Espiel - Cordoba

Pedro esta en el supermercado. Es ya tarde. Después de una ardua jornada de trabajo, lo que más le apetece es llegar a casa y descansar. Aunque sabe que, cuando lo haga, sus hijos querrán jugar con él. Ellos son su ilusión, y espera ofrecerles lo mejor de sí, a pesar de la difícil situación que le toca vivir, con un sueldo que no le alcanza. Su mente está ocupada pensando qué hacer para pagar el alquiler de la casa del próximo mes. Así llega a la fila de la cja. Delante de él reconoce a una vecina ya mayor, que vive sola, y que va metiendo la compra en su bolsa.
-Son 3 euros, señora-le dice la cajera-.
-Uy, pues he calculado mal. No me da, así que tengo que dejar algo, pues solo tengo dos.-
Y la pobre señora comienza a dejar la leche y algunos yogures que había comprado.
Y Pedro dice a la señora:
-No se preocupe, ya lo completo yo, llévese todo lo que ha comprado.
Y Pedro paga lo que debía la señora.
Un mes después, Pedro recibe una carta. Carmen, la señora mayor del supermercado, había decidido regresar a su pueblo, y le ofrecía su piso para que allí viviera dos años, con el compromiso de que lo cuidara y conservara como si fuera suyo.