Prosas del amor y la vida Una prosa se libera del alma para ofrecer al corazón el remanso sonoro de las aguas. Un nuevo año amanece en la sonrisa juvenil de tu mirada y un nuevo año pasa desapercibido por la candidez hermosa de tus palabras. Tus cabellos me recuerdan a los pétalos primorosos refugiados en sus jardines buscando la luz de noviembre. El sol halla en ti el color otoñal y en las mañanas efímeras se ausenta la primavera para conseguir a través de tus ojos el amplio paisaje de tu morena presencia. Pasarán los días intactos sobre tu cuerpo; enamorando de suspiros la leve brisa que acaricia con vehemencia el corazón niño que habita en tu pecho. Pasarán las tardes a convertirse en la noche y su cielo te ofrecerá una estrella para conseguir con su brillo que te conviertas en una de ellas. Allá serás libre y cada poro de tu piel sentirá la suave melodía de una luna encantada por las sirenas de la vida. En tus manos se adormece el sol buscando el horizonte de tus cálidos labios. En tus manos no existe el invierno y son el abrigo donde cobijarse cuando el alma se siente gélida y deshabitada. En tus brazos se mece la niñez inocente de tu cintura y en ella camina el bello paisaje que el amor ofrece a las musas del poema. Poema es el verso que busca en el silencio la hermosa palabra a través de tu cuerpo. No podrán los años ausentar de tu mirada la dulzura infinita de transparentes aguas, Porque la dulzura del alma es eterna y en ella no existen fechas, en ella solo existe el amor, la belleza y la esperanza. |