La Solana - Ciudad Real

Una historia de hace casi diez años. La tenía impresa pero creo que por entonces yo utilizaba un ordenador ¡Con diskettes! y estos ya no me funcionan. Por lo que he tenido que copiarla de nuevo. Por Halloween, una fiesta que no es autóctona pero a la que voy acostumbrándome.

UNA DIMENSIÓN MALDITA

En pleno mes de Julio, una pandilla de amigos celebraba su particular verano en un garito de la Playa. La juerga iba “in Crescendo” y animados por las libaciones del alcohol y el levante que soplaba, una pareja se fue escabullendo poco a poco. Se adentraron en la arena y se disponían a dar rienda suelta a sus instintos en ese lecho de arena. Iban a amarse como si no hubieran estado juntos en meses. Entonces surgió un grito lastimoso a unos metros de allí: “Salvadme por favor, me ahogo”. La cosa era muy extraña, había una barca de aspecto siniestro, como de otro mundo, y continuaban dentro de ella las quejas. Aunque no se divisaba nada. El chico, un poco por solidaridad y un poco por si había algún peligro, sin pensárselo dos veces subió a la barca.
La chica se quedo aturdida cuando vio como su novio desaparecía dentro de la barca. ¡No me gastes bromas, anda tonto, ven conmigo! Ya de verdad empezó a inquietarse, miró dentro de la barca y no vio más que oscuridad, pero una negrura que traspasaba en fondo del navío.
Histérica y desconcertada, huyó hacia los bares de la playa pidiendo auxilio. A sus lamentos acudieron unos amigos y algunos noctámbulos que había por allí. Le dijeron que se calmara y que les dijera que le pasaba. ¡Él, mi novio, la barca, se lo ha tragado! Tranquilízate, de que barca hablas y miraron donde ella les indicó. Allí no había ningún rastro de barcas ni de personas, ni del novio, ni del que emitía los tenues quejidos. La llevaron a un centro médico donde le suministraron unos calmantes, era mejor que descansara y casi desvanecida por el efecto de las medicinas, la acercaron a su casa.
El día siguiente no fue aclaratorio, más bien lo contrario. En la playa, de madrugada, unos pescadores hallaron el cuerpo del novio de la chica, irreconocible, como dañado con ácido. Lo más misterioso era que yacía justo en el mismo sitio que despareció en la presunta barca de que hablaba la novia. No lo había arrojado el mar, al menos un agua corriente, estaba como mojado y reseco por un líquido desconocido. La policía acudió, lo notificaron a la chica y a la familia del chico. Y todo quedó en un enigma que nadie entendía.
Una médium que conocía el caso, le dio una explicación. No era algo de este mundo. Mejor digamos de esta “dimensión”. En otro canal dimensional, una persona con poderes extrasensoriales se hallaba en serio peligro. Navegaba por un mar, no un mar de agua, sino de sustancias corrosivas ¿Pero por qué se arriesgaba a ello? Nadie en este sector espacio-temporal lo hacía sin un motivo grave. Debía prorrogar su vida, pues llegaba a su fin y el necesitaba unas unidades de tiempo más para sus siniestros motivos. Pero el destino corría en su contra, se le acababa el aliento, y aunque si alcanzaba la isla de la prolongación de la vida, se le concedería algún tiempo, la fuerza de su providencia, le arrastraba al fondo de ese mar que lo destruiría para siempre. Entonces recordó un sortilegio, y, con sus poderes, invocó al señor del intercosmos. Le pidió que comunicara su mundo con otro. Y que arrastrara a otro mortal en su lugar a la muerte, el asumiría el tiempo de vida que le quedara a ese mortal, por lo que deseo que fuera joven.
Así esa noche quiso que el chico fuera arrastrado de su mundo a otro donde le esperaba la muerte. Y, una vez absorbida la muerte del nigromante y transferida su esperanza de vida al mismo. Su cuerpo inerte volvió a la costa donde la muerte sustituyó al amor.
La chica perdió la razón, su novio había muerto. Y no parecía que un culpable, quien lo hiciera, era una voz en una barca maldita… Que además no existían. Sus nervios acabaron destrozados. Y se pasaba las noches viendo la televisión, oyendo a brujos y videntes de pacotilla. Empezó a leer libros exotéricos y su mente empezó a desvariar cada día más.
Fue ingresada en un psiquiátrico. El único recuerdo del chico al que se aferraba y nunca se separaba de él era un amuleto que compraron en un mercadillo de Estambul. Según el que se lo vendió daba buena suerte.
Siguió obsesionada con buscar explicación a la muerte del chico. Se escapó reiteradas veces del manicomio. Y un día, un intervalo lúcido de su locura, le llevó a una biblioteca especializada en temas de oscurantismo. Halló la posible explicación a la desaparición de su novio y del misterioso sonido de la barca. El libro le mostraba los conjuros para viajar a esa dimensión que le arrebató a su amor más querido. Allí decía que necesitaba un objeto que hubiera estado en el otro sector dimensional. Se desesperó, si cabe, aún más. Y eufórica abrazó el amuleto, sí, él estuvo en el otro mundo.
Busco la hora del día y el lugar adecuado. Y volvió a escaparse del psiquiátrico. Corrió a buscar su preciado libro donde lo escondió. Se fue aunque estaba lejos, a la playa donde sucedió todo. Cuando levantaba el amuleto invocó a señor del intercosmos de nuestra dimensión y se abrió una comunicación que la conducía al asesino de su novio. Lo vio en una montaña muy alta, era un acantilado que daba al mar, probablemente la misma costa donde se ahogó su chico. La chica le pidió ayuda desde una roca próxima al borde, él desconfió, pero ella aunque sin razón, pensó que no se resistiría a tener unos años más de vida. Voy a morir le dijo, asume mis años, soy una mujer joven. Él se extrañó de que alguien conociera su codicia de vivir cuanto más mejor. Pero su curiosidad era menos fuerte que su avaricia de tiempo. Corrió, no a ayudar, sino a asimilar la parte de vida de esa joven, cuando se acercó ella cruzó el espacio interdimensional y le empujó con todas sus fuerzas hacia las rocas del acantilado.
Cada golpe de los salientes llenaba de gozo a la desdichada chica. El cuerpo del médium llegó destrozado al agua, pero vivo. Cuando sus heridas dieron con el corrosivo mar, gritó con el dolor del final y ella escuchó algo así como una maldición que no entendió.
Ella regresó a la playa. Tenía los brazos muertos, el simple empujón daba la sensación de haberla agotado. Antes de regresar al hospital, pasó por el cementerio a ver la tumba de su novio. Dejó en ella el amuleto cerca de la cruz y entonces se representó en su mente el poder de la última maldición del médium. Su novio, allá en la dimensión de la muerte, estaría condenado a morir ahogado eternamente. Ella se desmayó, una muerte tan terrible y continuada hasta la eternidad.
Despertó en el hospital, amarrada por fuertes cinturones a la camilla. Pero ya todo le daba igual. No podía ayudar a su chico, y prefería dejarse morir lentamente. Hasta que estuviera cerca de él y quizá podría hacer algo.
Si no se hubiera enfrentado a los poderes del mal, quizá él descasaría en paz. La despiadada muerte del oscurantista de otra dimensión, fue una victoria con derrota cruel.

Al-Hakam que no teme por que no debe
08/07/2002

Otro relato de terror, comentad algo, que a lo mejor lo leéis pero no lo se si no decís alguna cosa. A los que nos gusta escribir, tamibién nos gusta que lo escrito se lea y, en su caso, se critique.

EL DÍA MÁS EXTRAÑO

Notificar la noticia de un accidente de tráfico es una tarea ingrata. El agente de policía se dirigió al domicilio del fallecido. Le dijeron que allí vivía su hermano. Este agente había sido testigo del infortunio y eso le hacía más difícil su cometido. Cuando se abrió la puerta el oficial casi le da un infarto, pues quien aparecía delante de él, era el accidentado. Luego de recuperarse supuso con acierto que eran hermanos gemelos, lo de decir a un hermano que había fallecido el suyo era duro, pero al ver que se lo estaba diciendo a un mellizo era más difícil por lo unidos que suelen estar este tipo de personas.
Naturalmente Daniel se lo tomó muy mal, pues efectivamente estaban muy unidos, David su gemelo se despistó en un adelantamiento y chocó frontalmente con otro vehículo. El otro accidentado afortunadamente no había muerto y aunque bastante grave se estaba recuperando.
Y claro como era su única familia, tenía que prepararlo todo para el sepelio. Pero como estaba muy embotado mentalmente, llamó a su amigo Carlos. Este después de superar la consternación que suponía la muerte de su también amigo David, le ofreció todo su apoyo y ayuda.
Una vez que se realizó la autopsia y se tramitaron todos los papeles pertinentes para que el cadáver abandonara el depósito, los dos fueron al tanatorio a recibir a los conocidos. Pues los familiares eran muy pocos y alejados.
Carlos un poco más atento le comentó a Daniel que alguno de los dos debía ir al cementerio para que después de la ceremonia todo estuviera listo y el amargo trago fuera lo más breve posible. Y el mismo Carlos le sugirió a Daniel que fuera él. Un poco aturdido por las circunstancias aceptó. Salió del tanatorio y en vez de dirigirse al coche se desvió calle abajo, y en vez de dirigirse al cementerio empezó a deambular por la ciudad, deteniéndose de vez en cuando en algún bar, no era fácil digerir la muerte de alguien tan unido a ti desde el mismo nacimiento.
Carlos para asegurarse que Daniel iba al cementerio, lo llamó para decirle que no se demorara, pues en unas tres horas el cuerpo de David debía enterrarse. Pero no podía llamarlo a casa pues estaba en su coche o eso creía. Afortunadamente el mismo se había olvidado el móvil en el coche de Daniel y llamó desde un teléfono público a su propio número. Contestaron y la voz de Daniel sonaba un poco rara, normal, pensó Carlos, en estas circunstancias, le dijo que se dirigía al cementerio, que había hablado con los albañiles y que todo estaría a punto en el momento determinado. Bueno le dijo Carlos, estás tranquilo, dijo la persona que contestaba, si creo que esta vez el coche no será un problema. Esto le extrañó un poco a Carlos, pero con el ajetreo no le dio mucha importancia.
Daniel llegó a tiempo a la ceremonia. Todo transcurrió normalmente, como suele ser habitual en estos casos. Las correspondientes condolencias, sinceras o no, la charla del sacerdote, exaltando las virtudes, y disimulando si había algún defecto. Luego Daniel y Carlos fueron a dar finalmente sepultura a David. Cuando llegaron todo estaba listo, Tardaron lo indispensable en realizar la última acción que podían hacer por David. Y luego se retiraron a la casa de Daniel.
Carlos creyó conveniente estar por lo menos esa noche en casa con Daniel. Daniel no solo no se opuso, sino que se lo agradeció. Entonces le comentó lo que le había extrañado la voz de Daniel cuando hablaron por teléfono. ¿En el coche? Perdona Carlos, yo no he cogido el coche, me fui como perdido y me emborraché, si no llego a tomarme dos cafés bien cargados no sé si hubiera podido guardar la compostura en el funeral. Por lo que te agradezco que hayas ido tú al cementerio a arreglar las cosas. Pero de que me estás hablando Daniel, yo no me he movido del Tanatorio, pero entonces, con quien diablos hablé. Además el coche no estaba en el mismo lugar donde lo dejaste. ¿Qué Diablos...?
Hablaron con un amigo que tenía afición a los temas paranormales. Les dijo que había dos posibles explicaciones. Una que Daniel se hubiera desdoblado, y aunque fue a beber, su otra parte azuzada por su conciencia cumplió con su obligación de ir al cementerio. Eso no sería peligroso, pues el desdoblamiento, aunque inconsciente, cuando todo pasó, se habría deshecho y Daniel sería solo uno. La otra hipótesis podría ser más preocupante. Se trataba de David, desde otra parte vio que nadie le daría descanso a su cuerpo porque nadie iba a ir al cementerio, no sabe como pero se materializó y realizaría la labor que Daniel no hizo. El único problema es si esta materialización una vez hecha su labor, se había diluido o permanecía entre los mortales. Pues ya estaría libre y ociosa y su comportamiento podía ser impredecible.
Y parecía más sólida esta presunción, pues Daniel no sintió nada que pudiera denotar su desdoblamiento.
Esa noche Carlos durmió en la habitación de David. Su sorpresa fue cuando Daniel entró en la habitación y se disponía a cambiarse, en el armario de David, pensó que estaba sonámbulo y que a lo mejor compartían sus ropas. Luego se sentó en su mesa y empezó a buscar entre los papeles, encendió el flexo, lo que molestó a Carlos, y encendió el ordenador. Iba a decirle algo, pero prefirió mirar de soslayo, y hacerse el dormido. Escribió algo y luego apagó la luz y se fue.
Se oyeron pasos en la escalera y se cerró la puerta principal. ¿Dónde irá, Daniel? ¿No irá otra vez a emborracharse?. Bueno ya es mayorcito. El ordenador estaba todavía encendido y el texto no se había guardado. Carlos fue a leerlo, pues aclararía algo. Decía lo siguiente: Querido hermano Daniel, me siento culpable, por morir así, en un accidente, que yo mismo provoqué por adelantar sin tiempo .Teníamos mucho proyectos y la he fastidiado. Algo o alguien me ha dado una oportunidad de volver y como aquí no puedo seguir me voy lejos, seguiré en contacto contigo. Soy como una sombra pero hay algunas cosas que todavía quiero hacer. El cementerio fue mi primer sitio cuando regresé y será mi ultimo puerto cuando vuelva de mi viaje. Un Saludo David.
Carlos creía estar soñando o viendo visiones. No podía ser que fuera David o su clon quien había entrado. Debía ser una broma de Daniel, pero como podría bromear con esas cosas.
Por la mañana hizo que Daniel leyera el texto. Daniel se enfadó, le dijo que no se burlara de él. Que toda la historia era absurda y que seguramente el arreglo del cementerio fue cosa de los del tanatorio.
Por último Daniel dijo que su hermano desgraciadamente había muerto y aunque siempre lo recordaría ahora no estaba y ya está. Estaban viendo las noticias en la televisión, y en un país remoto de Asia vieron alguien muy parecido a Daniel de fondo, Daniel lo vio y cuando la cámara se acerco un poco vio el lunar del cuello que los diferenciaba. Se quedó como mudo y apagó la televisión. No, no puede ser más que una casualidad, alguien parecido, Dios mío porque tengo que pasar por todo esto. No pueden dejar a mi hermano descansar tranquilo. Prometo ir a dejarle flores todas las semanas pero si esta muerto que no lo torturen así. Carlos se conmovió, lo dejó solo y fue a ver al amigo que les dio la explicación.
Le pidió que le dijera si había alguna forma de que David volviera a donde debía estar por el orden natural. Él le dijo que David volvió porque sin él hubiera quedado a medias su entierro, por lo tanto, quiso volver para hacer también algunas cosas pendientes. La única manera era, sobre su tumba invocar un sortilegio, a la luz de la luna llena. Dicha, digamos oración hacía que los entes que ya no pertenecían a nuestro mundo y que pretendían seguir aunque solo fuera algún tiempo, razonaran y volvieran a su lugar.
Quedaban tres días para la luna llena, pasaron como tres años para Daniel. Esa noche hicieron todos los ritos correctamente. Luego cuando oían que alguien venía a lo lejos, se separaron de la Tumba. Daniel se estremeció cuando vio venir a David, como lo había visto hacía solo una semana, quiso hablarle. Pero Eugenio, el médium, lo detuvo. David se filtró entre la lápida, y unos segundos después se vio como una nebulosa que se elevaba hacia las alturas.
Por fin David tenía la tranquilidad que su hermano e incluso él mismo querían.
Pero de alguna manera dos personas tan unidas siguieron en comunicación. Pues en sus sueños conversaban los dos. ¿Eran sueños o un puente entre dos mundos? Preguntas, con respuestas que nos conducen a nuevas incógnitas. La vida es extraña y a la vez fascinante.

Al-Hakam que no puede dominar su imaginación

Yo por lo menos leo todas tus historias, como muchos foreros. Que no nos paremos a comentar no quiere decir que pasemos de ellas. Te animo a que nos sigas regalando tus historias, nos haces que dejemos de lado aunque sea por un momento estos malos tiempos que pasamos. Un saludo.

Al igual que el_tío_del_pífani, leo todo lo que escribes y cuando no escribes te echo de menos; aunque no estoy de acuerdo con él en algo, no dejamos nada de lado por un momento, en mi caso tengo que disponer de muchos minutos, me lleva bastante tiempo leerte y comprender.

No he escrito nunca en el foro, sin embargo llevo mucho tiempo
siguiendolo, y tus escritos me gustan mucho igual que los poemas.
Sigue haciendolo por lo menos para los que la politica,no tiene
tanto interes

Hola Alakan, tienes razón, somos un poco egoistas, yo te leo siempre, pero esto es como cuando tienes un sentimiento y no lo expresas, pues la persona que tienes enfrente, no lo sabe. Sigue escribiendo y deleitandonos con tu poesia y tus relatos, y te repito, desde el botijo visigodo, te sigo. Gracias.

Hola mesopotamia, yo también te leo siempre al-hakan, pero te tengo que confesar que cuando leí el título del hilo y después leí la historia de la barca, pense que guardaba relación "política2 con eso de salvar nuestro barco municipal, jajajjaja, es broma, son historias originales.

Sobre los gemelos, la verdad es que si conoces a algunos, te puedo asegurar que las cosas que les pasan a veces da yuyu, y son totalmente reales.

Yo tambien te he leido, lo que pasa esque a mí las historias de miedo o de terror no me atraen mucho, y menos las que tratan temas sobrenaturales, pero leerte, te leo¡.