Azuqueca de Henares - Guadalajara

Por lo que venimos constatando, no es que el PP quiera hacer oposición al PSOE, sino que lo que practica es oposición con saña contra los más débiles y por eso no es de extrañar que en vez de criticar al Gobierno por la lentitud en la aplicación de la Ley de Dependencia, le niegue esa ayuda a las personas y familias desesperadas, véase Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Murcia y las Baleares.

El hecho de que esas acciones no van dirigidas contra el partido opositor sino contra los enfermos y más débiles se puede constatar fácilmente con las trabas y multas que impone la alcaldía a los autobuses que van de Azuqueca al Hospital Universitario de Guadalajara cuando es imposible ir en coche por la escasez de aparcamientos públicos, lo que da a pensar si es que no existe algún interés de forzar la utilización del parking privado.

Por el contrario, en Guadalajara, los aparcamientos destinados a los minusválidos se pueden contar casi en una mano pero a diferencia de lo que ocurre en la Comunidad de Madrid, donde los minusválidos pueden aparcar en las zonas con parquímetros sin más, en Guadalajara tienes que subir cuestas e incluso dar rodeos para poder echar la moneda en el parquímetro al que, además, difícilmente se puede acceder desde una silla de ruedas y luego buscártelas de nuevo para poner el tiquet en un lugar visible sino no quieres afrontar una multa.

Ayer concretamente, y después de dar vueltas de manera desesperada, tuve que parar detrás de un edificio público, donde había en esos momentos unos 10 aparcamientos libres y detrás de una señal que indica fin de prohibición de estacionamiento (tengo muestras gráficas).

Procedí a la entrega de un documento y regresé inmediatamente (unos 3 minutos) y cuando regresé me encontré que estaban tomando una fotografía y nota para multarme y le dije, por favor, que acabo de parar y ya me marcho, que es que llevo ya 15 minutos dando vueltas y el lugar más próximo donde he encontrado un lugar me pilla a más de 10 minutos en la silla.

La respuesta fue: ¿y qué me quieres decir con eso?

¡Pura sensibilidad hacia los discapacitados Sr. Alcalde!