Así somo todos En estos versos creo que está el retrato de casi todos. De los que mandan, los que se dejan mandar, los que hablan, los que cayan, los que tiene faltas de ortografía queriendo y sin querer, los de la EGB y los de la LOGSE, los que padecieron palizas en las escuelas y los que le pegan a los maestros, los de antes y los de después. Lo malo es que nos fijamos más cuando el cenutrio es quien manda y sobre todo cuando demuestra que no sabe mandar. Por una vez y sin que sirva de precedente, en este caso no hay femenino. Un cenutrio cantaba alegremente, ruiseñor de las palabras se creía, con lecciones magistrales pretendía sentar cátedra y ser muy inteligente. Cada hilo que visita petulante enmaraña con afán necio y lascivo aferrándose a su instinto primitivo de ser genio; pero sólo es un pedante que pretende, que falsea, que enardece, que babea, que no llega, que se pasa de tan listo que incluso, algunas veces, ningunéanle los suyos en su casa. ¡Ay de aquel que va de sabio prepotente instruyendo a quien jamás le ha requerido!... Topará con más de uno que se enfrente y desprecie el mal consejo recibido. Porque aquel que ha de enseñar ortografía y tan sólo hace la "O" con un canuto, es seguro que no es más que un pobre bruto fracasado, impertinente y sin valía.
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