Chillón - Ciudad Real

Bono impone silencio de por vida a los camareros del Congreso

Redacción - 16/04/2010

El presidente del Congreso, José Bono, va a aplicar una “cláusula de silencio” a los camareros y cocineros de la Cámara Baja. En efecto, el punto número 30 del pliego de condiciones para la renovación de la contrata con Arturo (Grupo Cantoblanco) de las 4 cafeterías y 2 restaurantes con que cuentan los edificios parlamentarios les impone el “deber de confidencialidad de la información a la que tengan acceso por razón del servicio, con carácter indefinido”.

Y para que quede claro, el punto 35 del pliego señala que “el incumplimiento de la obligación del contratista de guardar sigilo respecto a los datos o antecedentes que no siendo públicos o notorios estén relacionados con el objeto del contrato y de los que tenga conocimiento con ocasión del mismo, será causa de rescisión”.

Estas cláusulas no sólo contrastan con la transparencia de la que Bono ha hecho alarde a raíz de la publicación de sus bienes patrimoniales, sino también con su reiterado anuncio de que está escribiendo sus memorias, de las que lleva unos dos mil folios escritos.

Serán unas memorias largas en las que contará cosas muy interesantes de su paso por la vida pública desde que fue elegido diputado por primera vez en 1979, tras la entrada del PSP de Enrique Tierno Galván en el PSOE de Felipe González, hasta el día de hoy.

Pero llama la atención que mientras el político puede contar y dar su versión de lo que le plazca, al camarero se le imponga silencio de por vida y no puedan aportar ni un solo dato del comportamiento gastronómico de diputados, ministros, jefes de Gobierno y visitantes, ilustres o no, que son agasajados en el comedor privado del Congreso.

Otra cláusula curiosa del contrato exige al adjudicatario la suscripción de una póliza de seguro de 600.000 euros para cubrir las responsabilidades derivadas de las intoxicaciones alimentarias. En resumen: ni información ni, mucho menos, intoxicación.

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