Trebujena - Cadiz

El ocaso de un símbolo de los años locos
El hotel Fairplay Golf vive meses de agonía, buscando un comprador que lo rescate de la ruina
06.04.14 - 09:42 -
MERCEDES MORALES |

El ocaso de un símbolo de los años locos

Y cómo piensa traer a los viajeros de lujo hasta un cerro tan lejano como éste?, preguntaba una periodista hace ya siete años al empresario Bernard Devós, mirando asombrada la extensa llanura que se extiende bajo el hotel Fair Play Golf &Spa. El inversor belga respondía que en limusinas y la redactora, por prudencia, callaba, mirando de reojo el único acceso al complejo turístico más lujoso de la provincia, un carril sin asfaltar lleno de socavones. Era 2007 y aún se vivía de los réditos de la locura del ladrillo y el cambio de la peseta al euro, que aún no hemos podido digerir. Entonces, Devós tenía su principal caballo de batalla precisamente en ese camino rural; los ecologistas no dejaban tocarlo, la Junta le ponía pegas y el empresario no sabía ya de qué material iba a asfaltarlo para que no se lo levantaran. Parecía su única preocupación pero lo cierto es que el problema ya había enraizado en el complejo turístico, desde el momento que se levantaron los cimientos de las 70 villas, el hotel de cinco estrellas (82 habitaciones) y el campo de golf de primera calidad de 18 hoyos.

La clientela debía ser exquisita, con un elevadísimo poder adquisitivo y tendría que enamorarse perdidamente de Benalup para volar hasta el aeropuerto de Sevilla o Madrid para después soportar horas de coche hasta llegar a las antiguas Casas Viejas. Llegó la crisis y con ella cayó la demanda en picado, a la vez que se desplomaba el precio que el cliente nacional (porque el internacional dejó de llegar) estaba dispuesto a pagar. De 231 euros la media por habitación a unos escasos 100 euros. La plantilla contratada era la apropiada para un alojamiento del máximo nivel, con un mínimo de 160 trabajadores en cuanto se alcanzaba una reserva de 50 clientes. Los sueldos también eran acordes a los tiempos, muchos de ellos por encima de los 1.200 euros.

En octubre de 2008, el propietario del hotel de lujo Fairplay Golf Hotel & Spa y parte de la plantilla recibían dos premios ‘World Travel Awards’, al Mejor Complejo de Europa de Golf y Mejor complejo de Spa de España, en una gala celebrada en Eslovaquia. Estos galardones gozan del reconocimiento de la profesión a nivel internacional, y se traducen como los Óscars del turismo.

Bernard Devós no sólo aseguraba que era posible, sino que estaba dispuesto a levantar un complejo similar en Trebujena y otro en Los Barrios. El entonces alcalde de Trebujena, Manuel Cárdenas (IU), actual delegado provincial de Turismo, aseguraba que ya tenía la certeza de que el campo de golf saldría adelante ya en abril de 2011. Y en este proyecto, liderado por Devós, centraba las posibilidades de desarrollo turístico de su municipio. Confiaba en que «las 300 viviendas que se han planteado reactiven la inversión privada». De hecho, no concebía el proyecto sin estos apartamentos turísticos. Y planteaba una modificación del PGOU de Trebujena, aprobado en 2007, para hacerlo posible. No obstante, su promotor, Bernard Devós, ya había manifestado en varias ocasiones que ése era «el peor momento para sacar adelante un proyecto de esta envergadura». Pero los políticos aún no habían dado su brazo a torcer. Costaba reconocer lo que el empresario ya contó a los medios en aquel 2011:«He participado de la locura inmobiliaria». Y así resumía en una frase los últimos años vividos en España. Él y su proyecto han sido uno de los ejemplos más claros en esta provincia, pero podrían mencionarse muchos más. Por ejemplo, todos los campos de golf construidos como pretexto para levantar promociones inmobiliarias y que ahora pelean por no cerrar.

Colosal hasta en la deuda

Hablando en plata, el descalabro de esta iniciativa se traduce en 50 millones de euros de deuda, de los que la mitad se deben a la banca y el resto a proveedores y trabajadores. La administración concursal, que intervino en el complejo turístico en noviembre de 2012, se encuentra inmerso en estas semanas en una operación comercial desesperada; intentando por todos los medios que un grupo inversor británico adquiera el hotel y el campo de golf por el precio que estos han querido ofrecer. «Estoy seguro de que el banco no firmará la operación porque prefieren perderlo todo a rescatar un 40% de la deuda», apuntaba el empresario Bernard Devós. El objetivo de los administradores concursales es que el inversor subrogue los contratos de la plantilla actual, 62 empleados, porque «mantener la actividad es siempre preferible que cerrarlo», subrayan. Y señalan que en noviembre del año pasado quisieron hacerlos fijos discontinuos, «para que pudieran cobrar el desempleo y no quisieron aceptarlo».

Sea cual sea el resultado de esta última opción de compra, la liquidación del complejo turístico comenzará en unas semanas, así que el comprador (si lo hubiera y fuese aceptado por la entidad financiera), lo adquirirá a precio de saldo. Pero desde la administración de la firma insisten en que mantienen como objetivo «abrir en mayo o junio, para no perder la temporada». Parte de la plantilla asegura que el Fairplay no volverá a abrir sus puertas nunca más.

Éste es el caso más sonado de fracaso de proyecto turístico de lujo asociado a una operación inmobiliara pero es muy larga la lista de campos de golf de la provincia que atraviesan momentos críticos porque no se vendieron las viviendas asociadas al planeamiento deportivo, como el Villanueva Golf, en Puerto Real . Otros casos, como los apartamentos turísticos Tartessus de Chiclana han recorrido ya su propio calvario de administraciones concursales y expedientes de quiebra.

Este último caso es uno de los establecimientos más conocidos del Novo Sancti Petri y afrontará la próxima temporada alta con una nueva gestión, en un último intento desesperado de remontar el negocio, tras el complejo proceso concursal que se inició en noviembre de 2010.

https://ww.lavozdigital.es/cadiz/20140406/local/janda/ocaso-simbolo-anos-locos-201404060942.html