Han pasado ya 45 años de tu muerte mi querido Comandante, pero lo que hiciste perdurara para siempre.
En el vacío de la soledad del hombre, todos necesitamos creer, creer en aquellos ideales que tu siempre defendiste y supiste inculcar entre aquellos que no tienen nada pero que gracias a ti lo tuvieron todo, y no hablo de cosas materiales, pues al final esas cosas son insignificantes, hablo de tu amor, de tu amor por el pueblo humilde, de tus ansias de llevar el conocimiento y la cultura a aquellos que no tenían acceso a la misma. Nos enseñaste a pensar por nosotros mismos, sin seguir a los lobos que sacan a pastar a su rebaño para vivir de él.
Aprendimos que cada persona es única, gracias a ti soñamos con la libertad, la justicia y a no ser inmóviles y mucho menos pasivos ante las cosas que no consideramos justas.
Con tu asesinato, te convertiste en mucho mas que un hombre, te convertiste en un símbolo de la libertad y la lucha de clases.