Lizartza - Guipuzcoa

El PNV sufre un ataque de nervios al ver una bandera española

Los nacionalistas corren a colocar una plaquita debajo de la enseña nacional diciendo que no les gusta.

REDACCIÓN HO.- El nacionalismo vasco ha sufrido hoy un severo ataque de nervios al ver una bandera española en la fachada de la Diputación de San Sebastián.

En plenas convulsiones, a las histéricas siglas, que esta misma semana han dado una nueva muestra de incoherencia y aun de traición a sus principios al compartir el aborto Zapatero, les ha sucedido como a la niña del exorcista: la muy étnica cabeza del partido ha empezado a dar vueltas como si se tratara de una peonza.

El patético espectáculo se ha producido a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a colocar la bandera nacional en el edificio.

Representando a la maltrecha y hoy más indigna cabeza de ese club de xenófobos de provincias que es el PNV, Joseba Egibar, el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, y algún otro, ha intentado llevar a cabo una suerte de ceremonia de vudú para neutralizar los supuestos efectos de la presencia del símbolo nacional: Olano ha descubierto en la sede de la Diputación una placa contra la sentencia.

El peneuvista ha afirmado que la bandera española es un símbolo "impuesto bajo amenaza de sanción en contra de la voluntad mayoritaria" de los guipuzcoanos y "en contra de la capacidad decisoria de sus representantes", lo que, a su juicio, supone "una falta de respeto a la voluntad popular y una negación del derecho a decidir libremente".

Acompañaban a las enfermas siglas durante el exorcismo unas 300 personas, entre las que se encontraban dirigentes del PNV y de Aralar que portaban pancartas con lemas tan modernos como ikurriña bai, española ez, expresión habitualmente utilizada por etarras callejeros en los años 80.

La fórmula del exorcismo nacionalista, plasmada en la placa, dice así:

“La bandera española es un símbolo impuesto bajo amenaza de sanción en contra de la voluntad mayoritaria de los guipuzcoanos, en contra de la capacidad decisoria de sus representantes. Constituye una falta de respeto a la voluntad popular, una negación del derecho a decidir libremente."

Egibar, otro experto en imposiciones y en nacionalismo obligatorio, ha afirmado en su poco comprensible jerga que la placa “recuerda al TS y a todo aquel también que desde la política quiera imponer sentimientos, formas de convivencia o símbolos que no estamos de acuerdo, que los símbolos o se sienten o se ven como referentes de imposición".

Acabado el exorcismo, la cabeza del mencionado partido seguía dando vueltas a notable velocidad sin que se apreciara mejora de ningún género.

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