Castellar de Santiago - Ciudad Real

CUADERNOS DE ESTUDIOS MANCHEGOS, 38
PP. 89-123, 2013
ISSN: 0526-2623
POR AGUSTÍN CLEMENTE PLIEGO

"En el caso de nuestra compilación, si analizamos los etnotextos castellareños podemos comprobar que los aspectos que, en general, más se elogian o se infravaloran de Castellar y de los pueblos vecinos son los productos procedentes de las actividades agrícolas y las profesiones de sus habitantes, sobre todo el cargo de alcalde:

El alcalde de Castellar
es dictador infernal,
que dice que como gane
a algunos va a encarcelar. (nº 59)

También son dignos de elogio las virtudes de sus hombres y mujeres, frente a los habitantes de otros pueblos, que aparecen denostados por sus defectos:

Mozas rubias y morenas,
de belleza sin igual,
no las hay en este mundo
como las del Castellar. (nº 47)

La imagen del Patrón, el Cristo de la Misericordia, es loada, y la consideran el “apoyo celestial de los olleros”.
Numerosas son las cancioncillas centradas en la ridiculización de personas concretas de Castellar por algún defecto que las caracteriza, alguna anécdota protagonizada o alguna metedura de pata.
Los habitantes de Castellar, los castellareños, son catalogados por los vecinos de los pueblos del entorno como personas brutas y tozudas, hasta el punto de que el gentilicio vulgar con el que son designados, “los travesaos”, tiene su origen en el hecho de que unos castellareños quisieron pasar por una puerta una viga atravesada y no enderezada. También se destaca que son muy dados a montar pleitos. Por el contrario, las coplas nacidas entre los castellareños exaltan la belleza de las mujeres de la localidad y la fama de un producto artesanal muy enraizado en su historia: los pucheros.
En determinadas narraciones, en las que se habla de la rivalidad de los equipos de fútbol de Castellar, Torrenueva y la Torre de Juan Abad, se recalca el carácter revanchista de los castellareños, que en determinados partidos o bien apedrearon a los contrincantes o
bien les provocaron una disentería al suministrarles es secreto un fármaco laxante.
Los castellareños han mostrado sus fobias a lo extraño, a lo foráneo como cuando un mozo de fuera iba a pedir novia a Castellar, si entablaba relaciones con una chica casadera estaba obligado a pagar el piso (por pisar el suelo castellareño) a todos los mozos de su
generación; de lo contrario era arrojado a los Charcones. El estipendio era invitarlos a vino en la taberna.

(continuará)

Borrado por su Autor.

En verdad, en verdad os digo que con el buen invento que fue la imprenta, hay que joerse con el uso que hacemos de ella.

Hombre, Valtrujo, que alegría tenerte por el foro.- Lo de ponerles julepe en el agua sucedió contra los de Torrenueva,a hilachas corrían los pobres, yo no lo vi pero lo contaba tu tío Prude, que en eso del futbol estaba muy metio.

Jalapa, espolista.
Yo cero que todo el Campo de Montiel participa de esta garrulería, y dentro de este algunos pueblos se señalan. Son cosas de pueblos tradicionalmente aislados.

Gracias por la corrección, Pedrolomasleiva2, pero es que yo en estos temas de laxantes y demás hiervas, no estoy muy al día, y claro, me ha venido a la cabeza el nombre de julepe, que creo es un juego de cartas, ¡¡Madre mía¡¡