Bajar impuestos es suicida Mariano Rajoy propone rebajar los impuestos para salir de la crisis. ¿Más aún? Algunos datos para entender el debate. España es, junto a Irlanda, el país de la Europa occidental con menor presión fiscal: el 31,5% en 2010 frente a la media de la UE, que ronda el 40%. Es un porcentaje engañoso porque los impuestos al trabajo, lo que pagan esa inmensa mayoría de españoles que cobra una nomina, sí están en niveles europeos (cosa que no pasa con los sueldos). El agujero fiscal está en los impuestos indirectos: el IVA y las tasas al alcohol, al tabaco y a la energía son de los más bajos de Europa. También en las empresas, cuya tributación ha caído a la mitad por culpa de la crisis y de una maraña de deducciones fiscales –que el PP quiere ampliar aún más con la excusa de esos etéreos “emprendedores”, aún por definir–. En cuanto al impuesto a las rentas del capital que quiere rebajar Rajoy, tampoco hay mucho margen para regatear. En España pagan el 19% o el 21%, a partir de 6.000 euros al año. No es fácil comparar: no todos los países cobran un mismo impuesto para todas las rentas del capital sin importar su origen, como hace España. Pero si cogemos, por ejemplo, lo que tributan los dividendos bursátiles, el tipo español está entre los más bajos de la OCDE: por debajo de Francia (35,6%), Alemania (26,4%) o incluso Estados Unidos (21,2%). Que el capital (19-21%) tribute bastante menos que el trabajo (24-45%) lleva a injustas paradojas. La peor de todas: que los ricos paguen menos porcentaje en impuestos que muchos asalariados. Este sistema fiscal disfuncional también explica por qué España es uno de los países con mayor desigualdad económica de la UE. Sólo nos gana Letonia, Lituania y Rumanía. Nivelón. |