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Bollullos Par del Condado - Huelva

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07-02-14 00:13 #11841640
Por:No Registrado
Mercadona
Esther Vivas | Público

Mercadona no es solo una cadena de supermercados, es mucho más. Mercadona significa poder. Y al frente, su fundador y presidente Juan Roig. Sin embargo, más allá de la imagen de empresa familiar, que crea empleo en tiempos de crisis, que cuida de sus trabajadores, su trastienda esconde una realidad poco conocida, y aún menos publicitada: financiación partidista, explotación laboral, desaparición del pequeño comercio, ahogo del campesinado, alimentos kilométricos. Esta es la otra cara de Mercadona.

Ni la crisis ha sido impedimento para que Juan Roig, un hombre hecho a sí mismo -como le gusta presentarse, se haya convertido en la segunda fortuna del Estado español, según la revista Forbes, con un total de 5.800 millones de euros en su bolsillo. Nada más y nada menos. Un patrimonio que atribuye a la “cultura del esfuerzo”, a la que acostumbra a apelar. Su receta para salir de la crisis es sencilla, solo se trata de una cuestión de esfuerzo: “La crisis durará más o menos años dependiendo de si cambiamos nuestra actitud y pensamos más en nuestros deberes y menos en nuestros derechos”. Aceptar la reforma laboral, imagino, debe formar parte de este esfuerzo.

Mercadona ha sabido sacar como ningún otro supermercado partido de la crisis. Desde 2008, sus ganancias han aumentado un 58%, consolidándose como el número uno de la gran distribución alimentaria. En 2012, sus ventas anuales fueron de 19 mil millones de euros, más del doble que su seguidor directo Carrefour. Y su cuota de mercado: 21%, prácticamente la misma que suman juntos Carrefour, Dia y Eroski, según datos de Kantar Worldpanel. ¿Su “receta mágica”? Según la empresa: siempre precios bajos, comercio de proximidad, etc. Sin embargo, hay una parte de la “receta” que suele “olvidar”.

Juan Roig comparecía, esta misma semana, en la Audiencia Nacional por los ‘papeles’ de Bárcenas, la “presunta” contabilidad B del Partido Popular (PP). Unos ‘papeles’ que señalan al magnate de los supermercados y apuntan a supuestas donaciones de Mercadona al PP por valor de 240 mil euros. Juan Roig, ante el juez Pablo Ruz, lo negó todo. Aunque, admitió donativos a la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), del expresidente José María Aznar, por un valor total de cien mil euros en 2005 y 2012, y otra de cantidad similar a la la fundación Mujeres por África, de la exvicepresidenta del Gobierno por el PSOE María Teresa Fernández de la Vega. Así, todos contentos. Juan Roig declaró, también, haberse reunido “cinco o seis veces” con el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. No en vano, según una encuesta de Ipsos, 2013, se trata del tercer empresario más influyente, detrás de Emilio Botín y Amancio Ortega.

Modelo alemán

Mercadona ha hecho siempre gala de contratos estables, salarios por encima de la media del sector, formación y apuesta por la conciliación entre la vida familiar y laboral. No obstante, el mismo The Wall Street Journal alababa el “modelo alemán” de la empresa y lo consideraba la clave de su éxito: condiciones de trabajo flexibles y salarios ligados a la productividad. Lo que no parece lo más adecuado para conciliar la vida personal con el trabajo ni lo mejor para una remuneración estable. De hecho, el mismo Juan Roig, como presidente del Instituto de la Empresa Familiar, que agrupa a un centenar de empresas líderes en su sector, ha exigido reiteradamente la “necesaria” flexibilización del mercado laboral, la reducción del coste del despido, el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, el traslado de los festivos entre semana a los lunes a fin de evitar “los puentes” y la desvinculación de la subida salarial al aumento del IPC. Todo claro, pensando en los trabajadores.

Las denuncias a Mercadona por abusos laborales son múltiples y vienen de lejos: despidos improcedentes, política antisindical, presión extrema sobre la plantilla, dificultades para obtener la baja, acoso. En 2006, empezó un largo conflicto en el Centro Logístico de Sant Sadurní d’Anoia, encargado del abastecimiento de los supermercados de Catalunya, Aragón y Castelló, cuando varios mozos de almacén comenzaron un proceso de auto-organización frente a los atropellos de la empresa con el apoyo del sindicato CNT. La respuesta de Mercadona no se hizo esperar: tres empleados a la calle. Esto desencadenó una larga huelga de marzo a septiembre de 2006. Muchos otros son los casos que se podrían contar. Solo añadiremos uno más: el de Francisco Enríquez, siete años en un Mercadona en Málaga, despedido en octubre de 2013 tras ser elegido delegado sindical de CGT. A menudo, la realidad desmiente el marketing.

Adiós fruteros

La desaparición del pequeño comercio es otro de los “daños colaterales” de la proliferación de los supermercados. Aunque desde Mercadona afirman que allá donde se instala uno de sus establecimientos se desarrollan varias tiendas a su alrededor. Sin embargo, yo diría que se instalan muy a su pesar. Y no se trata de cualquier tienda sino de fruterías que aprovechan el insípido y envasado producto fresco que vende Mercadona para ofrecer una alternativa a los clientes de la cadena. El propio Juan Roig lo dejaba claro al afirmar que alrededor de cada Mercadona “no hay ningún colmado pero hay ocho fruterías”. Y añadía: “Sin ir a Harvard sino a ‘Harvacete’, los fruteros son más listos que nosotros”. ¿Cuál es su objetivo ahora? Ni colmados ni fruterías en las inmediaciones de Mercadona. La empresa lanzó, a finales de 2013, una nueva estrategia para vender directamente productos frescos.

Campesinos, ganaderos y proveedores tampoco están muy satisfechos con Mercadona. Sindicatos agrarios como COAG han denunciado varias veces como el proceso de concentración de los supermercados en pocas manos favorece su enriquecimiento a costa de la reducción de ingresos de los agricultores y ganaderos. En junio de 2013, campesinos canarios concentrados a las puerta de un Mercadona en Las Palmas de Gran Canaria regalaron ocho toneladas de patatas para denunciar los precios de miseria que les pagaba el supermercado, por debajo del gasto de producción. Según COAG Canarias, las grandes cadenas de distribución entran en “guerras de precios” para ganar cuota de mercado y esto “lo pagan los que están al principio de la cadena”.

No se trata de un caso puntual. La Unións Agrarias y la Asociación Sectorial de Criadores Avícolas de Galicia denunciaron, en agosto de 2013, ante el Consello Galego da Competencia como siete supermercados vendían el pollo por debajo del coste de producción y prácticamente al mismo precio. La Unións Agrarias acusaba directamente a Mercadona de “liderar” el pacto de precios: “Si Mercadona varía 10 céntimos el precio, las demás superficies no tardarán en hacerlo”. Lo que pone en una situación “muy difícil”, añadían, a las casi 800 granjas existentes en Galicia. Juan Roig dice que Mercadona quiere “dignificar el trabajo del agricultor, pescador y ganadero de nuestro país” y defiende que “ganaderos y agricultores tienen que ganar dinero”. Las palabras, sin embargo, se quedan en papel mojado.

Alimentos kilométricos

Los alimentos en Mercadona, ¿de dónde vienen? Un informe de Amigos de la Tierra señala que si los alimentos que compramos llevaran un contador, la media de kilómetros recorridos antes de llegar a nuestro plato sería de 5.000. Mercadona, la mayor cadena de supermercados, no debe ser una excepción. El sindicato COAG denunció, en marzo de 2009, el acuerdo entre Mercadona y la empresa portuguesa Sovena, cuyo principal accionista es uno de los yernos de Juan Roig, para plantar olivar y producir aceite de oliva en Portugal y el norte del Magreb, deslocalizando la producción.

Y es que ni la famosa orxata valenciana parece ser ya de Valencia. La Unió de Llauradors destapó, en abril de 2013, que la orxata comercializada en Mercadona no llevaba el distintivo de Denominación de Origen con lo cual, muy probablemente, la xufa original venía de África, con la consiguiente explotación laboral de sus productores y el impacto medioambiental de dichos alimentos “viajeros”. Mercadona lo negó, pero no pasó a etiquetar sus productos con esta denominación, como sí hacen otros supermercados, por lo tanto el origen de la xufa es desconocido. Asimismo, se han detectado, también, en Mercadona naranjas etiquetadas como valencianas pero con origen en Argentina, calabazas de Panamá, pescado congelado africano o de América del Sur, así como otros productos con muchos kilómetros a sus espaldas.

Mercadona invierte miles de euros en cuidar su imagen. “Supermercados de confianza”, nos dice. ¿Seguro?

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07-02-14 12:50 #11841959 -> 11841640
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Pues yo todas la opiniones que escucho hablan muy bien de mercadona.
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18-02-14 09:00 #11872075 -> 11841959
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Marcos Navarro | Diario de Teruel

“Vivimos en un mundo que genera hambre en un planeta de la abundancia”, puso de manifiesto ayer [12/02] en Andorra la activista por la soberanía alimentaria Esther Vivas. No en vano, según datos de la ONU “hay comida para alimentar a 12.000 millones de personas -casi el doble de la población mundial-, mientras que uno de cada siete seres humanos en el mundo pasa hambre”.

“Nos dicen que este modelo es el que permitirá alimentar a un mayor número de personas pero, con las cifras en la mano, queda demostrado que genera hambre”, ahondó Vivas, que ayer dio la segunda conferencia del ciclo de charlas del Centro de Estudios Ambientales (CEA) Ítaca de Andorra con motivo del quinto aniversario de su apertura. “Es la cara más cruenta, el ejemplo más claro de que este sistema no funciona”, sentenció la investigadora en políticas agrarias y alimentarias.

Para Vivas, “llegamos a esta situación porque actualmente son unas pocas empresas las que acaban monopolizando la producción, la distribución y el consumo de alimentos”, las cuales “anteponen sus intereses de ganar dinero con la comida en lugar de priorizar el acceso de las personas a la misma”. Entre otras empresas, la activista por la soberanía alimentaria culpabilizó a Nestlé, Monsanto, Kraft, Mercadona, El Corte Inglés o Alcampo. “Son las que deciden qué comemos y las que monopolizan el sistema”, reiteró.

La catalana, también licenciada en Periodismo y diplomada en estudios superiores de Sociología, rechazó que las causas del hambre en el Tercer Mundo tengan que ver exclusivamente con fenómenos meteorológicos, sino que “muchas veces tienen causas políticas” y son “consecuencia del expolio de recursos naturales que se ha llevado a cabo en estos países”. Puso como ejemplo a Haití, estado azotado brutalmente con un terremoto hace cuatro años “que necesita comprar alimentos a multinacionales extranjeras” cuando “en los años 70 producía suficiente arroz para dar de comer a toda su población”. Sin embargo, “desde entonces y hasta hoy, las políticas de liberalización comercial impuestas por instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o la Organización Mundial del Comercio (OMC) han erosionado la capacidad productora de este país”, denunció.

Agricultores “en extinción”

Vivas aseguró que las grandes superficies “tienen un peso muy importante a la hora de decidir qué comemos o qué compramos”. “Muchas veces utilizan productos reclamo a los que baja el precio, pero el consumidor acaba adquiriendo mucho más de lo que tenía previsto de otros productos que no tienen por qué tener un precio tan bajo como imagina el cliente que va a comprar atraído por la oferta”. La activista cargó contra Mercadona y otras grandes superficies por “vulnerar los derechos sindicales en sus centros” y les acusó de “pagar precios muy bajos al campesinado y de vender productos que vienen de la otra punta del planeta, cuando estos mismos se producen aquí”. Y todo ello “para conseguir productos a un precio competitivo”. En toda esta vorágine, afirmó Vivas, “los campesinos son los que más salen perdiendo” porque, “ya sea aquí o en países del Sur, “se paga un precio muy bajo por los alimentos y, a veces, incluso por debajo del coste de producción”. Sin ir más lejos, los olivareros del Bajo Aragón denuncian campaña tras campaña que las grandes superficies utilizan el aceite como producto gancho.

Como consecuencia, “los agricultores están abandonando y, en el Estado español, el porcentaje de población activa que trabaja en el campo representa entre entre un 4 y un 5%”, por lo que “podemos decir que el campesinado está prácticamente en peligro de extinción”.

Venta directa como solución

Como alternativa, la activista sugirió que los consumidores se agrupen en cooperativas para “comprar directamente” al agricultor y al ganadero. De esta forma, se articularía “un nuevo campesinado como opción laboral y de vida en un contexto de crisis”.

Pero además, “si queremos comer bien son necesarios cambios políticos”, dijo Vivas, quien aseguró que Aragón “es hoy una de las principales puertas de entrada de transgénicos” al país, ya que “se están cultivando variedades prohibidas por la Unión Europea”. La investigadora aseguró que este tipo de alimentos producen “impacto medioambiental, contaminación” y representan “un peligro para la salud”.

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18-02-14 09:09 #11872083 -> 11872075
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Esther Vivas | Público

El amor se ha convertido en objeto de marketing. San Valentín es el mejor ejemplo, el día de los enamorados. Todo vale para hacer negocio y poner precio a lo que sentimos. Una rosa roja es la sublime expresión de ese amor, convertido en mercancía. Millones de rosas son comercializadas el día de San Valentín. Pero, ¿de dónde llegan? ¿Cómo han sido cultivadas? ¿Por quién? La mayor parte vienen de Kenya, Etiopía, Colombia y Ecuador, los mayores exportadores hacia la Unión Europea. Su origen poco tiene que ver con la imagen idílica que buscan representar. La precariedad laboral, la mala salud de sus trabajadores, el impacto en el medio ambiente es lo que se esconden.

Las mujeres son la principal fuerza de trabajo en estas “maquilas” del Sur global. Mujeres que no reciben rosas sino que las producen de sol a sol por salarios de miseria y en condiciones laborales extremadamente precarias. En las plantaciones de África del este y de Colombia, se calcula que pueden llegar a trabajar hasta 15 horas al día para cubrir las exigentes demandas de los clientes, según el informe Amargo florecer de War on Want. En Colombia, representan el 65% de la mano de obra, la mayoría migrantes rurales, y en Kenya el 75%. Sus salarios son de miseria. En Kenya, la retribución es de unos 33 euros al mes, y no da para cubrir necesidades tan básicas como la alimentación, la vivienda, el transporte. A menudo, son obligadas a trabajar horas extras sin remuneración, de negarse pierden el empleo. La temporalidad es la moneda de cambio.

La presencia de sindicatos independientes es casi inexistente. Las condiciones laborales precarias dificultan la organización sindical y aquellos que lo intentan acaban siendo amenazados y acosados por la empresa. En Colombia, según War on Want, se calcula que menos de un 5% de los trabajadores forma parte de un sindicato; en Kenya, la cifra oscila entorno el 16-17%; y en Etiopía es igual a 0. Las empresas de flores, además, tienen un largo currículum de persecución sindical y de creación de sindicatos patronales.

La salud de la plantilla, y en especial la de las mujeres, se ve fuertemente perjudicada por el uso sistemático de agrotóxicos. Alergias, irritaciones de piel, dolores de cabeza, problemas respiratorios, desmayos son algunas de las consecuencias. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud advierte de un necesario intervalo de 24 horas entre la aplicación de pesticidas y la entrada en el invernadero, estas precauciones no se cumplen. Se calcula, según War on Want, que sus trabajadores están expuestos a un total de 127 pesticidas distintos, el 20% de los cuales prohibidos en Estados Unidos por considerarse cancerígenos. Asimismo, según el Instituto Nacional de Salud de Colombia, las mujeres que trabajan en estos cultivos sufren la mayor parte de los abortos, partos prematuros y malformaciones congénitas que se dan en el país.

Capítulo aparte merece el impacto medioambiental. El cultivo de flores necesita de grandes cantidades de agua, lo que genera una fuerte competencia entre el “consumo” de agua para las flores y para las personas u otras tierras de cultivo. De este modo, regiones como la Sabana de Bogotá en Colombia, donde se concentra la industria de la floricultura, sufren graves problemas de abastecimiento de agua, y esta tiene que importarse de otras regiones. Lo mismo sucede en distintos países exportadores de flores. Además, la no alternancia de cultivos impide la regeneración del suelo y lo agota y el uso indiscriminado de pesticidas contamina la tierra y el agua. Sin contar, el impacto de unas flores que viajan miles de kilómetros hasta llegar a nuestros hogares. La competencia con la agricultura es otra de las consecuencias de esta producción. En Colombia, como recoge el informe Las raíces de la flores de la campaña No te comas el mundo, en las regiones donde hoy se cultivan claveles, rosas, crisantemos y dalias, antes se plantaba trigo, cebada, maíz, patata y hortalizas. Actualmente, el monocultivo de la flor ocupa extensas latitudes a costa de la seguridad alimentaria de las personas, el aumento del precio de productos básicos y la expulsión de campesinos de sus tierras.

Unas rosas que perpetúan aquí un arquetipo de amor romántico basado en la supeditación de la mujer al hombre. Las flores de San Valentín, más allá del marketing, expresan la subordinación de un sexo al otro e imponen un amor normativizado y heteropatriacal. No sólo el dolor de quienes son explotados kilómetros allá esconden dichas rosas sino el de quienes ciegamente, como cupido, creen en un ideal imposible generador de dolor, amargura y dependencia.

Las rosas de San Valentín nos prometen amor, pero ocultan afiladas espinas.

*Artículo en Público.es, 14/02/2014.

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18-02-14 12:14 #11872306 -> 11872083
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Mercadona ofrece sus productos a un buen precio y eso está demostrado.
Tal vez sea la la envidia cochina de la competencia que se quieran cargar a ese centro comercial. Por otra parte no sé a qué viene el rollo ese del aborto y otras lindezas que nos ha largado el forero del ladrillazo anterior.
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26-03-14 05:37 #11947020 -> 11872306
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Cristina Fernández | Ecoavant

La periodista Esther Vivas denuncia que “la búsqueda del lucro a toda costa de unas pocas multinacionales explica que el sistema produzca más alimentos que nunca y, a pesar de ello, genere hambre”. Afirma que “las crisis económica y ecológica están íntimamente ligadas” y considera que el capitalismo “se viste de verde” para hacernos creer que la tecnología resolverá el calentamiento global. En su opinión, cambiar de modelo no es una utopía, pero depende de un esfuerzo colectivo: “Si solo no puedes, con amigos, sí”.

¿Quién decide qué comemos?

Unas pocas multinacionales que controlan cada tramo de la cadena agroalimentaria: desde las semillas, pasando por la transformación de los alimentos, hasta su distribución y comercialización. A partir de la llamada revolución verde, a lo largo de los años 50 y 60, vimos cómo se llevaron a cabo unas políticas llamadas de ‘modernización de la agricultura’ que sirvieron para dejarla en manos de estas empresas y hacer que el campesinado dependiera de ellas, con el argumento de que así se producirían más alimentos. De este modo, le quitaron al agricultor la capacidad para poder decidir qué cultivaba y controlar su producción, y se cedió la misma a las empresas.

Las semillas se han convertido en un negocio en manos de compañías como Monsanto, DuPont, Sygenta o Pioneer. Y, en el caso de los supermercados, es todavía más evidente. En el Estado español, siete empresas controlan el 75% de la distribución: determinan qué compramos, qué comemos y qué precio pagamos por lo que consumimos. Y tienen esta influencia tan grande sobre nosotros como consumidores, pero también sobre los campesinos, que para conectar con nosotros tienen que pasar cada vez más por los canales de la gran distribución, con todos los condicionantes que les imponen. ¿Qué siete empresas controlan el 75% de la distribución? Carrefour, Mercadona, Eroski, Alcampo, El Corte Inglés y las dos principales centrales de compra, que aglutinan a otras cadenas: Euromadi e IFA.

Frente a ello emerge el concepto de soberanía alimentaria. ¿Qué es lo que reclama?

Implica un planteamiento totalmente antagónico al dominante. Reivindica el derecho de los pueblos, de la gente, de las comunidades, a decidir sobre aquello que se produce y que comemos. La demanda surge precisamente para hacer frente al control de unas pocas multinacionales que anteponen sus intereses particulares a las necesidades de la población. La búsqueda del lucro a toda costa de las mismas es la que explica que hoy el sistema produzca más alimentos que nunca en la historia y que, a pesar de ello, genere hambre; que nos acabemos alimentando de productos que vienen desde la otra punta del mundo; que se pierda diversidad agrícola y que desaparezca el campesinado…

¿Cuál es la alimentación del futuro que impulsan las grandes multinacionales que controlan el sector?

Buscan una alimentación más uniforme. Es decir, que comamos lo mismo en todo el mundo. La propia FAO reconoce que cada vez se producen menos variedades de fruta y verdura: en concreto, durante los últimos 100 años ha desaparecido el 75% de estos alimentos. Lo vemos claramente a la hora de comprar en el supermercado, donde existe una gran diversidad de alimentos para escoger, pero hay las mismas marcas en un establecimiento y en otro. Esta uniformidad también tiene un impacto sobre nuestra salud porque, si nuestra alimentación depende de unas pocas variedades agrícolas y ganaderas, ¿qué pasaría si a éstas las afectase una plaga o una enfermedad? En España, por ejemplo, el 98% de las vacas lecheras son de una misma raza, la frisona, que es la que se demostró más productiva. Es la lógica del modelo: promover las variedades que se adaptan mejor, los alimentos que puedan resistir un viaje de miles de kilómetros y llegar a nuestra casa en perfecto estado…

Y los transgénicos…

Hay una apuesta clara de la industria por los mismos, y por un modelo agrícola adicto a los fitosanitarios y a los pesticidas químicos que tiene un impacto muy negativo sobre el medio ambiente, además de plantear claros interrogantes sobre su efecto en nuestra salud. Hay informes como el del doctor Gilles-Éric Séralini que han demostrado en ratas de laboratorio el impacto de los transgénicos en la generación de tumores cancerígenos y, por tanto, creo que hay suficientes elementos encima de la mesa para que prime el principio de precaución, que de hecho es el que se aplica en la mayor parte de países de la Unión Europea donde los transgénicos están prohibidos. No aquí en el Estado español, pues es el único país de la UE que cultiva maíz transgénico a gran escala, el MON810 de Monsanto, principalmente en Cataluña y Aragón. El problema es que consumimos transgénicos de manera indirecta a través de la carne y derivados porque todo el pienso que alimenta a los animales es transgénico.

¿Qué alternativas hay al modelo dominante?

Vivimos en una sociedad donde tendemos a menospreciar lo que consumimos, en la que no se valora la alimentación y en la que se promueve lo bueno, bonito, barato y rápido. Por tanto, en primer lugar, tendríamos que preguntarnos qué hay detrás de lo que comemos, revalorizar la alimentación y a quienes producen los alimentos, a los campesinos, que en general han sido estigmatizados como ignorantes para justificar que se dejen las decisiones en manos de unas empresas que acaban haciendo negocio con nuestro derecho a alimentarnos. Tras tomar conciencia, debemos preguntarnos, ser críticos e intentar ver más allá del discurso hegemónico que nos dice que esta agricultura es la mejor, que los transgénicos son la solución al hambre en el mundo. Y si consideramos que hace falta alimentarnos de otra manera, hay que pasar a la acción, y esto implica apostar por un consumo de alimentos de proximidad, de temporada, ecológicos, formar parte de iniciativas colectivas que promueven estas prácticas, como grupos y cooperativas de consumo, e ir a comprar directamente a los agricultores.

¿Está el consumidor preparado para el cambio? y ¿se ha iniciado ya?

Los horarios laborales son a menudo incompatibles con la vida personal y familiar y hacen difícil dedicar tiempo a cocinar, a alimentarnos bien. Pero, en definitiva, también es una cuestión de prioridades. Muchas veces se critica la agricultura ecológica por ser cara cuando en realidad todo depende del lugar en el que compres los alimentos, porque en un grupo o cooperativa de consumo no son tan caros. Y, en cambio, no tenemos en cuenta este argumento cuando tenemos que renovar el vestuario o comprar un nuevo gadget tecnológico. Creo que, poco a poco, las cosas están empezando a cambiar, aunque hay que pasar de este interés individual por comer sano a otro más colectivo y político.

¿Qué papel tiene la crisis ecológica y climática en los movimientos sociales actuales?

El movimiento social más importante de los últimos años, y que ha significado un punto de inflexión en el contexto político y social actual de crisis, fue el del 15-M, que emergió el 15 de mayo de 2011 con la ocupación de varias plazas por todo el Estado y que nos devolvió la confianza en el nosotros, en que la acción colectiva puede cambiar las cosas. Y que integró algunos elementos de crítica al insostenible modelo de producción actual.

Pero es cierto que, hoy, la agenda ecológica y medioambiental prácticamente no tiene presencia en buena parte de los movimientos sociales más importantes de nuestro entorno. Esto se debe a la ofensiva de recortes contra nuestros derechos más elementales. La crisis económica y social es tan profunda que se acaba priorizando la cobertura de una serie de necesidades básicas como no perder el trabajo, no perder la vivienda, que no recorten la sanidad y la educación. Los temas más generales, como los medioambientales, no se perciben como inmediatos y parece que quedan muy, muy lejos cuando, en realidad, la crisis climática es el elemento diferencial de esta crisis múltiple del sistema capitalista con relación a otras anteriores. Porque es justamente la que pone de manifiesto que, o cambiamos el modelo de producción, distribución y consumo, o las perspectivas de futuro son muy negativas. El cambio climático pone claramente en jaque la cotinuidad de vida, tal y como la conocemos hoy, en el planeta.

¿Ayuda la economía verde a aplacar la movilización?

Ante la crisis ecológica y climática hay una ofensiva por parte del capital y de las grandes multinacionales para abordar el problema desde un punto de vista tecnológico, y se dan soluciones técnicas a un problema que en definitiva es político. El capital acaba mercantilizando las emisiones de gases de efecto invernadero a través de los mercados de carbono, nos dice que hace falta producir petróleo verde y, por tanto, apostar por los agro o biocombustibles… El capitalismo se viste de verde y nos quiere hacer creer que la tecnología nos permitirá evitar este precipicio al que nos abocamos, cuando en realidad es todo lo contrario.

¿Qué podemos hacer para no caer en él?

En primer lugar, sería importante que los movimientos sociales incorporasen a su agenda los temas que tienen que ver con la crisis ecológica y alimentaria. Y, más allá de esto, hacen falta cambios políticos. En general, el discurso de las instituciones hace caer la responsabilidad sobre el consumo, el reciclaje, en el individuo. Así, lo vemos campaña tras campaña en los medios de comunicación, cuando el problema es de modelo. No tiene sentido que para salir de la crisis lo que se haga es subvencionar la industria del automóvil cuando eso generará más impacto medioambiental: habría que apostar por el transporte público. Pero vemos como en un contexto de crisis económica se apuesta por la industria automobilística mientras se encarece de una manera cada vez más aberrante el precio del transporte colectivo. Todo esto nos muestra como crisis económica y ecológica están íntimamente ligadas y que aquellos que están en las instituciones básicamente buscan hacer negocio beneficiando al sector privado.

Muchos tachan sus ideales de utópicos…

Muchas veces, a todos aquellos que quieren cambiar las cosas les llaman utópicos, pero tal vez es más utópico pensar que los que nos han conducido a esta crisis nos sacarán de la misma, que la banca que nos ha llevado a esta situación de bancarrota colectiva renunciará a sus privilegios para sacarnos de ella. Los que hacen negocio con este empobrecimiento generalizado no renunciarán a una serie de políticas económicas y sociales que les están proporcionando grandes beneficios.

¿Es optimista respecto al futuro?

Sí, y creo que hace falta serlo. Y ser optimista no quiere decir ser naíf. Hace falta analizar la crisis: quién sale ganando, quién sale perdiendo y, a partir de aquí, ver qué podemos hacer. Es necesario que nos organicemos, plantear alternativas desde la base y proponer, también, alternativas políticas para desafiar a aquellos que desde hace muchos años utilizan la política como una profesión en función de sus intereses. Hay que ser optimista porque la resignación, la apatía y el miedo es justamente lo que busca el sistema… Es imprescindible la confianza en el nosotros, no resignarnos, perder el miedo y, sobre todo, actuar colectivamente. Cada uno, por nuestra cuenta, no podremos cambiar nada pero, como se decía en el programa de televisión La Bola de Cristal, “si solo no puedes, con amigos, sí”. Es justamente uno de los leitmotiv que deberíamos tener presente en esta crisis.

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Esther Vivas (Sabadell, 1975). Periodista e investigadora de movimientos sociales, políticas agrícolas y de alimentación. Defiende posiciones alternativas que abogan por la soberanía alimentaria y el consumo crítico. Es autora de varios libros sobre estas temáticas, algunos de ellos traducidos al francés, portugués, italiano y alemán, como Sin Miedo (escrito junto a Teresa Forcades), Planeta indignado. Ocupando el futuro (coatura junto a Josep Maria Antentas) y Supermercados, no gracias. Grandes cadenas de distribución: impactos y alternativas.
Puntos:
26-03-14 12:04 #11947340 -> 11947020
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Viva Mercadona y sus precios.
La envidia es muy cochina y atrevida.
Puntos:
08-04-14 18:43 #11970433 -> 11841959
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Cuando no se es leal a los tuyos te acusan hasta de tener tijeras. A ti, que combatiste y combates las de Rajoy y Zapatero, te dicen incluso algunos por la calle “que ya no los representas”. Cuando no se es leal a los tuyos oyes rimas en las manifestaciones de los movimientos sociales que has dejado de lado o has vampirizado una vez entrados en el gobierno. Pero tú te miras al espejo y crees que no has cambiado nada. Has estado el primero en la pancarta en muchas luchas para merecer esto.

Cuando no se es leal a los tuyos te sientes incómodamente aludido en las marchas del 22M cuando se grita contra los gobiernos de la troika, mirado de reojo al sacar tu bandera, y eso que tú entonaste con muchos que “PSOE y PP la misma mierda es” y luchas contra sus políticas, o eso pensaste en la campaña electoral andaluza. Cuando no se es leal a los tuyos tienes que aguantar cómo te piden que te pongas al otro lado de la barricada y no con el régimen, como si hubieras estado del lado de los mercados.

Cuando no se es leal a los tuyos aquel “rebélate” se da la vuelta y como boomerang te acompaña y torpedea el camino adonde quiera que vayas, aunque seas el último militante de base y a la firma del pacto no te avisaron ni Valderas ni Centella y en el referendum no entendieras a qué venía tanta prisa. Cuando no se es leal a los tuyos te cuestionas por qué las izquierdas son inflexibles y te exigen tanto en época de recortes duros, ni reconocen el esfuerzo de tu organización y el papelón de sostener a Susana.

Cuando no se es leal a los tuyos, cuando también los tuyos son docentes despedidos, cuando tú siempre has dicho que estabas por la defensa de la pública, la cifra de 4502 despidos no te la puedes sacar de la cabeza en las manifestaciones de Marea Verde y en las huelgas educativas. Cuando no se es leal a los tuyos tienes que recordar a tus compañeros del sindicato estudiantil que las tasas aquí no han subido tanto, que se hace lo que se puede y que al menos las juventudes comunistas no querían este pacto.

Cuando no se es leal a los tuyos te acusan también de no haber estado con Somontes y las Turquillas, ni apoyar sin fisuras desde San Telmo a Cañamero y Gordillo, a pesar de que marchaste con ellos aquel verano. Cuando no se es leal a los tuyos no entiendes que la Marea Blanca se manifieste en Sevilla por la fusión de dos hospitales, que amenacen trabajadores de empresas con encerrarse en tu sede y que las infatigables monitoras llamen a los tuyos cómplices. Pero si tú eres y estás con ellos…

Cuando no se es leal a los tuyos te repugna el retintín de quien habla de “los recortes vengan de donde vengan” y no te hace falta que te aclaren que implican el mismo sufrimiento porque a ti también te han retirado la beca, bajado el salario y reducido la pensión. Cuando no se es leal a los tuyos te muerdes la lengua con tus electos en la fiesta constitucional, alabando a Suárez y el siendo equilibristas en Catalunya.

Cuando no se es leal a los tuyos te parece una injusticia mayúscula que se le pidieran responsabilidades a tu consejera tras el desalojo de la Corrala Utopía y se señalara a la Junta tanto como al ayuntamiento, después de lo que se ha trabajado para sacar la ley antidesahucios. No te gusta que recuerden que para dilatar la negociación se pidiera a las vecinas que bajaran de intensidad, ni que muchos grupos de Stop desahucios con los que paraste desalojos se sintieran excluidos y ninguneados.

Cuando no se es leal a los tuyos los mismos tuyos de Delphi te confunden con Valderas y te llaman traidor y vendido, encuentras el rechazo y plante de tu propio sindicato en las asambleas y te preguntas qué has hecho para merecerlo. Cuando no se es leal a los tuyos cierras filas con aquéllos que dicen que Griñán ya dejó limpio este patio y que sonríen manchándose la mano en saludos con Botín. Cuando no se es leal a los tuyos te estremeces al oír de Rajoy que Andalucía cumple, porque a ti también te felicita.

Cuando no se es leal a los tuyos eres un incomprendido por quienes tensan la cuerda y te exigen poner más los pies en las calles que en los despachos, y aunque nunca entraste en uno te toca purgar su culpa. Cuando no se es leal a los tuyos te obligas a poder estar en dos sitios, en la gestión y en la pelea, sin llegar a asumir esta endiablada esquizofrenia y dando explicaciones que otros te imponen desde el golpe de BOJA.

Cuando no se es leal a los tuyos sólo cabe una respuesta: no hacer más daño a la conciencia de clase remendando la ropa vieja y volver a ser leal a los tuyos dejando de partir y repartir las migajas de pan y el caducado plato de lentejas que gestionan la sumisión. Muchos escépticos hay que te esperan en el mismo sitio del que no se han movido, no buscan cerrar el círculo de la unidad de la izquierda con la socialdemocracia, sino que gestionan la unidad de la lucha de la extrema lealtad a las y los trabajadores.
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08-04-14 21:45 #11970684 -> 11970433
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Lo siento tio pero no he podido con tu ladrillazo. hablas parecido a un diputado.
Yo solo puedo decir que viva mercadona y sus precios.
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10-04-14 16:22 #11972671 -> 11970684
Por:No Registrado
RE: Mercadona
La gente no está por ostias y va a los sitios donde les es más barato llenar la cesta de la compra. Y Mercadona ayuda bastante. Lo demas son canciones mejicanas.
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19-04-14 07:09 #11989230 -> 11841640
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Esther Vivas | Público

Tierra, agua y semillas son imprescindibles para cultivar y comer. O alimentos para la mayoría o dinero para la minoría, ésta es la cuestión. La Vía Campesina, el mayor movimiento internacional de pequeños agricultores, jornaleros y sin tierra, lo reivindica día a día. Hoy, 17 de abril, en la jornada internacional de la lucha campesina repasamos su historia. Combatiendo la globalización alimentaria

La globalización alimentaria, diseñada por y para la agroindustria y los supermercados, privatiza los bienes comunes, acaba con aquellos que cuidan y trabajan la tierra y convierte la comida en un negocio. La liberalización de la agricultura, no es más que una guerra contra el campesinado. Se trata de políticas que, amparadas por instituciones y tratados internacionales, acaban con los pequeños y medianos agricultores y las comunidades rurales.

Ante esta ofensiva, emergió, en 1993, La Vía Campesina, como la máxima expresión de aquellos que en el campo resisten y combaten la globalización neoliberal y los dictados de organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los antecedentes de La Vía se remontan a mediados de los años 80, cuando, en motivo de la Ronda de Uruguay del GATT, varias organizaciones campesinas llevaron a cabo importantes esfuerzos para internacionalizar el movimiento.

A principios de los 90, se constituyó La Vía, en parte, como una alternativa más radical a la hasta entonces única organización internacional campesina, la Federación Internacional de Productores Agrícolas (IFAP), creada en 1946. Una organización que representaba, principalmente, los intereses de los mayores agricultores, situados, en general, en los países del Norte, y favorable al diálogo con las instituciones internacionales.

La Vía Campesina nació, así, en los albores del movimiento altermundialista, coordinando esfuerzos junto a otras muchas organizaciones, desde feministas a grupos contra la deuda externa, pasando por aquellos que exigían la tasación de las transacciones financieras internacionales a indígenas, colectivos de solidaridad internacional…, unidos en el combate contra una globalización al servicio de los intereses del capital. La Vía resultó ser el “componente campesino” de este “movimiento de movimientos”.

Desde finales de los años 90 y principios de la década del 2000, La Vía Campesina impulsó y participó activamente en las masivas protestas contra la OMC y otras instituciones internacionales. En las marchas contra la cumbre de la OMC en Cancún (2003) y Hong Kong (2005), los campesinos fueron uno de los actores más relevantes y visibles. Un recuerdo especial merece el campesino coreano Lee Kyung Hae, presidente de la Federación de Campesinos y Pescadores de Corea del Sur, que se quitó la vida en la protesta contra la OMC en Cancún subido a la valla que rodeaba el perímetro de seguridad, para denunciar cómo el agronegocio acababa con la vida de tantos agricultores.

Tras la política de alianzas de La Vía, estaba el convencimiento de que su lucha contra la agroindustria formaba parte intrínseca de un combate más amplio contra la globalización neoliberal y que otro modelo de agricultura y alimentación solo sería posible en el marco de un cambio global de sistema. Para conseguirlo, la creación de coaliciones amplias entre sectores sociales distintos se percibía como fundamental. Golpear juntos, desde una unidad tejida en base a la diversidad.

La Vía Campesina, de este modo, fue capaz de construir una identidad “campesina” global, politizada, ligada a la tierra y a la producción de alimentos. Sus miembros representan los sectores más golpeados por la globalización alimentaria, pequeños y medianos campesinos, jornaleros, sin tierra, mujeres del campo, comunidades agrícolas indígenas, rompiendo la división Norte-Sur e integrando en su seno a organizaciones de todo el planeta, 150 grupos de 56 países. Se trata, en palabras de Walden Bello, de un nuevo “internacionalismo campesino”.

A por la soberanía alimentaria

La emergencia de La Vía Campesina aportó, también, una nueva mirada a las políticas agrícolas y alimentarias. En 1996, en el marco de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de la FAO, en Roma, La Vía lanzó un nuevo concepto político, el de la soberanía alimentaria. Si hasta entonces, el hambre en el mundo solo se abordaba desde la perspectiva de la seguridad alimentaria, que todo el mundo tenga acceso y derecho a la alimentación, pero sin cuestionar qué se come, cómo se produce y de dónde viene, el concepto acuñado por La Vía “revolucionó” el debate.

Ya no se trataba únicamente de poder comer, sino de ser “soberanos”, y poder decidir. La soberanía alimentaria va un paso más allá al de la seguridad alimentaria y no únicamente reivindica que todo el mundo tenga acceso a los alimentos sino, también, a los medios de producción, a los bienes comunes (agua, tierra, semillas). Se trata de una apuesta por la agricultura local y de proximidad, campesina, ecológica, de temporada, en oposición a una agricultura en manos del agronegocio, que empobrece al campesinado, con alimentos que recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa, que acaba con la diversidad alimentaria y que, además, nos enferma.

No se trata de una idea romántica, de un retorno a un pasado arcaico, sino de recuperar el conocimiento tradicional campesino y combinarlo con nuevas tecnologías y saberes, de retornar la dignidad a quienes conrean la tierra, que ésta sea para quien la trabaja, de establecer puentes de solidaridad entre el mundo rural y el urbano y, sobre todo, de democratizar la producción, la distribución y el consumo de alimentos. No es un concepto que deba interpretarse en un sentido autárquico sino solidario e internacionalista, que apuesta por una agricultura local y campesina aquí y en cada rincón del planeta.

Las mujeres cuentan

Una soberanía alimentaria que tiene que ser feminista, si quiere significar un cambio real de modelo. Hoy las mujeres, a pesar de ser las principales proveedoras de alimentos en los países del Sur, entre un 60% y un 80% de la producción de comida recae en sus hombros, son las que más pasan hambre, padeciendo el 60% del hambre crónica global, según datos de la FAO. La mujer trabaja la tierra, cultiva los alimentos, pero no tiene acceso a su propiedad, a la maquinaria, al crédito agrícola. Si la soberanía alimentaria no permite igualdad de derechos entre hombres y mujeres, no será una alternativa de verdad.

La Vía Campesina, con el tiempo, ha ido incorporando una perspectiva feminista, trabajando para conseguir la igualdad de género en el seno de sus organizaciones y estableciendo alianzas con grupos feministas como la red internacional de la Marcha Mundial de Mujeres. En La Vía, las mujeres se han organizado autónomamente para reivindicar sus derechos, ya sea dentro de sus propios colectivos o a nivel general.

La Comisión de Mujeres de La Vía ha llevado a cabo un trabajo fundamental promoviendo el intercambio entre mujeres campesinas de diferentes países, organizando encuentros específicos de mujeres coincidiendo con cumbres y reuniones internacionales e impulsando la participación de éstas en todos los niveles y actividades de organización. En octubre del 2006, se celebró el Congreso Mundial de las Mujeres de La Vía Campesina, en Santiago de Compostela, que puso de relieve la necesidad de fortalecer aún más la articulación de las mujeres y aprobó la creación de mecanismos para un mayor intercambio de experiencias y planes de lucha específicos. Entre las propuestas aprobadas estaba, entre otras, lanzar una campaña mundial contra la violencia machista y trabajar para que se reconozcan los derechos de las mujeres campesinas exigiendo igualdad real en el acceso a la tierra, a los créditos, a los mercados y en los derechos administrativos.

A pesar de la paridad formal en La Vía, las mujeres tienen mayores dificultades para viajar o asistir a encuentros y reuniones. Como señalaba, Annette Aurélie Desmarais, en su libro ‘La Vía Campesina’ (2007): “Hay muchas razones por las que las mujeres no participan a este nivel. Quizá la más importante es la persistencia de ideologías y prácticas culturales que perpetúan relaciones de género desiguales e injustas. Por ejemplo, la división de las labores por género significa que las mujeres rurales tienen mucho menos acceso al recurso más preciado, el tiempo, para participar como líderes en las organizaciones agrícolas. Dado que las mujeres son las principales responsables del cuidado de los niños y los ancianos (…). La triple jornada de las mujeres –que implica trabajo reproductivo, productivo y comunitario- hace mucho menos probable que tengan tiempo para sesiones de formación y aprendizaje para su capacitación como líderes”. Más allá de las dificultades objetivas, avanzar hacia la igualdad es una prioridad para La Vía, y eso gracias a sus mujeres.

La Vía Campesina lleva más de 20 años articulando resistencias en el campo y tejiendo redes y alianzas a nivel internacional. Alimentarnos es imprescindible para todos, ya sea en el campo o la ciudad, en el Norte o el Sur del planeta. Y comer, hoy, se ha vuelto, como recuerda La Vía, un acto político.

*Artículo en Público.es, 17/04/2014. ...
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19-04-14 22:29 #11989799 -> 11989230
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Hay que dejarse de pamplinas e ir a comprar a los sitios más económicos.
He contrastado opiniones entre los vecinos y todos dicen igual, que ojalá llegue pronto Mercadona para comprar más barato.
Y que no noscoman el coco, que es lo que pretenden algunos.
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22-04-14 19:21 #11992770 -> 11841640
Por:No Registrado
RE: Mercadona
La usura y la avaricia de unos pocos
Esther Vivas | Público

Telepizza nos dice que “su” secreto está en la masa. Sin embargo, la fórmula del éxito de Telepizza no se encuentra en la masa sino en las precarias condiciones de los trabajadores, la baja calidad de sus ingredientes y una agresiva publicidad de ofertas y promociones. Aunque, al “rey” de las pizzas a domicilio le tambalean los cimientos, y después de una trayectoria ascendente de éxito, acumula, desde hace siete años, números rojos. El culebrón del cambio de manos de la propiedad de la empresa, hoy controlada al 100% por el fondo de capital riesgo Permia, explica su situación de bancarrota. Una historia de éxito

Los orígenes de TelePizza se remontan a 1987, cuando Leopoldo Fernández Pujals decide, a los cuarenta años, dar un vuelco a su trayectoria profesional y abrir una pizzería, que incorpora una importante novedad: las pizzas no sólo podrán ser consumidas en el establecimiento sino encargadas por teléfono y servidas a domicilio sin coste añadido. Esto que ahora nos puede parecer de lo más normal, a mediados de los 80 fue toda una novedad. Fernández Pujals había “importado” la idea de Estados Unidos, donde este sistema funcionaba desde hacía décadas.

Leopoldo Fernández Pujals había vivido desde los trece años en Estados Unidos, donde inmigró desde La Habana después de la revolución. Allí, había crecido, se había afiliado a los Marines, combatido en la Guerra del Vietnam, cursado estudios de finanzas, trabajado en la multinacional Procter & Gamble y después en Johnson & Johnson, que le destinó al Estado español, en 1981, como director de marketing. En sus inicios, de hecho, alternaba el traje y corbata de las mañanas en la empresa norteamericana, con el delantal de cocina por la tarde y la noche en la pizzería. Su objetivo: implantar, aquí, y sacar tajada del negocio de la comida rápida a base de pizzas. Así, nació Telepizza. En el capital inicial, él era el socio mayoritario, seguido de su hermano Eduardo y otros accionistas minoritarios.

La empresa creció como la espuma. Si en 1990, se contabilizaban 18 pizzerías, en 1995 ya eran 245 y a finales de los 90 sumaba un total de 767, tanto en el Estado español como en el extranjero. La expansión de Telepizza combinó la apertura de establecimientos propios, un 40%, y franquicias, un 60%, lo que posibilitó un crecimiento muy rápido. Además, el sistema de franquicias permitió la apertura de nuevas tiendas sin necesidad de inversión inicial por parte de la compañía. Así, nuevas pizzerías abrieron, primero, en las ciudades más grandes como Zaragoza, Vigo, Santander, Bilbao, Alicante, Valladolid, Málaga… y, después, en otras de tamaño medio.

En menos de diez años, Telepizza se convertía en la segunda empresa de fast food en el Estado español, por detrás de McDonald’s, y la primera en el reparto de pizzas. Por aquellos tiempos, en 1995, un “golpe de estado” destituyó a Leopoldo Fernández Pujals de la presidencia, un golpe fraguado por su hermano y otros pequeños accionistas. Sin embargo, el fundador de Telepizza no se rindió y, un año más tarde, después de pactar con el BBVA, que entraría a formar parte del accionariado de la empresa, recuperó de nuevo su cargo de presidente.

Al mismo tiempo, la empresa salió a cotizar, y exitosamente, en Bolsa, adquiriendo cadenas competidoras como Pizza World y empezando un proceso de integración vertical incorporando al negocio a varios de sus proveedores, desde la empresa de transporte a los productores de queso. Se creó así un gran holding empresarial que controlaba cada una de las fases del proceso, desde el acopio y la elaboración de materias primas, con fábricas donde se elaboraban las masas de las pizzas y el queso, pasando por la distribución de estas materias a los establecimientos, hasta la elaboración de la comida y su reparto. Un control total de la cadena, que le permitió reducir costes y aumentar beneficios.

La clave del triunfo

¿Cuál es el secreto del éxito? A pesar de que Telepizza nos venda que “el secreto está en la masa” y su fundador Leopoldo Fernández Pujals se presente como un hombre hecho a sí mismo, en realidad la clave del triunfo reside en un dominio completo de la cadena, como veíamos anteriormente, desde la producción a la entrega, en unas precarias condiciones laborales, en una baja calidad de sus alimentos y en una publicidad agresiva de ofertas y promociones.

La carrera por ganar dinero, y cuanto más mejor, ha llevado a la empresa a recortar cada vez más derechos a sus trabajadores. Si en 1994, su plantilla formaba parte del Convenio de Hostelería, a partir de ese año, y con el beneplácito de los sindicatos mayoritarios, se creó un nuevo Convenio de Delivery, que significó un retroceso en derechos consolidados. Se perdió una porción importante del salario, una paga extra, el plus de festivos. Los accionistas de la compañía pasaron a ganar más, la plantilla menos. Y, así sucesivamente, en el 2000, se perdió el plus de antigüedad y el plus de nocturnidad, en el 2001, el plus de transporte. Y aunque en el año 2000, como explica el sindicato CGT, el Tribunal Supremo sentenció que los trabajadores del Telepizza debían tener las mismas categorías y condiciones que los del sector de la Hostelería, ni las direcciones de CCOO ni UGT (entonces los únicos representantes de la plantilla) exigieron que se aplicara la sentencia. En fin.

La presión laboral, para conseguir mayores ventas, trabajar más horas…, y la represión a la organización sindical son otra constante, como han denunciado sus trabajadores. En octubre del 2010, un empleado de Telepizza de un establecimiento de Zaragoza fue despedido, precisamente, por intentar crear un comité de empresa. En enero del 2013, tres trabajadores de una tienda de Sevilla fueron despedidos, también, por denunciar las malas prácticas de la compañía. Lo que ha dado lugar a la organización de protestas ante varios establecimientos de Telepizza en distintos lugares del Estado. En marzo del 2013, Telepizza anunció el despido de 145 trabajadores, el cierre de cinco establecimientos en Málaga, Sevilla y Madrid y la reducción del plus de reparto. La crisis ha permitido apretar aún más las tuercas.

La empresa apuesta, asimismo, por impulsar sindicatos amarillos, bajo su control, a la vez que divide a la plantilla en una serie de categorías profesionales, para combatir la organización sindical. Sus empleados denuncian sueldos de 250€ a 350€ al mes, y como ahora los nuevos contratos son solo de 24 horas mensuales y con un salario de 125€, a 5€ la hora. Su plantilla está integrada mayoritariamente por menores de 25 años, muchos estudiantes, y cada vez más padres y madres de familia en situación precaria, y con miedo a perder el empleo. Aquí tienen la clave de su éxito.

En la masa, tampoco está el secreto, o sí. La baja calidad de sus ingredientes, en la carrera por conseguir el máximo beneficio con un producto lo más barato posible y venderlo, después, a un precio competitivo es la norma. El truco no está, en todo caso, en la fórmula de la masa sino en su coste.

La revista Interviú lo dejó claro en un artículo, en 2008, donde analizaba la calidad de las pizzas de cuatro de las principales cadenas de fast food que las sirven a domicilio, entre ellas Telepizza. Los análisis concluían: “Altos niveles de colesterol, importante presencia de grasas saturadas, las más perjudiciales para la salud, y un aporte calórico excesivo; pocos ingredientes, y de muy mala calidad, y mucha masa; y, lo que es peor, un estado higiénico deficiente en todas las muestras analizadas”.

Según el laboratorio Quimicral, encargado de realizar los análisis, las pizzas de dichos establecimientos pueden considerarse “bombas calóricas”, con un aporte de calorías excesivo, derivado de las grasas de unos ingredientes de baja calidad, a menudo sucedáneos de lo que dicen ser, desde el bacón a los preparados de queso y carne. En las pizzas analizadas, el ingrediente principal era la masa, entre un 50 y un 66%, en detrimento de otros más caros, lo que favorece un mayor beneficio económico para la compañía a costa del cliente.

La publicidad agresiva de ofertas y promociones es otro de los recursos más utilizados: “Disfruta con el triple de Telepizza. Tres medianas a 7€ cada una. ¡Pídelas ya!” o “Dos por una a domicilio”. Nos hacen creer que compramos barato, sin embargo al final de cuentas, y con todo lo consumido, el total suma bastante más de lo imaginado. La última ofensiva ha sido la pizza a 1€, llevada a cabo en días muy concretos y que ha permitido multiplicar por seis la facturación. En 2013, dicha promoción registró más de dos millones de pizzas vendidas. A parte, ¿qué modelo de alimentación se promueve? Como decía el facebook de Telepizza: “Esta noche… ¡pasa de cocinar!”. Se trata de una comida fast food, donde lo único que parece importar es comer rápido y barato. La calidad de lo que comemos, saber de dónde viene el producto, cómo se ha elaborado, dar valor a nuestra alimentación, no cuenta. Y en todos estos aspectos la “receta” de Telepizza es la misma que Pizza Hut, Domino’s Pizza, Pizza Móvil, Voy Volando, etc.

El declive: en manos del capital riesgo

Volviendo a la historia de Telepizza, en 1999, su fundador y máximo accionista Leopoldo Fernández Pujals optó por dejar la empresa, vender su participación por 300 millones de euros y “dedicarse en cuerpo y alma -como afirmó- a difundir las maldades del régimen castrista en Cuba”, al frente de la fundación Elena Mederos, que él mismo había fundado. Años más tarde, en 2004, regresaría a la primera línea de la escena empresarial adquiriendo el 24,9% de Jazztel y, así, su presidencia. Allí aplicaría, una vez más, la fórmula de siempre: máxima precariedad, máximos beneficios. Como reconoció en una entrevista con El Mundo (13/03/2005): “Soy un capitalista como la copa de un pino -y añadió- pero tengo mentalidad social”. Me pregunto qué mentalidad social.

Siguiendo con Telepizza, Leopoldo Fernández Pujals vendió su participación a un grupo de accionistas encabezados por Pedro y Fernando Ballvé, dueños de la multinacional cárnica Campofrío, y Aldo y José Carlos Olcese, propietarios junto a los Ballvé de Telechef, una cadena de comida rápida a domicilio de bocadillos, hamburguesas, etc., y competidora de Telepizza. Curiosamente, fue Lehman Brothers quien facilitó la gestión para que los dueños de Campofrío adquirieran Telepizza. Pedro Ballvé, presidente de Campofrío, pasó, de este modo, a asumir la presidencia de Telepizza, Campofrío se convirtió en la principal proveedora de ingredientes para sus pizzas, y la marca Telechef quedó subsumida en la cadena que pasó a ofrecer a sus clientes, también, bocadillos, hamburguesas, perritos calientes y platos combinados.

En 2006, su presidente Pedro Ballvé acudió al fondo de capital riesgo británico Permira para recapitalizar la empresa, que, a pesar de su éxito a finales de los 80 y principios de los 90, se había convertido, después de su entrada en Bolsa, en pasto de la especulación bursátil. Ambos lanzaron una OPA sobre las acciones y obligaciones convertibles de Telepizza, haciéndose, de este modo, con el control total de la empresa, y sacando la compañía del parqué bursátil. En 2012, Pedro Ballvé vendió su participación a Permira, quién pasó a controlar el 100% de Telepizza.

El objetivo de Permira era permanecer durante cinco o seis años en Telepizza para después venderla o sacarla a Bolsa y ganar dinero. Un patrón que hemos visto seguir a otros fondos de capital riesgo y fondos buitre, como Apax Partners y Oaktree con Panrico. Permira, por cierto, es propietaria también de Edreams, Cortefiel y los supermercados Dinosol. Sin embargo, los pronósticos no se cumplieron. Hay que tener en cuenta que cuando la firma de capital riesgo adquirió la empresa, la endeudó para llevar a cabo dicha operación, y esto provocó la difícil situación económica actual. Ahora, Permira busca vendedor para Telepizza para eludir la quiebra.

El problema de la cadena de distribución de pizzas a domicilio no es operativo sino de deuda. En el 2012, por ejemplo, sus ventas crecieron un 0,9%, hasta los 351 millones de euros. El lastre reside en el endeudamiento que tiene la empresa, y que adquirió cuando el fondo de capital riesgo Permira la compró y le traspasó la deuda asumida por su compra. Una operación de manual. Ahora, el estancamiento del consumo dificulta, mucho más de lo previsto, el rendimiento de la operación. ¿Quién paga las consecuencias? Como hemos visto anteriormente, la plantilla, que ve recortados sus derechos. La usura y la avaricia de unos pocos, significa dolor y sufrimiento para la mayoría. Visto lo visto, el secreto de Telepizza no está en la masa.
Puntos:
22-04-14 22:53 #11993040 -> 11992770
Por:No Registrado
RE: Mercadona
En qué quedamos: este hilo va por Mercadona o va por Telepicha? Pero aparte de eso ¿De veras crees que alguien va a leer semejante ladrillazo? jajajajajajaja
Puntos:
23-04-14 00:07 #11993150 -> 11992770
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Por favor te lo pedimos todos acuéstate ya pon la manita en la carita con el dedito en la boquita y no escribas mas estas muy retuecano y pesado pesado si tanto te gusta otros Centros Comerciales que no sean Mercadona vete a ellos y compra Pepinos y no te digo mas por que sabrías el destino y no es por ser adivino tío atrevido Enseñando la lengua Enseñando la lengua
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23-04-14 20:00 #11994056 -> 11993150
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Ojú, quillo. No te leí bien y a punto estuve de meter la pata.

Vale. Mejor que el tío que escribe esos ladrillazos, que se ponga un bozal y deje de dar el latazo.
Puntos:
24-04-14 06:23 #11994459 -> 11994056
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Ladrillazos, pepinos, y como no un bozal. “mira, lo del bozal no es mal consejo”, para no comer esos artículos bajo precio, que nos ofrecen, no para dad un bienestar a la humanidad, todo lo contrario, sino para acumular ganancia, y eso sí que es grabe.
Los ladrillazos, como los llamáis, tiene una misión, primero, da una información, de muchos acontecimientos que deberían estar al alcance de todos, como por ejemplo, este, de los alimentos. Que no estamos ofreciendo, y poniendo unas canicas para que jueguen los niños, hay que ser más respetuosos, en esta vida, y todos no vales.
No insultáis, más bien se estáis, insultados, y faltándoles el respeto a este espacios, donde se puede colgar u opinar, pero eso queda muy lejos, para vuestras capacidades, lastimas que haya personas, que una información, que puede estar más de acuerdo o menos, pero sí que tiene vuestras respuestas sentidos, no saber lo que decir, y como niños en rabiatados, dispara unas atrocidades si da respuesta solo el insulto, pero si analizamos quien es o los que insultan, yo, por lo menos, no me ofende, solo siento (……).
Perdonar mes, pero esos ladrillazos no estáis obligados a leerlos, pero yo sí que los leo, y espero que en este foro alguien los leerán, y no les resurte un ladrillazos, pues si solo en cuento ladrillos, pepinos, bozales. Espero que en este foro perdones a los que insultan.
Puntos:
24-04-14 13:35 #11994838 -> 11994459
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Vale, padre cura, ameeennnnn perdón perdón.

Pero lo que no vale es ir en contra de aquellos que tratan de salvar el día comprando en centros lo más barato posible, como es el caso de Mercadona. Lo demuestra la cantidad de gente que va a comprar a ese centro, porque es más barato que otros, lo cual es de agradecer y más en los tiempos que corren.
Vale más lo conocido que hacer caso a soflamas ideológicas.
Puntos:
24-04-14 15:56 #11995018 -> 11994838
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Cuando tenga tiempo, te hablare de los grandes beneficios o prejuicios de estas grandes superficies, como por ejemplo de Merca dona.
Puntos:
24-04-14 22:02 #11995571 -> 11995018
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Vale. Pero sé breve y conciso.
Recuerda que lo bueno y breve es dos veces bueno.
Un saludo.
Puntos:
03-05-14 21:24 #12004962 -> 11995018
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Izquierda Anticapitalista



¿Por qué la cesta de la compra nos cuesta lo que nos cuesta? Entre el productor y el cliente, los precios crecen más allá de lo razonable. ¿Quién impone su Ley? ¿Las grande superficies? En los últimos nueve años, los precios de los alimentos han subido el triple que los sueldos. ¿Nos dan gato por liebre en la cesta de la compra?

Hablamos con Álvaro Areta, COAG; Esther Vivas, periodista; Aurelio del Pino, patronal supermercados ACES; Isabel Ávila, CEACCU, entre otros.

Reportaje aquí.
Puntos:
05-05-14 19:31 #12008199 -> 11841640
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Esther Vivas | Público

Comemos petróleo, aunque no lo parezca. El actual modelo de producción, distribución y consumo de alimentos es adicto al “oro negro”. Sin petroleo, no podríamos comer como lo hacemos. Sin embargo, ante un escenario donde cada vez va a ser más difícil extraer petróleo y éste resultará más caro, ¿cómo vamos a alimentarnos? La agricultura industrial nos ha hecho dependientes del petróleo. Desde el cultivo, la recolección, la comercialización y hasta el consumo, necesitamos de él. La revolución verde, las políticas que nos dijeron modernizarían la agricultura y acabarían con el hambre, y que se implementaron entre los años 40 y 70, nos convirtieron en “yonquis” de este combustible fósil, en parte gracias a su precio relativamente barato. La maquinización de los sistemas agrícolas y el uso intensivo de fertilizantes y pesticidas químicos son el mejor ejemplo. Estas políticas significaron la privatización de la agricultura, dejándonos, a campesinos y consumidores, en manos de un puñado de empresas del agronegocio.

A pesar de que la revolución verde insistió en que aumentaría la producción de comida y, en consecuencia, acabaría con el hambre, la realidad no resultó ser así. Por un lado, sí que la producción por hectárea creció. Según datos de la FAO, entre los años 70 y 90, el total de alimentos per cápita a nivel mundial subió un 11%. Sin embargo, esto no repercutió, como señala Jorge Riechmann en su obra ‘Cuidar la (T)tierra’, en una disminución real del hambre, ya que el número de personas hambrientas en el planeta, en ese mismo período y sin contar a China cuya política agrícola se regía por otros parámetros, ascendió, también, en un 11%, pasando de los 536 millones a los 597.

En cambio, la revolución verde tuvo consecuencias muy negativas para pequeños y medianos campesinos y para la seguridad alimentaria a largo plazo. En concreto, aumentó el poder de las empresas agroindustriales en toda la cadena productiva, provocó la pérdida del 90% de la agro y la biodiversidad, redujo masivamente el nivel freático, aumentó la salinización y la erosión del suelo, desplazó a millones de agricultores del campo a las ciudades miseria, desmantelando los sistemas agrícolas tradicionales, y nos convirtió en dependientes del petróleo.

Una agricultura ‘yonqui’

La introducción de maquinaria agrícola a gran escala fue uno de los primeros pasos. En Estados Unidos, por ejemplo, en 1850, como recoge el informe Food, Energy and Society, la tracción animal era la principal fuente de energía en el campo, representaba un 53% del total, seguida de la fuerza humana, con un 13%. Cien años más tarde, en 1950, ambas sumaban tan solo el 1%, ante la introducción de maquinas de combustible fósil. La dependencia de la maquinaria agrícola (tractores, cosechadoras, camiones…), más necesaria si cabe en grandes plantaciones y monocultivos, es enorme. Desde la producción, la agricultura está “enganchada” al petroleo.

El sistema agrícola actual con el cultivo de alimentos en grandes invernaderos independientemente de su temporalidad y el clima muestra, asimismo, su necesidad de derivados del petróleo y el elevado consumo energético. Desde mangueras pasando por contenedores, acolchados, mallas hasta techos y cubiertas, todo es plástico. El Estado español, según datos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, está a la cabeza del cultivo bajo plásticos en la Europa mediterránea con 66 mil hectáreas cultivadas, la mayor parte en Andalucía, y en particular Almería, seguida, a más distancia, de Murcia y Canarias. Y, ¿qué hacer con tanto plástico una vez finaliza su vida útil? El uso intensivo de fertilizantes y pesticidas químicos son una muestra más de la adicción del modelo alimentario al petróleo. La comercialización de fertilizantes y pesticidas ha aumentado un 18% y un 160%, respectivamente, entre los años 1980 y 1998, según el informe Eating oil: food suply in a changing climate. El sistema agrícola dominante necesita altas dosis de fertilizantes elaborados con petróleo y gas natural, como amoniaco, urea, etc., que sustituyen los nutrientes del suelo. Multinacionales petroleras, como Repsol, Exxon Mobile, Shell, Petrobras cuentan en su cartera con inversiones en producción y comercialización de fertilizantes agrícolas.

Los pesticidas químicos de síntesis son otra fuente importante de dependencia de este combustible fósil. La revolución verde, como analizábamos, generalizó el uso de plaguicidas y, en consecuencia, la necesidad de petróleo para elaborarlos. Y todo esto, sin mencionar el impacto medioambiental del uso de dichos agrotóxicos, contaminación y agotamiento de tierras y aguas, y en la salud de campesinos y consumidores.

Alimentos viajeros

La necesidad de petróleo la observamos, también, en los largos viajes que realizan los alimentos desde donde son cultivados hasta el lugar en que se consumen. Se calcula que la comida viaja de media unos 5 mil kilómetros del campo al plato, según un informe de Amigos de la Tierra, con el consiguiente menester de hidrocarburos e impacto medioambiental. Estos “alimentos viajeros”, según dicho informe, generan casi 5 millones de toneladas de CO2 al año, contribuyendo a la agudización del cambio climático.

La globalización alimentaria en su carrera para obtener el máximo beneficio, deslocaliza la producción de alimentos, como ha hecho con tantos otros ámbitos de la economía productiva. Produce a gran escala en los países del Sur, aprovechándose de unas condiciones laborales precarias y una legislación medioambiental inexistente, y vendiendo, posteriormente, su mercancía aquí a un precio competitivo. O produce en el Norte, gracias a subvenciones agrarias en manos de grandes empresas, para después comercializar dicha mercancía subvencionada en la otra punta del planeta, vendiendo por debajo del precio de coste y haciendo la competencia desleal a la producción autóctona. Aquí reside el porqué de los alimentos kilométricos: máximo beneficio para unos pocos; máxima precariedad, pobreza y contaminación ambiental para la mayoría.

En el año 2007, se importaron en el Estado español más de 29 millones de toneladas de alimentos, un 50% más que en 1995. Tres cuartas partes fueron cereales, preparados de cereales y piensos para la ganadería industrial, la mayor parte llegados de Europa y América Central y del Sur, como recoge el informe Alimentos kilométricos. Incluso comestibles típicos, como el garbanzo o el vino, los acabamos consumiendo de miles de kilómetros de distancia. El 87% de los garbanzos que comemos aquí vienen de México, en el Estado español su cultivo ha caído en picado. ¿Qué sentido tiene dicho ajetreo internacional de alimentos desde un punto de vista social y medioambiental? Ninguno.

Una comida típica dominical en Gran Bretaña con patatas de Italia, zanahorias de Sudáfrica, judías de Tailandia, ternera de Australia, brócoli de Guatemala y con fresas de California y arándanos de Nueva Zelanda de postres genera, según el informe Eating oil: food suply in a changing climate, 650 veces más de gases de efecto invernadero, debido al transporte, que si dicha comida hubiese sido cultivada y comprada localmente. La cifra total de kilómetros que el conjunto de estos “alimentos viajeros” suman del campo a la mesa es de 81 mil, el equivalente a dos vueltas enteras al planeta tierra. Algo irracional, si tenemos en cuenta que muchos de estos productos se cultivan en el territorio. Gran Bretaña importa grandes cantidades de leche, cerdo, cordero y otros alimentos básicos, a pesar de que exporta cantidades similares de los mismos. Aquí, pasa lo mismo.

Comiendo plástico

Y una vez los alimentos llegan al supermercado, ¿qué sucede? Plástico y más plástico, con derivados del petroleo. Así, encontramos un embalaje primario que contiene el alimento, un empaquetado secundario que permite una atractiva exhibición en el establecimiento y, finalmente, bolsas para llevártelo del “súper” a casa. En Catalunya, por ejemplo, de los 4 millones de toneladas de residuos anuales, un 25% corresponden a envases de plástico. Los supermercados lo empaquetan todo, la venta a granel ha pasado a la historia. Un estudio encargado por la Agència Catalana del Consum concluía que comprar en comercios de proximidad generaba un 69% menos de residuos, que haciéndolo en un supermercado o una gran superficie.

Una anécdota personal ilustra bien esta tendencia. De pequeña, en casa compraban el agua embotellada en grandes garrafas de vidrio de ocho litros, hoy casi toda el agua que se comercializa está embotellada en envases de plástico. Y se ha puesto de moda, incluso, comprarla en packs de seis unidades de litro y medio. No es de extrañar, pues, que de los 260 millones de toneladas de residuos de plástico en el mundo, la mayor parte sean envases de botellas de agua o leche, como indica la Fundación Tierra. El Estado español, según dicha fuente, es el principal productor en Europa de bolsas de plástico de un solo uso y el tercer consumidor. Se calcula que la vida útil de una bolsa de plástico es 12 minutos de media, pero su descomposición puede tardar unos 400 años. Saquen conclusiones.

Vivimos en un planeta de plástico, como retrataba brillantemente el austríaco Werner Boote en su film ‘Plastic Planet‘ (2009), donde afirmaba: “La cantidad de plástico que hemos producido desde el principio de la edad del plástico es suficiente para envolver hasta seis veces el planeta con bolsas”. Y no sólo eso, ¿qué impacto tiene en la salud su omnipresencia en nuestra vida cotidiana? Un testimonio en dicho film decía: “Comemos y bebemos plástico”. Y esto, como denuncia el documental, tarde o temprano, nos pasa factura.

La gran distribución no solo ha generalizado el consumo de ingentes cantidades de plástico sino, también, el uso del coche para ir a comprar. La proliferación de hipermercados, grandes almacenes y centros comerciales en las afueras de las ciudades ha obligado al uso del coche privado para desplazarse hasta estos establecimientos. Si tomamos como ejemplo Gran Bretaña, y como indica el informe Eating oil: food suply in a changing climate, entre los años 1985/86 y 1996/98 el número de viajes a la semana por persona en coche para hacer la compra pasó de 1,7 a 2,4. El total de la distancia recorrida, también, aumentó, de los 14km por persona a la semana a 22km, un ascenso del 57%. Más kilómetros, más petroleo y más CO2, en detrimento, además, del comercio local. Si en el año 1998, existían en el Estado español 95 mil tiendas, en el 2004 esta cifra se había reducido a 25 mil.

¿Qué hacer?

Según la Agencia Internacional de la Energía, la producción de petróleo convencional alcanzó su pico en 2006. En un mundo, donde el petroleo escasea, ¿qué y cómo vamos a comer? En primer lugar, es necesario tener en cuenta que a más agricultura industrial, intensiva, kilométrica, globalizada, más dependencia del petroleo. Por contra, un sistema campesino, agroecológico, local, de temporada, menos “adición” a los combustibles fósiles. La conclusión, creo, es clara.

Es urgente apostar por un modelo de agricultura y alimentación antagónico al dominante, que ponga en el centro las necesidades de la mayoría y el ecosistema. No se trata de una vuelta romántica al pasado, sino de la imperiosa necesidad de cuidar la tierra y garantizar comida para todos. O apostamos por el cambio o cuando no quede más remedio que cambiar, otros, como tantas veces, van a hacer negocio con nuestra miseria. No dejemos que se repita la historia.

*Artículo en Público.es, 04/05/2014.

Noticias [Secciones] > Una alimentación adicta al petróleo
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Puntos:
08-05-14 22:37 #12012246 -> 12008199
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Buffff Ladrillazo horribilis el tuyo. Lo siento pero no he podido con él.

Pese a ello, deduzco que tú estás en contra de to lo que se menea en el ámbito de la alimentación. Pese a ello, seguimos vivos, que no es poco.

Saludos.
Puntos:
09-05-14 08:18 #12012507 -> 11841640
Por:No Registrado
RE: Mercadona
hambrientos y obesos”
Jueves 8 de mayo de 2014, por Mar


Luciano Gallas | IHU On-Line

“El problema de la alimentación no tiene que ver solo con el hambre, sino, también, con la malnutrición. Vivimos en un mundo de hambrientos, pero a la vez de obesos. El sistema agrícola no satisface correctamente las necesidades alimentarias de las personas. La paradoja de vivir en un planeta de famélicos y obesos muestra, claramente, que este modelo no funciona, porqué, fundamentalmente, responde a la lógica del capital, del dinero y del beneficio económico” afirma Esther Vivas.

En esta entrevista, concedida por teléfono a IHU On-Line, Esther Vivas señala que el problema del hambre es político. Según ella, y citando al exrelator de las Naciones Unidas Jean Ziegler, actualmente, a pesar de producirse una cantidad suficiente de alimentos para dar de comer a doce mil millones de personas, casi mil millones pasan hambre. “Hay un problema de falta de democracia en el sistema agrícola y alimentario. La respuesta a la pregunta de porqué hay hambre en un mundo de la abundancia de comida, la encontramos cuando vemos quién decide las políticas actuales, quién sale ganando con este modelo. El sistema de producción y distribución de comida está diseñado para que unas pocas empresas hagan negocio, aunque para ello millones de personas tengan que pasar hambre” afirma.

La activista recuerda que la llamada revolución verde significó la privatización de la agricultura, y los insumos agrícolas pasaron a ser controlados por un puñado de grandes empresas. En consecuencia, la capacidad de decidir qué y cómo plantar, que antes tenía el campesinado, ahora está en manos de la industria agroalimentaira. “Hoy, no sabemos qué comemos, no sabemos qué hay detrás de lo que consumimos. Nos alimentamos con productos kilométricos, que vienen de la otra punta del mundo. No tenemos capacidad de decidir qué nos llevamos a la boca” advierte. Y añade que estas políticas significan, asimismo, una pérdida de diversidad agrícola y alimentaria y una sociedad “enferma” debido a lo que come.

Esther Vivas es activista social y periodista, y defiende la soberanía alimentaria y el consumo crítico.

Leer la entrevista completa aquí, en portugués.
Puntos:
09-05-14 12:52 #12012782 -> 12012507
Por:No Registrado
RE: Mercadona
No me convence esa Ester Vivales.

Yo creo que el ámbito alimentario debe estar regido por personas inteligentes que al par de marcar las pautas para la alimentación, procuren crear puestos de trabajo. Esta función no está al alcance de cualquiera, sino de personas adhoc, preparadas para este fin y no por partidos políticos y demagogos.
Vale.
Puntos:
11-05-14 21:15 #12015065 -> 11841640
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Me pides que sea breve en mis explicaciones, sobre los beneficios o prejuicios de las grandes superficies.
No sé si estoy lo suficientemente preparado para explicar tan delicado problema, pero si, señalare lo que está a la vista de todos, que a veces nos tropezamos con ello y no lo vemos.
He colgado un artículo de Ester Viva, destinado a lo que comemos (“petróleo”), y en ese artículo están reflejado, todas las explicaciones, que yo no podría dar, por no estar a su altura, pero que si las comparto
Pero voy a dar unas pinceladas, y pondremos como ejemplo a Bollullos, pues lo que pasa en nuestro pueblo, está pasando en cualquier rincón del mundo. (El dominio y privatización del planeta, por unas minorías, y como no, dominando los productos más necesarios para nuestra supervivencias como son, los alimentos.
Kilómetros: ¿qué explicación, tiene los kilómetros?, que puedo decir que no halla dichos Ester Viva, en su artículo. La agricultura de nuestros pueblo está paralizada, estas grande superficies compran donde más económico les sales, y nuestros agricultores no pueden competir, y si es precisos recorre miles de quilómetros, donde los salarios son de la más extrema miseria, y ahí están, esta multinacionales, sin miramiento de los prejuicios que ocasionan.
Sí que crean algún puesto de trabajo, los necesarios para que funcione esa nave que tan opulentos beneficios les reporta. Pero yo lo veo, de distinta manera, o dicho más claro en la pobreza que generan y digo pobreza, porque son máquinas de paralizar la vida de los pueblos, como es la agricultura, o los pequeños comercios, al no poder competir con sus precios y muchos agricultores tener que dejar sus producciones en el campo por no serles rentable, .
En los comercios locales se pueden vender productos de nuestros agricultores, y eso fomentaría la creación de pequeños huertos y esto crearía puestos de trabajo y los beneficios en el pueblo, no en cambio que el campo se esté abandonando a favor de las grandes empresas , y si recuperamos el pequeño comercios, pues esta bola es como una bola de nieve, que entre más vuelta da más grande se hace, y eso crea riqueza, los beneficios se quedan en los pueblos, es todo lo contrario que las grandes superficies, que sus ganancias salen fuera de los pueblos donde se han recolectados, los dineros,(son como el cuco, que ponen el huevo en nido ajeno para que otro se lo críen, y los pájaros que salen del lado de la madre que construyo el nido se mueren , porque el cuco es un pájaro más grande y toda la comida la acaparan estos por su poderío y anulando todo lo que le rodea) .
Pero si tienen trabajadores, del pueblo, lo suficiente para que funciones ese barco, y nos ponen esa golosina, todos más barato, pero a qué precio. Al precio del CUCO, sin ningún miramiento, los dineros de nuestro trabajo no tienen consistencia, solo lo necesario para las compras que se hacen fueran, donde se compra más barato y sirven para la explotación de otros pueblos que sus salarios es de la extremas pobreza, y de paso sirven para paralizar nuestra agricultora y el cierre de nuestros comercios.
No digo más pues pienso que con las explicaciones que da Ester Viva las mía carecen de,(……..)
Puntos:
11-05-14 22:49 #12015149 -> 12015065
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Venga hombre No seas modesto y haz valer tu propia opinión.
Puntos:
16-05-14 17:46 #12046642 -> 12015149
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Mercadona arrasa allá por donde va. Eso es buena señal. Y que se jodan las grandes superficies. A esas hay que darles caña-
Puntos:
29-05-14 00:07 #12071318 -> 12046642
Por:No Registrado
RE: Mercadona
tú eres poco listo, ¿verdad?
Puntos:
29-05-14 12:51 #12071843 -> 12071318
Por:No Registrado
RE: Mercadona
A tu lado me ofusco pero de ver lo tortolin que eres
Puntos:
29-05-14 12:56 #12071850 -> 12071318
Por:No Registrado
RE: Mercadona
12071318 Que soy tonto????

Y tú maaaassss juas juas juas

Tú ere mu tonto y en tu casa no hay botijo
Puntos:
29-05-14 18:10 #12072328 -> 12071850
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Es lo que me parecía, jejejejeeeee. Diabolico

Ya te darás cuenta de lo que es Mercadona, ya. Pregunta a sus empleados si tienes confianza con ellos, y si son de departamentos de compras o de calidad, mejor aún.
Puntos:
29-05-14 19:32 #12072445 -> 12072328
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Pero hombre no te cabrees.
Preguntarle a los empleados de Mercadona??? Para qué??
Si a mí me interesa solamente lo que voy a comprar. Los problemas de los empleados no son cosa mía.
Puntos:
01-06-14 17:13 #12076051 -> 12072328
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Por eso mismo, por eso mismo.
Tú pregunta si es posible a los del departamento de Compras y a los del departamento de Calidad, para que sepas lo que vas a comprar. Eso es lo que te decía, ¿o no lo habías captado?
Puntos:
01-06-14 20:02 #12076231 -> 12072328
Por:No Registrado
RE: Mercadona
Vaaaaalee ahora si te entiendo.
Pero tengo una duda: ¿por qué he de creer a esos que tú me recomiendas que les pregunte?
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