La hora de los ciudadanos ante una crisis profunda de compromiso Miércoles, 6 junio 2012 La hora de los ciudadanos ante una crisis profunda de compromiso Marcar como favorita Enviar por email Dirección de su amigo: La dirección suya: Comentario: Enviar a amigo Editorial 0 Comentarios La situación política y económica en nuestra región es de crisis profunda, más allá de la cuestión económica. Mientras el paro apenas empieza a diminuir levemente, a la espera de lo que suceda después de verano, y el Gobierno regional empieza a ajustar las cuentas, en el mejor sentido de la palabra, las soluciones a los problemas siguen naciendo viciadas, por falta de consensos previos elementales, por carencias evidentes a la hora de comunicar las cosas, por el vicio permanente de una oposición lastrada por su propia gestión que no creyó oportuno renovar a fondo sus cuadros directivos, y por una endémica crispación que termina por desbordar la paciencia de los ciudadanos. La iniciativa puesta ayer en marcha en Cuenca, puede y debe surgir en cualquier comunidad, en cualquier municipio, en cualquier comarca que observe desde la más absoluta de las impotencias, cómo la batalla partidista impide realmente el trabajo conjunto por el bien común. Los que los ciudadanos de Cuenca, en este caso, no quieren es discutir el modelo de gestión de un servicio público desde castillos ideológicos que anticipan la postura sin querer analizar la raíz del problema. Lo que los ciudadanos de Cuenca no quieren es que la manera de solucionar el problema sea eliminarlos de la ecuación. Y da igual si se habla de infraestructuras, sanidad o educación. Los modelos de gestión deben ser aplicados para garantizar los servicios y mantener las bases sobre las que ha de elevarse la recuperación social y económica de esta región. Y los partidos políticos, y también los sindicatos, tienen la obligación de priorizar, en estos momentos, y de verdad, la colaboración más sincera y útil para afrontar una crisis que va mucho más allá de lo económico. Y en esa colaboración, lo que debe quedar claro es que buscar soluciones no es cortar de raíz, ni atajar a costa del futuro, ni decidir que toda solución que se presente es mala y combatible porque así lo dicta la ideología, y no la lógica. Por eso, en Cuenca se da la paradoja de que la misma batalla por el hospital permite la encendida defensa de una instalación privada que ofrece una atención a los pacientes que precisan radioterapia, mediante concierto, y cuya disminución o pérdida no se valora por su carácter privado o público, sino por su efectividad y beneficio. No es una cuestión localista. Va mucho más allá: Es la hora de los ciudadanos. |