Villaverde y Pasaconsol - Cuenca

Ya es mayor, tiene más de ochenta años, pero lo recuerda muy bien. A mí me lo contó en una de esas noches de estufa y viento gélido tras las ventanas. Sin tele, como Dios manda.

Como todos los días, me levanté temprano, y después de tomarme el tazón de leche me fui derecha a la cuadra a aparejar la burra. Hacía calor, era para primeros de agosto, cuando se iba terminando la siega. Fui metiendo los cuatro cántaros en las aguaeras de esparto, y apoyé en mi cadera la cantarilla, para aprovechar bien el viaje. Por el camino me fui encontrando con mis amigas y con algunos hombres que iban a dar de beber a las mulas. Íbamos alegres, como siempre, a veces cantando y bromeando. Me costaba cargar los cántaros, soy pequeña, pero ese día me ayudó D., con el que había bailado por primera vez la víspera, que era fiesta, domingo sería. Me puse la cantarilla en la cabeza, seguro que tú no aguantas así ni dos pasos, y cogí el camino de vuelta. Conforme íbamos subiendo la cuesta de la fuente, nos fuimos separando. Yo tenía que pasar por la plaza. Y allí los vi. Creo que el jefe era de Valera. Estaban sacando los santos de la iglesia y los estaban amontonando en mitad de plaza. Aceleré el paso. Al llegar a mi casa, mi madre me dijo que me metiera rápido para adentro, que ese día no habría misa.

Levantó la vista del fuego que se asomaba a través de las rendijas de la estufa, y me miró. Le gustaba hablar de cuando era joven, recordar sus años alegres. Pero entonces calló, casi asustada, como si hubiera roto un pacto de silencio.

Fatàstico relato de verdad en mucho tiempo no habia oido algo asì.

Como siempre increíble, Pontecazo. Fantástico relato y fantástica forma de narrarlo. Otra vez gracias por compartir con nosotros tus experiencias y sensaciones.

Una maravilla...¿podrías seguir Pontecazo?

Gracias por vuestras amables palabras, me alegra mucho que os hayan gustado estos tres relatos. La verdad es que tengo escritos unos cuantos inspirados en Villaverde, pero sinceramente me fío poco de estas webs anónimas. Ésta en concreto, Forociudad, tiene la sede en USA, sin dar más datos, ni ciudad, ni calle, ni nada de nada. Lo podéis comprobar en la parte de abajo de la página, en el enlace Cláusulas de responsabilidad y condiciones de uso. Por otro lado, también desconfío de lo que puedan hacer con estos relatos quienes entren en el foro: ya sabemos cómo es internet, y eso del "recorta y pega". En fin, quizá sea demasiado desconfiado. Lo dicho, gracias por leer mis pequeños relatos, y a seguir manteniendo vivo el espíritu villaverdero ("¡la sangre tira!", que diría uno al que todos conocemos).

En fin,es una lástima que no te animes a seguir deleitándonos con tus relatos.Pero te comprendo.De todas formas,mil gracias por compartirlos con nosotros