a hacer navegar barquítos que luego hundía tirán-
dole chinotillos,pataleaba,hacia piruetas,se revolcaba...era feliz.
Pero llegó el lunes,palabra que odiaba porque significaba ir al colegio ,allí se sentía solo y nadie jugaba con él.
-¡Eh,Rayón,otra vez vienes con el traje de presidiario!,fíjate en mí´,
mi pelo es suave y dorado,mis pezuñas son blancas y me sirven la co-
mida en bandejas plateadas;yo no como bellotas y gusanos como tu.
Esto lo decía un cerdito que nació en EEUU, en un pueblo llamado N.Jersey.
En el pupitre delantero se sentaba Ibérico,un cerdo elegante de pelo oscuro y brillante, con unas patas finas y de pezuñas negrísimas.
-Yo soy Ibérico,el mejor,el mas guapo,como yo no hay otro y no quiero que nadie se me acerque y menos un presidiario sucio como tú.


Mañana cuento el resto.