Por los pinares del alto tajo que perecieron Cuando supe que los pinares de mi infancia se habían quemado no me quedó más que llorar y escribir. Después de escribir envié cantidad y cantidad de cartas a los periódicos de Guadalajara desde Tardajos (Burgos) donde vivo y por imail pero no pude saber nunca si publicaron mis escritos o no por no vivir en Guadalajara sino en Burgos. Gracias a los foros hoy si sabré si esto escrito hace muchos años llega o no. Es el progreso que tenemos los ciudadanos en las comunicaciones, que aunque cierren incluso los periódicos podemos seguir comunicándonos. REQUIEM POR LA VIDA DE LOS MONTES Yo que busqué mis tesoros En pinares donde hoy yacen cadáveres. La pena negra y las cenizas Sustituyen al dorado ayer de mis recuerdos Donde los pájaros de mil especies Habitaban el lugar; Donde las olorosas hierbas Tendían sus alfombras para ti Y a las abejas ofrecían el delicado néctar De la fuerte esencia de ámbar de la tierra. Un pequeño hábitat y refugio Del que hemos sido despojados Por la más cruel de las sentencias Que pendía sobre esta hermosa tierra. La soga al cuello ya la tenía puesta. Ayer lloraban los altísimos pinos Por todo su caudal de resina contenida. Por todas las brozas y malezas En su seno , a que estaba sometida. Bella entre las bellas, asolada, Abatida, sin cuidados Y condenada a una estéril vida Cuyo fruto, fuera olvidado y despreciado. No sé si un descuido o un suicidio colectivo De los denostados árboles. Secas las entrañas de sus cuencas Y cuantiosas multas a quien osara Arrancar la más pequeña hierba. Por rendir un tributo a la equivocada ecología. Fuera las ovejas y las cabras, Ya solo convivía , en los últimos tiempos, Con raras y comunes alimañas Que en absoluto merecía. Y así el bosque se moría de tristeza y soledad Porque no podía compartir Todas sus extraordinarios dones y riquezas Ahora son montes cadavéricos Que todavía esperan la respuesta Y la ayuda ,porque la vida Todavía habita en la honda y oscura Entraña de la universal tierra. Carmen García García |