Bolaños de Calatrava - Ciudad Real

martes 25 agosto 2009
EL PLURAL
ENRIC SOPENA
25/08/2009



Cabos sueltos
El héroe de pacotilla mostrará en Valencia su complicidad con los gürtels. Abrirá Mariano Rajoy Brey el curso político en la plaza de toros de Valencia. Cena y discursos para una militancia entusiasmada. Nueva bendición papal al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y a la alcaldesa, Rita Barberá. Rajoy acaba de anunciar este pasado fin de semana que ambos repetirán en las elecciones autonómicas y locales. Camps, mientras tanto, prepara remodelación en su Gobierno. Hay euforia en el PP valenciano. Se olfatea continuidad aunque con sabor a Lampedusa. Es necesario que todo cambie para que todo siga igual.

Pretende Rajoy acallar –según ha dicho- a “la troupe inquisitorial”.¿Se
nos ha afrancesado de pronto el jefe de los ultramontanos? Mantiene vivas, eso sí, sus obsesiones recientes. La derecha es víctima de la nueva Inquisición -integrada por policías, jueces, fiscales, periodistas y, por supuesto, el Gobierno de España-, dispuesta a perseguir y a liquidar a los populares.

La turba socialista
El líder conservador se erige en héroe de la resistencia frente a todos aquellos que desean, por una parte, la ruptura de España [Rajoy sueña con la posible sentencia del Tribunal Constitucional, contraria al Estatuto catalán]. Y, por otra parte, él aspira a ser héroe también en la defensa de los destinados a morir en la hoguera, habiendo sufrido previamente el espectáculo horrendo de las esposas ante los fotógrafos y las cámaras de televisión y la pérdida de la sacrosanta presunción de inocencia, mancillada por la turba socialista y sus acólitos.

Ahí estará él
¿Quiénes han acusado a Rajoy de carecer de coraje, de falta de liderazgo, de parsimonia y blandura? Que callen, que no hablen, que no abandonen el mutismo más profundo. Ahí estará él, en la plaza de toros de Valencia, dentro de muy pocos días, dando el pistoletazo de salida a la temporada 2009-2010, convertido en el auténtico Mesías, presto sin ninguna duda a liberar al pueblo elegido, -que está compuesto por los buenos españoles- de la deriva dictatorial de José Luis Rodríguez Zapatero, así como del riesgo creciente de que España termine
siendo, si no lo es ya, un Estado policial.

Gente hasta ahora anónima
Ahí estará, en Valencia, el candidato de la derecha a la presidencia del Gobierno español. Encenderá los ánimos de los suyos cargando contra Zapatero, principal responsable de la crisis económica internacional y desde luego cerebro oculto de la trama Gürtel. No abrirá la boca ni un solo momento para, como mínimo, denigrar la corrupción en su partido, que ha sido generada, o tolerada, por gente muy relevante. Gente hasta ahora anónima en su mayoría pero que merodeaba –con licencia para ello- en los círculos del poder popular, en los Gobiernos de José María Aznar y más tarde -o tal vez antes también- con Rajoy de número 1.

Excelsa conversación
No evocará Rajoy, arropado por los eufóricos peperos, la excelsa conversación entre el presidente de la Comunidad valenciana, Camps, y el segundo bucanero de la lista Gürtel, Álvaro Pérez, conocido como el Bigotes. Ni se preguntará ante su auditorio cómo se puede ser honorable, muy honorable, presidente de la Generalitat del País Valencià, y ser íntimo amigo -“amiguito del alma”- de un corrupto de altos vuelos y gigantescos pelotazos.

Todo lo contrario
No dirá nada al respecto este héroe de pacotilla que lidera a la derecha española. No acusará a los ladrones, más que presuntos muchos de ellos, que pululan en su partido. Todo lo contrario. Los aplaudirá, los jaleará y recibirá el apoyo de personajes como los vinculados al sector Gürtel y asimismo el respaldo, una vez más, de Carlos Fabra, modélico ciudadano y modélico político, a juicio de Rajoy, como es bien sabido. No condenará a los delincuentes de su partido y sí condenará a Zapatero. Eso es lo que hará Rajoy en la plaza de toros, el día 4 de septiembre. Mostrará de nuevo su complicidad con los gürtels.
¡Qué vergüenza!

Enric Sopena es director de El Plural