Encinarejo de Córdoba - Cordoba

Según recoge la calificación fiscal, en febrero del año 2000 el exalcalde solicitó una subvención para la construcción de una obra municipal, cuya ejecución había sido adjudicada a una entidad de la que era representante legal uno de los empresarios que forman parte del proceso.

Al objeto de justificar la necesidad de la subvención descrita, Múrez aportó con la solicitud de petición de la subvención una factura expedida por la entidad por importe de 60.418,23 euros, en la que se incluyeron distintos conceptos, cuya relación supuestamente era «ficticia y nunca llegó a dispendiarse por parte de la entidad adjudicataria».

La factura solamente tenía como misión justificar la subvención otorgada por la Consejería de Turismo de la Junta por un montante de 40.000 euros. La cantidad fue obtenida «fraudulentamente» e ingresada en las arcas municipales, según recoge la calificación del fiscal.

Con posterioridad, la empresa en cuestión cesó en la ejecución de la obra, de manera que fue adjudicada a otra entidad, representada por un empresario que en ese momento realizaba las obras del pabellón polideportivo local. En declaraciones como testigo, este empresario reconoció que recibió un fax del alcalde con los conceptos «falsos» que tenía que introducir en la factura aunque matizó que desconocía si el Ayuntamiento la solicitó para justificar una certificación de obra cuya subvención fue realizada en un proyecto distinto (un sendero cicloturista).

El Ministerio Público insistió en sus preguntas a los empresarios que participaron en la obra que explicaran los conceptos de obras y el por qué no coinciden y ni siquiera se han aportado documentos de contratación que aseguren que el procedimiento legal se siguió correctamente. De hecho el empresario que culminó las obras del Mirador ha declarado al tribunal que los conceptos de la factura los propuso el alcalde y ellos tuvieron que hacerlo de ese modo si querían cobrar, aunque al final sólo cobraron una mínima parte pese a haber terminado la obra.

Por su parte, el empresario que inició las obras, en calidad de testigo, señaló que la factura que presentó pero que no cobró era porque la ley le permite solicitar un adelanto en concepto de maquinaria o material, ya que su empresa no tenía capacidad para comprar unas cubiertas metálicas que iban a recubrir el depósito de agua.

Sin embargo, el Ministerio Fiscal le recordó a este empresario que esa no había sido su declaración incial ante el Juzgado de Instrucción a lo que respondió que nada de lo que declaró ante la jueza de Instrucción era verdad porque estaba presionado alegando además padecer una enfermedad mental. «Mi declaración se parece lo mismo que un churro a dos castañas», repitió el empresario. En el acto del juicio, el fiscal del caso solicitó para este empresario la apertura de diligencias por si hubiera incurrido en un delito de falso