Ciruelos del Pinar - Guadalajara

UN DÍA APARECE CIRUELOS DEL PINAR, EN TITULARES, EN BURGOS
Se nace y no me cabe la menor duda, porque durante el tiempo en que viví con vosotros nadie lo mencionó jamás. Yo no lo sabía en absoluto. Siempre os recordaba, y gracias a la forma de vida tan peculiar que tuvimos juntos se formó mi personalidad. Es como si eres una planta y te están regando, abonando continuamente, y respetando tus características propias, y llega el día en que creces. Te puedes ir muy lejos pero siempre tienes una referencia de los valores que has aprendido de las cosas que están bien o mal. Y entonces decides.
Me he encontrado en muchas situaciones difíciles y esa forma nuestra de ser me ha ayudado siempre. Siempre nos apoyamos en las palabras en todos nuestros juegos. Mira que no nos habremos insultado, y siempre teníamos que tener la última palabra disparada para nuestro oponente. ¿Os acordáis? "Y tú más"," Pues tú, toda la bola del mundo" "Y tú, el universo ", " y tu, hasta el infinito" Para decirnos que éramos tontos. Hacíamos de la tontería un arte, amigos. Y aunque os llevaba en el corazón estabais tremendamente lejos, inalcanzables, diría yo.
Y os voy a contar cómo volví a reencontraros.
Estaba yo nadando en una de las piscinas más importantes de Burgos y rememorando allí nuestra piscinita de la Pradera. Porque no me vais a negar que no fuimos afortunados ni nada, de niños. Teníamos piscina y todo. En el invierno se usaba para el ganado, y en los veranos nos bañábamos nosotros después de haberla limpiado a fondo. No se cómo lo hacían, la verdad, pero el agua estaba limpísima. Espejeaba. A la fuente de la pradera íbamos en grupos de amigos o en familia, a pasar el día o una tarde cualquiera.
El caso es que salí de la piscina y me fui al kiosco más cercano a comprarme el Diario de Burgos que me gustaba leer; y después, hasta escribir en él; y en todas sus secciones posibles, "Cartas al director" , "Vivir" , "Provincia" e incluso en la última página del mismo. Si tengo tiempo os iré contando tantas peripecias, y tanto como he escrito. Pero no os preocupéis que todo que he hecho lo tengo guardado y quizás algún día os lo pueda enseñar ya que he realizado con mis trabajos varias exposiciones de fotos, artículos y poemas enmarcados en fotos. Tengo los trabajos de mis dos exposiciones listos para ser expuestos al público otra vez, e incluso los folletos de introducción a las exposiciones que yo misma realicé .Total que solo consistiría en colgar mis trabajos con esa masilla azul, “blutuk” que también la guardo. Pensé deshacer la exposición pero buscaba un momento para ello, y ya he pensado algo mejor, volver a exponer mis obras.
Son obras sencillas para pueblos sencillos porque en una ciudad se perderían mis trabajos, y además en una gran ciudad hay otras personas de más categoría que yo, y con carreras y masters a sus espaldas y os diré que yo he estado aprendiendo sobre la marcha, con mucha ilusión y mucha constancia. Me he divertido muchísimo mientras lo hacía y todavía me revierte tanto entusiasmo como puse en ello. Algunas veces, incluso, creía que me iba la vida en ello. ¡Qué pasión!
Puede ser muy interesante comunicar caminos que un día se cruzan. Vivo, en un punto del Camino de Santiago y viví en la Ruta del Cid, y ese mismo camino está a 10 km. de mi casa, y a un cuarto de hora de Burgos. ¿No es fascinante? Pues si os parece bien para el verano puedo llevar allí mis trabajos para que veáis otro camino distinto del vuestro y vivido por una cirueleña de corazón. Yo siempre he dicho que cuidado con nosotras, que tenemos un hueso muy duro, pero qué dulces son las ciruelas y lo ricas que están.
Ya voy definitivamente a lo que empezaba a contar .En el periódico que compré aquel día al salir de la piscina, estaba " El Camino del Cid" en bicicleta , por Markina ;y los campamentos de verano de la Fuente de la Pradera de Ciruelos del Pinar en una foto. Me conmocioné, os lo juro. ¿Este pueblo en que viví tantas cosas fantásticas y también tristes, de verdad que es Camino del Cid? Y entonces empecé a comprender y a entender mejor que no fue casualidad que tuviera aquellas gentes tan buenas y generosas, ya que provenían de un camino tan singular. Después de leer aquello lo conté en Burgos en una carta al director que todavía conservo pero que debo buscar, y la verdad es que me alivió poder contar mi experiencia con vosotros a los lectores de Burgos porque estaba desbordante de tantas emociones juntas que si no hubiera podido expresar me hubiera muerto de alegría. Y estoy aquí, todavía, amigos y amigas , y con deseos de abrazaros de nuevo en breve.
P.D.: ya encontré esa carta que escribí y la he dejado en el foro de esta misma casa en Guadalajara. Porque intuí que muchos de vosotros estáreis ahí.