Cabezas Rubias - Huelva

Son las fechas de los buenos deseos, de concedernos el cielo rubiato el alivio de las penas. De romper lo imposible con noche de estrellas – como en el mes de Agosto -. Los deseo merecen la pena, pues a nada y ni nadie estamos obligados a remar contra corriente, y enbarrcarnos en las cunetas de la vida.
La tranquilidad de espíritu es el provecho que miramos de sacar y tener cuando estamos en Cabezas Rubias. ¿Cuándo no estamos?... No hay que caer en el dolor que nos da más dolor, añadiendo pena a la brevedad de nuestros instantes. Desde siempre hemos enmudecido, y recibimos todos los días consejos de los eruditos que están a nuestro alrededor. Son palabras, consejos que nos hacen vestirnos con el hábito que nos gusta, como puede ser no vagar con el no puedo.

Cabezas Rubias nos ofrece la amistad, el acierto de todos los que nos han precedido y tenemos los resultados en nosotros mismos. Queremos ser rubiatos – con nuestra gente – aunque estemos en otro lugar. Seguro que el espacio y el tiempo nos hacen encerrarnos horas hasta poder entrar...

Un corazón no se improvisa, no es saber contar, no es tener más bienes materiales. El corazón es el amor, la esperanza y padecer. Son esencias desmedidas de nosotros mismos, de cumplir siendo breves y preguntándonos por la hermosura y las cosas sencillas. Cabezas Rubias, remanso de paz, de entendimiento necesario para apremiar el esfuerzo, y abrir puertas. Saber que hay razones que nos deben empujar – a todos – a no ser arrogantes, a buscar el camino detrás del Molino de la Divisa, cerca del Andevalo, añorando el pasado. Ahora me acuerdo de Diego El Médico, de hace infinitos años. Sin duda, era y es uno de sus lugares preferidos.

Muchas veces pienso en que la aventura es la aventura, pero puede más el poder que el querer. La experiencia es recibir más improperios y cargas a unas espaladas cansadas. Es más de lo mismo, seguro que es la vida que no es vida...

Cuantas fotos vas añadiendo Antonio a esta ventana. No es la que faltaba, es la ventana donde están los mejores. Los que llaman y tienen la puerta “fechada” y seguimos llamando. Así somos algunos rubiatos. Nos emocionamos al nombrar a Cabezas Rubias, y buscamos fotografías con el alma, escritos y palabras que muchas veces nos ahorcan. La imaginación está en el puerto de las lágrimas – las pasadas y las actuales - . Las otras lágrimas quedan fuera. ¿Volver a la tierra? … es tratar que la libertad sea un objetivo principal cuando hay cadenas. Los pensamientos para Cabezas Rubias están en lo más alto, en el término que nos han arrebatado. Seguro que necesitamos corrientes nuevas, más pozos para calmar la sed, muchas cosas que no se pueden comprar con el oro. El interés que hay que pagar es demasiado alto. Hay que rescatar los descuidos que tenemos; sopesar los aciertos – que también los hay -. Todo es posible en Cabezas Rubias. Me miraré en el espejo de la ilusión; creyendo que somos fuertes, abriendo la puerta del alma rubiata. Esperanza... de borracheras sin alcohol.

Hasta luego Platero, Juan Ramón, rubiatos... Cabezas Rubias no es un lugar – es un espacio – para que los sueños de los rubiatos se hagan realidad.

Antonio Alonso