Torrenueva - Ciudad Real

El día 11 de agosto de 1934 en un lugar de la Mancha, Manzanares, ese día en su plaza de toros se lidiaron ocho toros de la ganadería de Ayala Hermanos, para Simao da Veiga, que rejoneó los dos primeros, y los diestros Sánchez Mejías, Armillita y Alfredo Corrochano. Si bien la noticia no fue el hecho de esa corrida, sino la tragedia que en esa plaza tuvo lugar, pues cuando Sánchez Mejías lidiaba su primer toro,de nombre "Granadino" recibió un pitonazo en su pierna izquierda y una cornada en el muslo derecho, ocasionándole la muerte, acaecida el lunes, día 13 de agosto de 1934.
No sólo los amantes de los toros lloraron su muerte, también los mejores poestas españoles, pero ninguno como su amigo Federico García Lorca igualaría su canto poético hecho lágrimas:

"A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde...
...Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde..."

"¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena...

...No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca...
...No hubo príncipe en Sevilla,
que comparársele pueda...
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué gran serrano en la sierra!
¡Qué blanco con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tieron con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tinibla!..."

Hoy, una torreveña, que aun no seguidora de la fiesta taurina, le dedica este recuerdo.

María Reyes Hellín Cruz

Ayer, se rememoraba 65 años de la mortal cogida, en Linares, del IV Califa de Córdoba, el malogrado: Manuel Rodríguez “MANOLETE”, que fallecería en la madrugada del día de hoy (29-agosto-1.947).

Hoy, en todas las plazas de toros de España, el público y los toreros, en su recuerdo guardan un minuto de silencio a: “...aquel caballero recio, que más que olivo frondoso de la vega cordobesa, parecía árbol castellano, sarmentoso, seco...”, en palabras de otro gran maestro, del cante, Manolo Caracol, que le dedicaba esta copla a su amigo:

De buen torero,
hasta en la muerte tú diste
detalles de buen torero.
Si un toro te dió la muerte,
tú lo mataste primero
como matan los valientes.

De menor entidad lírica-poética, que García Lorca, pero con la misma intensidad y hondura artística, que le da, el duende de su voz. Ampliar en:


Estoy pensando en la similitud, en determinados aspectos de su concepción del toreo, con José Tomás

precioso quiñones

Creo que deberíamos ver el trapio, el encaste, la cornamenta de los toros que torean algunos "figuras"

Es cierto que en plazas "menos importantes", el reglamento se interpreta de forma menos rígida que en "las importantes", el propio reglamento lo prevé así (menos kilos, menos trapío, menos de todo).
La seriedad de las plazas, la da fundamentalmente el público, que es el que paga y exige. Cuando entras en una plaza llena de neveras, ya tienes vista más de media corrida. ¿Esto no es serio?. Esto es, lo que es, ni mejor ni pero, lo que el público quiera que sea. No deja de ser una fiesta (así empezó).
Ocurre en todos los espectácules, a mayor conocimiento, más exigencia. A menor conocimiento, menos exigencia. El aficionado a las carreras de galgos y de motos, que entiende, va buscando las carreras mejores (donde los galgos y los pilotos sean más conocidos o premiados). Y es allí, donde la mayoría del público es más entendido y, lógicamente, el nivel de exigencia es mayor.
En mi opinión todas las plazas son necesarias. En las plazas pequeñas (mejor que "menos importantes") los futuros toreros aprenden, se van preparando en suelta de vaquillas, pasan de novilladas sin picar, a novilladas con picadores, toman la alternativa y pasan a plazas mayores, como toreros, lidiando toros.
Yo no hablaría de figuras, hablaría de apoderados, que son los que dirigen la carrera del torero. Donde ellos puedan o les dejen, pues... lo mejor para su torero.
Lo único que no se puede tolerar, a mi entender, es que el toro no salga íntegro, podrá ser mejor o peor, el ganadero se la juega -en que venda más o menos, está su criterio de selección y que embarquen de su ganadería sin merma en sus defensas).
Hablo de apoderados, de ganaderos, también, de los empresarios de plazas. Muchas personas, muchos intereses.
Esto, y algo más, es la sombra de un espectáculo, que tiene muchas luces. Prefiero la luz a la oscuridad, que existe y es necesario conocerla, porque todo forma parte de la gran Fiesta de los Toros, tan presente en España en sus aspectos artísticos (el espectáculo en sí, literaria, pictórica,...), económico, medio ambiental, social, cultural,..., hasta político, que sin ella no se podría conocer la realidad española.
Ahora me preocupa más que el aficionado no pueda ver toros en la Monumental de Barcelona y en Cataluña. La libertad está en poder asistir, o no hacerlo, a una corrida de toros (en cuanto a la crueldad, se prohibe la entrada a los menores).