MINAS DE HULLA «LA LUZ» Y «LA LLAMA», en la cuenca de Espiel.

En la provincia de Córdoba, á la distancia de un kilómetro, aproximadamente, del pueblo de Espiel, hacia el Sud, hállanse las ricas minas de hulla denominadas La Luz y su ampliación La Llama, constituidas por 57 pertenencias de hectárea en la cuenca carbonífera del citado pueblo á Belmez.
La vasta extensión de estas minas , la abundancia del mine- ral en un campo de labor de más de 600 metros de longitud, y las condiciones especialísimas de su explotación, permiten asegurar que sus carbones han de competir en precio, en los puertos de embarque, con los mejores carbones ingleses , cuando los trabajos lleguen á adquirir el desarrollo que exigen.
Para juzgar de la riqueza de los carbones de La Luz basta fijarse en el informe facultativo, que tenemos á la vista , del ilustre químico francés M. Weil: el carbón de La Luz es hulla seca, muy puro, peritoso, de llama larga, á propósito para locomotoras y máquinas horizontales de vapor, y su detenido análisis arroja los siguientes datos: de cada 100 partes resultan 3,50 de cenizas blancas ; 62,95 , de carbón fijo ; 33.55 , de materias volátiles, ó lo que es igual: cada 100 partes contienen 66,45 de coke compacto, de superior calidad, con una potencia calorífica de 6.988 calorías.
En la imposibilidad de describir ampliamente las diversas circunstancias de la mina, porque traspasaríamos los límites prefijados á esta sección, daremos breve noticia de las seis vistas (tomadas de fotografía directa) que aparecen en el grabado de la pág. 364, representando varios trabajos de la mina La Luz.
La señalada con el núm. 1 figura un descubierto que ha de tener 250 metros de largo por 150 de ancho, y que se desmonta actualmente para arrancar á cielo abierto trescientos mil metros cúbicos de carbón, después de haberse extraído ciento cincuenta mil metros cúbicos de tierra, aprovechando las favorables condiciones del terreno; y es de advertir que las tierras arrancadas se depositan en el terraplén de 20 metros de altura que aparece en el grabado núm. 5 , y que para el trasporte de los carbones á la Estación de Espiel, la cual dista tres kilómetros de la mina, hay un ferro-carril de vía estrecha, servido por dos locomotoras y dotado de suficiente material de wagones. Las labores de reconocimiento, que han puesto en evidencia tan gran riqueza, se han practicado por el pozo que se indica , á la derecha del observador, en el grabado núm. 3 : dicho pozo tiene una profundidad de 50 metros, de los cuales los 30 de la parte inferior miden el espesor del depósito de carbón que se trata de explotar.
Un plano inclinado con veinte por ciento de pendiente, servido por una máquina horizontal fija de veinticuatro caballos de fuerza, eleva las tierras de las zonas inferiores, en wagones que vuelcan al terraplén , y el carbón es subido por el mismo plano, también por medio de wagones de cuatro toneladas de cabida, que siguen á la Estación, donde es cribado y clasificado el mineral, y últimamente cargado sobre los wagones de la línea férrea, en el muelle que representa el grabado núm. 2, y los menudos, producto del cribado, son convertidos en aglomerados en la fabrica contigua, que figura en el mismo grabado.
El trabajo del desmonte está dividido en zonas de seis metros de altura, y tal división permite arrancar varias a la vez, garantizando la seguridad del obrero los hundimientos de los taludes que él mismo provoca, sin que hasta ahora, en los cien mil metros cúbicos de tierra que van arrancados, haya habido que lamentar ninguna desgracia personal. El espesor de la capa de carbón en los desmontes es de 20 metros.
El grabado núm. 6 representa otra mitad del desmonte, desde el plan de desembarque, y en la que se ve ya la zona inferior de carbón: sácanse actualmente 500 metros cúbicos diarios, con el esfuerzo de 100 hombres y el auxilio de una máquina de vapor y siete caballerías, y en los demás trabajos de la mina hay empleados 200 obreros y montadas siete máquinas de vapor, existiendo también dos locomotoras para la tracción del mineral ya mencionada; y el núm. 4 figura la casa-habitacion para empleados , y las oficinas.
En contra de los que creen que el obrero español es inferior al extranjero en fuerza y resistencia, sirva de ejemplo un peón de La Luz, que gana diez reales, y carga doce wagones de un metro y cuarto cúbico diarios, y á veces de dos metros; no siendo esto un hecho aislado, porque cincuenta ó sesenta jornaleros de la localidad están haciendo igual trabajo hace más de un año.
Hállase al frente de esta Empresa, puramente española, y dirigiendo sus trabajos, uno de los propietarios de la mina, don Eugenio Roma y Figueras, y las obras de desmonte se ejecutan por los contratistas franceses Sres. Lemoniez y Senac.
Ha contribuido en gran parte al desarrollo de esta mina la Compañía de los ferro-carriles de Madrid á Zaragoza y á Alicante, contratando más de cien mil toneladas de carbón, y la fundición de plomos de M. Dunean Schan, de Córdoba, que también ha consumido grandes cantidades de mineral de La Luz.
Esta breve mención de las minas La Luz y La Llama no carecerá de oportunidad para nuestros lectores en estos momentos en que todo el mundo se preocupa de la próxima Exposición de Mineralogía y Cerámica, cuyo programa extractamos en uno de nuestros últimos números.

Texto completo en:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/06920622266070862032268/205435_0003.pdf

Ilustración en:
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