El tiempo que viene A diferencia del climatológico y, según los mensajes que empiezan a aparecer. El tiempo que se avecina será mas propio de un teatro de guiñol y propaganda del régimen, que no, una explicación de los problemas que realmente aquejan a la población, y que serán omitidos para endulzar un café de por sí bastante amargo. Este vicio tan generalizado -conformista y degenerativo- de exponer sólo hechos y ocultar la realidad de los problemas mas cotidianos; forma parte de ese lenguaje de politiquillos apoltronados que jamás hicieron un ejercicio de autocrítica, buscando la autocomplacencia y viendo la paja en el ojo ajeno. Sin temor a equivocarme, habrá, -y ya suenan gaitas-, presiones de toda naturaleza. Se contratará, aunque sea con el "bolsillo" de los señores gobernantes, a fieles a la causa. Se venderán historias para el descrédito del oponente. Se prometerá la construcción de iglesia, viviendas, (como hasta ahora) y subvenciones, aunque de dificil justificación. Y así, girará el teatro. Mientras, la población, en actitud pasiva oirá y en parte creerá a estos vendedores que jamás pronunciarán las palabras: libertad de expresión, discrepancia y derecho a la información. El día que la ciudadanía, harto concienciada, decida emplearse a fondo, estos guiñoles tendrán que explicar sus gastos en tanta farándula y circo como tienen montado. ¿A qué tanto gasto voluntario, dejando los obligatorios para otros tiempos? Si lo conocieran, si lo explicaran, si tuvieran capacidad, si tuvieran la honestidad de reconocerlo y de no mentir. Entonces no se cuestionaría a estos ineptos que malvenden un territorio sin importarles un bledo. O tomamos en serio el devenir de Almodóvar, o la fractura cada día será mayor. Y desgraciadamente, no me refiero sólo al territorio. Salud. Manolo Baena
|