La Rambla - Cordoba

Me van a permitir que, en esta ocasión, utilice como título de la columna un vulgarismo como la que acaban de leer. Pido disculpas anticipadas por utilizar semejante sinónimo de desbarajuste, desorden y guirigay. La palabra cachondeo deriva del verbo cachondear cuya acepción -más común en otros países de habla hispana que en España- sería: acariciar amorosamente a una mujer. Pueden los lectores dejar correr la imaginación y situar otros sinónimos. También, sin excluir, el uso vulgar del vocablo, cachondeo se utiliza para referirse al hecho de burlarse o tomarse a guasa una cosa o asunto. La palabra hizo fortuna años atrás cuando, el entonces alcalde de Jerez de la Frontera, Pedro Pacheco, afirmó que la justicia en España era un cachondeo. El edil jerezano, no me cabe la menor duda, no utilizó la expresión en su sentido amatorio, sino como sinónimo de guirigay, burla o guasa.
Pues bien, lo que está ocurriendo en el Parlamento de Andalucía con la comisión creada para arrojar luz y encontrar las responsabilidades políticas que hubiere, relacionadas con el reparto sin control de cientos de millones de euros, se ha convertido en un mayúsculo cachondeo. Un asunto donde se han encontrado desde falsos trabajadores que nunca trabajaron en las empresas que se acogían a los expedientes de regulación de empleo hasta empresas creadas ex profeso por gentes próximas al PSOE para recibir estos fondos -sobre los que se ha revelado una lamentable inexistencia de controles-, no merece la menor consideración a algunos de los comparecientes ante la mencionada comisión. En sus primeras sesiones se ha puesto de manifiesto que se trata de una tomadura de pelo porque los requeridos a declarar que comparecen -hay un ex alcalde de Cazalla de la Sierra llamado a comparecer a quien los notificadores no consiguen localizar y también una ex consejera a quien su agenda no se lo permite en las fechas que le han propuesto para hacerlo- han decidido no abrir la boca y responder con el silencio, en parte protector y en parte despectivo, a las preguntas de los miembros de la comisión. Alegan para callar que sus respuestas pueden perjudicarles en el proceso judicial en el que están inmersos e incluso algunos han llegado a amenazar a los parlamentarios con emprender acciones judiciales contra ellos por coacciones, daño a su imagen y atentado contra su honor. A tan bochornosa ceremonia colaboran los representantes en la comisión del grupo parlamentario socialista presentando por escrito sus preguntas a los comparecientes.
Entre unos que no asisten porque no se les encuentra, otros porque en su agenda tienen eventos más importantes que responder a los legítimos representantes del pueblo andaluz y los que acuden además de callar hacen gala de una actitud impresentable, la comisión de investigación del fraude en los ERE se ha convertido en una burla. Los comparecientes, más allá de amontonar las sospechas sobre su actuación -uno se pregunta sobre qué puede salir por su boca que tanto pueda perjudicarles judicialmente-, la están convirtiendo es un esperpento que haría las delicias de Valle-Inclán. Lo que dicho de forma más castiza, aunque sea una vulgaridad, esto es un verdadero cachondeo.

Perdona cohiba,¿ no as escuchado las interrogaciones al alcalde de SEVILLA y a ZAPLANA? podrían haberte parecido interesantes, tranquilo veras como comparecen todos los llamados, pero parece que la cosa no le esta saliendo bien al P.P., uno el juez que analizaba los casos, el otro ministro de trabajo, otro ministro de no se que, y no veas la que liaron en HUELVA, el otro día mas de uno estoy seguro que sus pensamientos eran !tierra traga me!SALUDOS