Casas de Benítez - Cuenca

Sin menospreciar el trabajo improbo de algunos funcionarios en montones de puestos complicados y comprometidos, hay que decir también que estos que trabajan y los que no lo hacen tienen infinidad de ventajas que los trabajadores privados no tienen.

Conozco un caso en el que la persona contratada como suplente, resulta que es la segunda, es decir una persona abandona su puesto para dar a luz, contratan a un suplente y se pone malo, no pasa nada contratan a otro suplente, osea tres jornales para un solo puesto de trabajo, ¿quien puede mantener esto y a costa de qué?.

Alguien se puede imaginar que obligaran a contratar a funcionarios (de a dedo de esos que sobran un montón) para vendimiar, (que no es mala idea) bueno sería el cachondeo padre, se juntaría la vendimia con la aceituna la recogida del almendro la poda y no se si para la siega ya habrían terminado, vamos que se les juntaría una cosecha con otra.

Hay que dispensar a los de carrera, se curran su puesto, pero así y todo tendrán que demostrar lo mismo que cualquier trabajador de la empresa privada y si no a vendimiar.

Se hacen comparativas que yo regañaría "cariñosamente", soy funcionario de carrera, he clavado los codos para sacar la oposición y ya tengo mi vida resuelta, muy bien, pero luego hay que defender y ganarse el puesto y el sueldo día a día, como haría cualquier, ingeniero, arquitecto, abogado, economista, etc.etc. en la empresa privada, su lucha es diaria, no se pueden dormir en los laureles y no se puede faltar al trabajo cuando a uno se le apetezca y no hay días mosocos. Diferencia, talvez la económica, antes se ganaba más dinero en la empresa privada que en la pública.