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La crisis refuerza a Le Pen

Los obreros franceses giran hacia la derecha nacional

2 comentarios BRUNO DE MENA

La Fundación socialista Jean Jaurés revela que hasta el 35% de los trabajadores se decanta por el Frente Nacional.

Un viejo adagio de la izquierda dice que no hay nada más tonto que un obrero de derechas. Eso era antes de que los Gobiernos de izquierdas dejaran a los obreros en paro. Ahora, los trabajadores, o lo que queda de ellos, descubren que su protección ya no está en la izquierda tradicional, sino en otras latitudes. En Francia, la fundación Jean Jaurés, vinculada al Partido Socialista, acaba de publicar un informe cuya conclusión es inequívoca: “La oscilación de la derecha a la extrema derecha del voto obrero, en Francia, es una realidad incuestionable”.

Segunda fuerzaPrecisamente este 1 de Mayo, fiesta del trabajo y jornada de reivindicación obrera en todas partes, ha servido para poner en escena este giro. Un grupo de jóvenes trabajadores franceses decidía celebrar el 1 de Mayo con Marine Le Pen, la presidenta del Frente Nacional. La circunstancia coincide con el significativo aumento de la intención de voto al Frente en todas las encuestas. Este mismo lunes la cadena BFMTV divulgaba una encuesta del instituto CSA según la cual Marine Le Pen supera en cuatro puntos al presidente y líder socialista François Hollande.

La encuesta de CSA incide en lo que todos los indicadores de opinión vienen señalando desde hace meses: la popularidad de Hollande está bajo mínimos. Es incluso menor que la peor cifra obtenida en su día por Sarkozy. En concreto, a Hollande se le atribuye una intención de voto del 19%, frente al 34% de encuestados que dicen estar dispuestos a votar de nuevo a Sarkozy. Pero lo más llamativo es que la segunda fuerza política del país es precisamente Marine Le Pen, con una intención de voto del 23%. Estos datos significan que, si hoy hubiera elecciones presidenciales, la magistratura se la disputarían la derecha liberal de Sarkozy y la derecha nacional de Marine Le Pen. Los socialistas de François Hollande no pasarían de la primera vuelta. Y eso que aún no llevan un año en el Gobierno.

Naturalmente, las encuestas son sólo encuestas: lo que vale es el voto el día de las elecciones. Pero en los cuarteles generales de la izquierda hay temor porque, cuando se desciende al detalle del voto sectorial, los socialistas constatan que están perdiendo sus viveros tradicionales, y en particular el apoyo de la clase obrera. Eso es lo que ha tratado de analizar el mencionado estudio de la Fundación Jean Jaurés, titulado “¿A dónde va el voto obrero?”.

Trasvase socialHace muchos años –en tiempos del viejo Jean-Marie– que se observa un trasvase de voto obrero al Frente Nacional. Empezaron a finales de los ochenta los votantes decepcionados del Partido Comunista. Con todo, este era todavía un voto reactivo y, además, minoritario: se votaba a Le Pen en las europeas o en las legislativas como manifestación de protesta contra la clase política, contra la inmigración, contra... Pero las cosas han cambiado mucho en las últimas convocatorias electorales: “Lejos del voto de protesta que en otro tiempo encarnaba Jean-Marie Le Pen –dice la Fundación Jaurés–, el voto del FN se ha convertido en un voto por. De ahí las buenas perspectivas de la extrema derecha ante las próximas elecciones municipales. Lejos de oscilar entre la extrema izquierda y la extrema derecha, el voto obrero se ha radicalizado a la derecha de la derecha”.

Obreros por Le PenLos datos son muy llamativos. Entre un 28% y un 35% de los obreros franceses se decanta expresamente por Marine Le Pen. Es un porcentaje sólo levemente inferior al que recoge el socialista Hollande y, desde luego, superior al atractivo de Sarkozy entre la clase obrera, que se limita al 25% aproximadamente. También es muy significativo el tipo de voto obrero que oscila hacia el Frente Nacional: mayoritariamente joven y francés de cepa, es decir, no inmigrante. Por el contrario, quien se beneficia del voto inmigrante es el socialista Hollande.

¿Por qué está pasando esto? La Fundación Jaurés recurre a una explicación de tipo sociopatológico: “La ascensión del voto y las inclinaciones hacia la extrema derecha de los obreros traduce una demanda de protección que no ofrecen los partidos políticos tradicionales –interpreta Jean-Philippe Hulein, autor del estudio–. No es de extrañar que Marine Le Pen continúe creciendo en esos círculos obreros víctimas de la crisis”. Es decir que, en realidad, estaríamos ante una reacción irracional producida por la angustia de verse desprotegido.

Discurso nacional-popularOtros intérpretes aluden al proceso de descomposición intelectual y política que está sacudiendo a la izquierda. En efecto, los sindicatos franceses están profundamente divididos entre la tendencia al pacto de la socialista CFDT y la tendencia a la ruptura de la comunista CGT.
También está dividida la izquierda política entre los partidarios de una política restrictiva, al compás de Bruselas, como están haciendo los socialistas de Hollande, y los partidarios de una política de izquierda dura como el llamado Frente de Izquierdas. Estas disensiones habrían fragmentado el espacio electoral de la izquierda transmitiendo a su votante tradicional una imagen de desesperanza.

Abrirse a la izquierdaCon todo, estas interpretaciones dejan de lado algo que quizás es mucho más importante: el giro teórico y político del propio Frente Nacional, que bajo la dirección de Marine Le Pen, y con el asesoramiento ideológico del ex comunista Alain Soral entre 2007 y 2009, abrió un amplio espacio de voto hacia la izquierda nacional. El actual número dos de Marine Le Pen, Louis Aliot, ha seguido por el mismo camino. Así el Frente ha construido un discurso nacional muy popular y, sobre todo, creíble como alternativa de gobierno. Tanto que, como reconoce el propio Partido Socialista, cada vez son más los obreros que abandonan la izquierda para pasarse a las listas del Frente Nacional.

https://ww.intereconomia.com/noticias-gaceta/internacional/los-obreros-franceses-giran-derecha-nacional-20130504