los gitanos Cuando era yo chaval había cogido cariño a un perro, perro que se llamaba Roy. Un día llegó a mis oidos que lo habían envenenado los gitanos. Este noble animal de raza perrolobo tenía la característica de ser capaz de traerte cualquier piedra que le tirasen. En una ocasión le hicieron la prueba con la más grande que había en el lugar, no lejos de la casa de mi abuela. Me preguntaba si cargaría con ella. No dudaba de su predisposición a complacernos. No se si debido a su propia naturaleza o si le habían adiestrado para ello, el caso es que no dejaba escapar ninguna que le lanzasen. Sin embargo, en aquella mañana la prueba era descomunal. Todos los presentes,que seríamos tres o cuatro,sólo me acuerdo de Vicente, estabamos pendientes. Al final, después de forzar posturas y buscarle la forma consiguió aprehenderla y vino hacía nosotros. Ése fue el último día que recuerdo verle actuar. Tampoco se me olvida la marca de sangre que mostraba su boca. |