Encinasola - Huelva

Tom: Como eran tanto los palos que tocabas en tus comentarios, paso a dar respuesta a otra serie de ellos.


¿SOMOS MÁS EXTREMEÑOS Y PORTUGUESES QUE ANDALUCES?

Andalucía fue conocida durante siglos como “Los cuatro Reinos”. Se le llamaba así porque esos eran los reinos que había en ella. Uno de ellos era la Gran Provincia de Sevilla, que de las dos formas era llamada Reino o Gran Provincia.
De este último Reino formaban parte, en su zona noroeste las poblaciones de Fregenal, Higuera, Bodonal y ENCINASOLA. Las tres primeras poblaciones son actualmente extremeñas, pero fueron parte de Andalucía hasta noviembre de 1830, que fue cuando Javier de Burgos llevó a cabo la división en provincias que actualmente podemos contemplar.
Decir que estos tres pueblos son extremeños es una realidad y si a alguien se le ocurre aseverar que son más andaluces que extremeños, puede antojarse a cualquiera una tontería, pero al que esto afirma no le falta razón, pues fueron andaluces desde el siglo XIII hasta el XIX. ¡Ya llovió!
En esta zona de la frontera a la que nos estamos refiriendo, el último bastión de Portugal fue, durante siglos, el castillo de Nodar. Este castillo está muy cerca de Encinasola, pero no creo que hayan sido muchos los marochos que se hayan acercado a él. Cuando digo que no creo que hayan sido muchos los que han podido acercarse a él me refiero durante las últimas décadas, pues hasta el siglo XV, como mínimo, los marochos no sólo se aproximaron a esta fortaleza, sino que no fueron pocos los que dejaron su vida frente a sus enormes murallas. Es un paraje de una gran belleza, que merece una visita. Está justo en la confluencia de los ríos Ardila y Múrtiga.
El poderoso castillo de Nodar fue conquistado por Castilla en tiempo de los Reyes Católicos y la intervención de los marochos en esta conquista está fuera de toda duda. Fueron nuestros abuelos quienes repoblaron parte de aquellas tierras, pero esta repoblación no sólo tuvo lugar en el siglo XV, sino que, posteriormente, cuando a la sombra del castillo se formó Barrancos, también los marochos (este es mi gentilicio) contribuyeron a la formación de su población.
Y tú te estarás preguntando ¿A qué viene todo esto? Pues viene a que como se puede ver, nunca fuimos ni extremeños ni portugueses, pues tuvimos una barrera por el norte que nos separaba de Extremadura y contribuimos a la formación del pueblo portugués que nos une a Portugal por el sur. Digo que nos une porque considero que Barrancos es un punto de unión. Tenemos tan poco de portugueses que, como bien sabes, ningún marocho habla portugués, sin embargo, todos los barranqueños hablan español. También Barrancos nos ha aislado de cualquier tipo de influencia portuguesa, pues los barranqueños son tan marochos como los marochos mismos.
Durante toda mi vida he sido testigo de que las comunicaciones de Encinasola con el exterior se han realizado a través de Fregenal, sin embargo, antes de que se abriera esa carretera teníamos caminos que nos enlazaban con Aroche, las Cumbres, Jabugo, etc. Es más, aunque se salía del pueblo en dirección a Fregenal, el destino era siempre Sevilla. Allí se dirigían los que se encontraban enfermos, los privilegiados que podían estudiar, los comerciantes que iban a comprar género y los que se dirigían a otros lugares (Madrid, Levante, Cataluña, etc.). Había quien se acercaba a la feria de Sevilla, nadie iba a la de Badajoz. Sevilla era el punto de destino deseado por los que hacían la mili, pues era el que se consideraba más cerca de casa. ¡Más cerca que Huelva! Ver bailar sevillanas y a mujeres vestidas de faralaes ha sido algo rutinario a nuestra mirada.
¿Cómo justificas esa aseveración que haces de que somos más extremeños y portugueses que andaluces?


PASOTISMO

Al principio de mis comentarios dije que había puntos en los que estaba totalmente de acuerdo contigo, y ahora llego a uno de ellos.
No todo lo que escribes es odio, como creo que alguien ha dicho. No te veo tan mal. Lo que veo es que escribes con rabia y sin meditar tus palabras. En el fondo de ellas creo que es fácil descubrir amor por Encinasola. Yo creo ver en tus comentarios signos de que te rebelas contra la situación de dejadez que reina en el pueblo. Te lamentas de que Encinasola no haya sido capaz de prosperar como lo han hecho los pueblos vecinos: Fregenal, Higuera, Cumbres y, sobre todo, Barrancos.

Leo una frase que dice: “…el pasotismo del marocho es evidente a cada paso que se da en Encinasola y con cada encuentro que se hace “…que se le va a hacer… “…si Dios quiere…”
El pasotismo. Tienes toda la razón, como también la tiene ¡Y de qué forma! el que firma como Oriundo en un comentario del día 29 de marzo.
Este último comentario no tiene desperdicio. Es imposible una mayor descripción en tan pocas líneas y sin herir ningún sentimiento, algo que todos deberíamos tener en cuenta, no herir los sentimientos ajenos.
“Un pueblo condenado a cien años de soledad... La sombra de Caín se pasea por sus calles… Cuando entre todos hayan acabado con el pueblo y éste no sea más que un recuerdo en la nostalgia de los románticos, se dirá que aquello fue bonito mientras duró”
Lo que más me sobrecoge es que hasta suena bonito. ¡Lo escribiste muy bien, Oriundo!
Pasotismo. El caso es que mi recuerdo de Encinasola no es ese. Yo recuerdo un pueblo resignado, sufrido, acostumbrado a lo poco, pero, pasota NO. Cuando empezó a sonar esa palabra en “El Picón” (siempre hemos de recurrir a “El Picón”) me costaba asimilar la idea.
Encinasola nunca fue un pueblo pasota ¿Cómo puede llamarse pasota a un pueblo que en unos años en los que la industrialización era escasa contaba con una fábrica de harina, cinco almazaras, el mejor taller de mecánica de toda la provincia, no menos de cinco talleres de carpintería, un mayor número de herrerías, zapaterías, sastrerías, sombrerería, empresas dedicadas al transporte, etc.?
Encinasola fue un pueblo con gente emprendedora que empleaba su dinero en montar industrias a sabiendas que iban a contar con mano de obra para ponerlas en funcionamiento. Fue un pueblo en el que se daban las dos condiciones necesarias para crear trabajo. Dinero y mano de obra
Opino que un pueblo así no puede ser acusado de ser pasota.
Sin embargo, hubo un momento en el que se invirtió la situación. Cuando España empezó a abandonar la agricultura y la industria iniciaba con fuerza su andadura, nuestro pueblo no encontró quien fuese capaz de ponerse al frente del mismo y crear aquellas industrias de transformación de nuestros productos que hubieran frenado la “huída generalizada”. Fue el momento decisivo. Los pueblos que lo hicieron fueron capaces de reducir la fuga de sus vecinos. Lo que yo llamo EL ÉXODO.
Aquellas personas que consideraron que con que se quedasen en Encinasola los que guardaban los cerdos y las ovejas era suficiente, no se dieron cuenta de que incluso esos iban a desaparecer. Y desaparecieron.
Decir esto ahora es fácil. Y disponer lo que otros podían haber hecho con su dinero también es fácil.
Las cosas podrían haber salido bien. Las industrias podrían haber funcionado perfectamente y ahora el pueblo sería conocido por sus jamones, como lo es Jabugo. Su aceite sería valorado y buscado en los hipermercados; algún tapón de corcho podría verse coronando los golletes de los buenos vinos; los dulces tradicionales, perrunillas, magdalenas, prestines, borrachos, piñonate, etc. se venderían en media España. Pero también podría haber habido un fracaso. Nunca lo sabremos. Lo cierto es que nada se hizo, excepto ver partir la Estellesa y el coche de Correos cargado de marochos que buscaban una vida mejor.
En aquellos momentos, la situación hizo que los marochos tuviesen que alejarse del pueblo. Sus hombres se vieron obligados a dejarlo todo y a empezar de nuevo para poder abrirse camino en la vida. No quedó un rincón en el mundo al que no llegase un marocho. Y la verdad es que no fue nada fácil.
Salir a la aventura, sin un rincón en el que cobijarse y con los bolsillos vacíos, no es nada apasionante. Marochos en Alemania, Bélgica, Finlandia, etc. sin saber escribir y con sólo el doctorado de manejo del arado. Ese fue el panorama ¿Puedes imaginar lo que fue aquello? Todavía hay en el pueblo quien se enterró en minas belgas y en duros trabajos en Alemania. ¡Habla con ellos! Estoy seguro de que después de escucharles les mirarás de otra manera.
En la actualidad, Encinasola es un pueblo que no encuentra el norte. Cada día es menos, y lo peor es que parece que nadie hace nada por evitarlo y, por añadidura, da la impresión de que si alguien lo intenta no encuentra el respaldo necesario.
La gente va tirando. Pero va tirando mucho mejor que antes, pues ahora se llega a fin de mes, cuando antes no había ni para empezarlo. Tal vez esté ahí la razón del pasotismo
El razonamiento que puede dar lugar a esta situación puede ser: “Nuestros abuelos se partieron el pecho para pasar miserias. Ahora, con menos esfuerzo, nosotros vivimos mejor. Dejemos la cosa como está, que no nos va tan mal.
¡Acabar con el pasotismo! Eso es bastante difícil. Invertir la situación requeriría crear las condiciones para ello.
Entiendo tu rabia al ver que el pueblo se desliza hacia la despoblación de los que nacieron en él mientras que aumenta el número de los que llegan con el único propósito de pasar los fines de semana, sin ningún apego, sin ningún interés por todo lo marocho.
Yo siento lo mismo que tú. La diferencia entre los dos es que mis años me han enseñado que las palabras no son suficientes para cambiar a nadie. Hace falta que alguien con poder haga algo. Lo que cambia a las personas son las acciones, no las palabras.
Está bien que muestres tu ira, pero hazlo de forma más comedida, menos agresiva. Trata de no ofender a los demás. La verdad es que, de esta situación, todos somos culpables.
¿Por qué no nos preguntamos qué podríamos hacer entre todos para que el pueblo despertara?