La Participación Ciudadana La participación ciudadana, que en Córdoba y con la llegada de la democracia marcó caminos luego seguidos por otras ciudades españolas, ha cuajado, si cabe, aún más esta semana con la inauguración de la Escuela Municipal de Formación para la Participación Ciudadana. Precisamente en 1984 el Ayuntamiento de Córdoba aprobó su Reglamento de Participacipación Ciudadana y hasta ahora no ha abandonado nunca el empeño de hacer visible y posible ese compromiso entre políticos y vecinos a través de sus consejos de distrito, de su red de centros cívicos y de la interlocución con la Federación de Asociaciones de Vecinos. Sin embargo, hay dos problemas evidentes y claros en este discurso de madurez democrática que significa la participación ciudadana. Por un lado, la dificultad de la traducción de esa participación ciudadana en las decisiones últimas de los políticos, por mucho que esté establecido y reglamentado en normas, consejos de distrito o centros cívicos, como antes hemos señalado. Y por otro, el escaso prestigio de la política, que no solo no atrae a los ciudadanos sino que, incluso, los aleja en bastantes ocasiones. Córdoba, que siempre ha sido ejemplo en este difícil camino entre lo estrictamente político y los comportamientos humanos no pude abandonar este empeño sino que tiene que multiplicarlo. Esperemos que el uso de la Escuela Municipal de Formación para la Participación Ciudadana continúe con esta costumbre cordobesa nacida en los albores de la democracia municipal. |