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Trebujena - Cadiz

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España > Cadiz > Trebujena
16-02-14 22:36 #11870367
Por:Juan Caro Aguilar

Nepomuceno
Creía que el foro se había acabado, pero veo que ha resucitado aunque escribe poca gente. Últimamente he escrito sobre Nepomuceno Carlos de Cárdenas, un extremeño que tenía un ingenio en Cuba hace dos siglos. Si le interesa a alguien empiezo a publicarlo. Juan Caro
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21-02-14 09:43 #11876757 -> 11870367
Por:A. Justo

RE: Nepomuceno
Hola, Juan.

Por mi parte, encantado con que lo publiques.
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21-02-14 23:32 #11878080 -> 11876757
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
I.-D. Nepomuceno Carlos de Cárdenas era joven cuando la Revolución Francesa, así que le tocó vivir tiempos interesantes. Propietario de una buena hacienda en Cuba, con casi doscientos esclavos, permaneció soltero y seguramente vivió una agradable juventud, dulcificada por el azúcar y las negritas. Alcanzada la madurez se interesó por buscar una explicación a los sucesos de Europa y se puso a estudiar los filósofos de moda, en especial al que denominaba “mi amigo D. Inmanuel Kant”. Y entonces cayó en una importante contradicción: No podía darle la razón a Kant y poseer esclavos. No le quedaba otra opción que liberarlos si no quería considerarse a sí mismo un miserable cretino. Y empezó a discurrir un plan.
Rechazó la idea de reunirlos una mañana y decirles “sois libres, adiós”, ya que no sabían lo que era la libertad ni tenían ni idea del funcionamiento del dinero. Ninguno se había escapado, aunque la finca o el pequeño poblado no estaban cercados. Escaparse, ¿para qué? ¿Adonde iba a ir un negro suelto por la isla? Así pues pensó que lo mejor era dedicar una semana a explicar la importancia y las bondades de la libertad y el domingo hacer una votación a la que tendrían derecho todos los vecinos que viviesen en la finca.
Pensado y hecho. Avisó a los capataces que reuniera a todos durante la tarde durante una semana a partir del lunes porque les tenía que hablar.
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22-02-14 12:12 #11878441 -> 11878080
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
El lunes llegó, y Nepomuceno acompañado de su sobrina que había venido a visitarlo desde España se dirigió a la explanada donde alrededor de una fogata se reunían los esclavos cada noche. Y empezó a hablarles de conceptos nuevos como dignidad, libertad, autonomía de la voluntad, derecho a la toma de decisiones, valores y cosas por el estilo; así, día tras otro, mientras los negros con sus raídas camisas, pantalones polvorientos, descalzos escuchaban en respetuoso silencio.
Y llegó el domingo. Nepomuceno empezó a organizar la votación. Había dormido con una gran paz interior y, seguro del resultado de la votación, ya pensaría mañana cómo organizar su nueva vida.
Ordenó repartir dos piedrecitas, una blanca y otra negra, el que fuese partidario de la abolición de la esclavitud y, por tanto, de la liberación de los esclavos, depositaría la piedrecita blanca en un cántaro puesto al efecto encima de la mesa; los partidarios de mantener la esclavitud depositarían la piedrecita negra. Terminada la votación el amo procedió a partir el cántaro y proceder al recuento de piedras. (continuará)
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23-02-14 18:26 #11879978 -> 11878441
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
Nepomuceno se quedó traspuesto al ver el montón de piedrecitas. Más que si una mañana al asomarse al balcón recién levantado viese los campos cubiertos de nieve. Una pequeña extensión de piedras negras cubría el trozo de mesa acompañadas de una solitaria piedra blanca, la que él depositó. Al sentimiento de sorpresa le siguió la consternación y el ridículo, ¡Cómo se reirían de él los hacendados cuando se enteraran! Intentó buscar una explicación, pero no la encontraba. Había explicado sus citas de Kant, Pascal, resumido los principios del Contrato Social de Rouseau y había terminado el sábado con aquella cita de Spinosa, pretendiendo una complicidad con los presentes (“mientras más hombres libres haya, más libre seré yo”).
Pero era la dura realidad, y la realidad sólo te permite una opción, aceptarla. Otras respuestas sólo eran diferentes formas de locura. Después del almuerzo, ya más tranquilo, pidió su vino de Málaga. La joven sirvienta que le trajo la botella y la fina copa de vidrio, apenas podía contener la risa. No sólo se reirían de él sus compañeros de oficio sino también los esclavos. ¿Porqué habían votado así? Debía haber una explicación. Al saborear el vino dulce se preguntó porqué lo había pedido y no una copa de vinagre, y con un suspiro encontró la causa de lo sucedido aquella mañana.

"Estos han votado a favor de la esclavitud porque no la conocen", pensaba mientras miraba la copa de cristal (nota culta: cristal y no vidrio como puse antes; el vidrio lo descubrieron en Siria 3.000 años antes de Cristo, y el cristal, un tipo de vidrio absolutamente transparente, una empresa inglesa en 1676. ¡Toma ya ilustración!). El culto Nepomuceno recordó una lectura sobre un ágape al que un rico romano invitó al Emperador Augusto; un esclavo rompió accidentalmente una copa de vidrio (que aunque eran caras, no tanto como unos siglos antes), y el bestia de su dueño como castigo mandó que lo arrojaran a una pequeña piscina con peces carnívoros que tenía para estas ocasiones. Indignado el Emperador, ordenó a soldados de su escolta que le trajesen de las cocinas (en plural, no es una errata) todo lo que estuviera hecho de vidrio y los rompió delante del anfitrión que miraba con sonrisa de bobo. ¡Claro! él nunca había castigado a la joven sirvienta, ni siquiera gritado, ni a nadie del servicio. Por otra parte, ellas no daban motivos, ya que el servicio en la casa era la ocupación más ambicionada. Los castigos que ordenaba eran por casos de pereza clamorosa y no eran duros. La realidad era, discurrió, que al menos la mayoría vivían allí mejor que en África. No pasaban hambre, no corrían el peligro de que una fiera los devorara o que una serpiente los mordiera. Tenían que trabajar, sí, pero él no estaba obsesionado por el máximo beneficio, ni falta que le hacía ya que despreciaba los lujos. "Estos no saben lo que es la esclavitud. Ahora se van a enterar", y con ello terminó su reflexión. (Continuará)
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24-02-14 08:22 #11880589 -> 11879978
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
Nepomuceno V.-"Estos han votado a favor de la esclavitud porque no la conocen", pensaba mientras miraba la copa de cristal (nota culta: cristal y no vidrio como puse antes; el vidrio lo descubrieron en Siria 3.000 años antes de Cristo, y el cristal, un tipo de vidrio absolutamente transparente, una empresa inglesa en 1676. ¡Toma ya ilustración!). El culto Nepomuceno recordó una lectura sobre un ágape al que un rico romano invitó al Emperador Augusto; un esclavo rompió accidentalmente una copa de vidrio (que aunque eran caras, no tanto como unos siglos antes), y el bestia de su dueño como castigo mandó que lo arrojaran a una pequeña piscina con peces carnívoros que tenía para estas ocasiones. Indignado el Emperador, ordenó a soldados de su escolta que le trajesen de las cocinas (en plural, no es una errata) todo lo que estuviera hecho de vidrio y los rompió delante del anfitrión que miraba con sonrisa de bobo. ¡Claro! él nunca había castigado a la joven sirvienta, ni siquiera gritado, ni a nadie del servicio. Por otra parte, ellas no daban motivos, ya que el servicio en la casa era la ocupación más ambicionada. Los castigos que ordenaba eran por casos de pereza clamorosa y no eran duros. La realidad era, discurrió, que al menos la mayoría vivían allí mejor que en África. No pasaban hambre, no corrían el peligro de que una fiera los devorara o que una serpiente los mordiera. Tenían que trabajar, sí, pero él no estaba obsesionado por el máximo beneficio, ni falta que le hacía ya que despreciaba los lujos. "Estos no saben lo que es la esclavitud. Ahora se van a enterar", y con ello terminó su reflexión.
Aquel lunes el amo salió de la casa al amanecer y ordenó a un criado que llamara a los capataces. “Levántenlos a todos y poneos a arreglar los caminos”. “Mi amo la monda va a empezar pronto y siempre les has dejado unos días de reposo antes” (Nota culta: La monda se llama en Cuba la tarea de cortar la caña de azúcar, la más agotadora de todas; había que hacerlo con un golpe de machete fuerte, seco y muy bajo; la altura de las cañas impedía las corrientes de aire, lo que junto al esfuerzo, hacía que a los pocos minutos, los hombres estuvieran bañados en sudor. La antigua expresión “esto es la monda” referido a una tarea o circunstancia desagradable es originaria de Cuba). “¿Acaso te he pedido tu opinión, pedazo de animal?”. “¿Están todos?”. En ese momento un joven llegó corriendo y se incorporó al grupo. “¡Coge a ese y dadles doce latigazos!”. Yamboo enmudeció mientras dos capataces lo llevaban cogidos de sus brazos a presencia del amo; el corazón parecía que iba a saltarle del pecho por la fuerza con que latía. No podía articular palabra y menos dirigirse al amo al que nunca había hablado. Al quitarle la camisa el capataz observó sorprendido que estaba limpia y con los sietes cosidos. Al dar el primer latigazo tronó la voz del amo, “¡Eso no es un latigazo, es una caricia! ¡O los das como debes o te quito de capataz!”. Un desgarrador grito recorrió la explanada y un silencio de plomo secó las gargantas de los presentes. Una joven se acercó corriendo hasta situarse delante del amo y arrodillándose le dijo “perdónalo mi amito, por el niño Jesús, yo soy culpa, vino a decirme cosas bonitas esta mañana y yo le reía, manda que me den a mí los latigazos”(Continuará)
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25-02-14 23:56 #11883361 -> 11880589
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
"¡Fuera!", gritó el amo, y la joven se fue, pero a abrazarse con Yamboo, "¡Ay mi amor!, desmáyate pronto, te quiero tanto, me entregaré a ti con todo mi cuerpo y el espíritu, tus heridas cubriré con mi saliva, ¡Ay mi amor!" "¡Apartad a esa negra!". Y a dos hombres les costó trabajo arrancarla de su amado. Y Nepomuceno dudó, y un sentimiento de envidia hacia aquel miserable que no era dueño de la camisa que llevaba, que nunca había calzado zapatos, pero que tenía el tesoro del amor sin reservas de una mujer, cosa que él nunca había tenido. Las españolas que había conocido o eran cazadotes o santurronas ignorantes y orgullosas de su ignorancia. Pero él sabía que no podía dudar, que las dudas son antes de tomar una decisión, pero que una vez tomada había que continuarla con todas sus consecuencias.
En medio de un silencio sepulcral los latigazos iban cayendo. La joven fue acogida con su llanto y dolor por una negra mayor. Y Yamboo se refugió en la esperanza de encontrarse por la noche en los brazos de su amor, y paso a vivir con la imaginación el calor del cuerpo de la amada y al octavo latigazo se desmayó. Algún compañero de infortunio creyó ver una tenue sonrisa. Cuando partieron hacia los caminos Nepomuceno, sintiendo un profundo malestar se acercó a la casa y una vez en la cocina, esta vez sí, se tomó una copa de vinagre. (Continuará)
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27-02-14 09:36 #11885083 -> 11883361
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
A partir de aquel lunes cada día era peor. La comida disminuía en cantidad y calidad, los trabajos se prolongaban, los castigos eran frecuentes. En medio de la plazuela el amo puso un trevail, un cepo donde se introducía la cabeza y las manos de tal manera que un esclavo quedaba inmovilizado tendido boca abajo durante días (Nota culta. El trevail era un castigo medieval que se aplicaba en la edad Media a los ladrones de poca monta y que la gente, especialmente la chiquillería, se mofaba del que estaba en el cepo tirándole frutas y verduras podridas. El término castellano "trabajo" procede de este instrumento. Cuando alguien entre los pobres preguntaba ¿dónde está fulano? y le respondían está en el trevail, pasó a aplicarse a los primeros talleres, donde tampoco se podía salir).
El trabajo aquella monda fue más duro que nunca, hasta el agua estaba racionada para que no se perdiera tiempo. La alegría y la risa iba desapareciendo; la música y los cantes y bailes en la plazuela devinieron tristes.
Un día un esclavo rompió un machete, no se sabe si intencionadamente o no. Al atardecer se ordenó la tanda de la docena de latigazos. El hombre no imploró clemencia y, sin inmutarse, soportó los doce latigazos mirando fijamente al amo.
Aquella noche llegaban a la casa gritos de una fuerte discusión en el mísero poblado, a los que siguieron un rumor de docenas de pies descalzo que se acercaban (Continuará)
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28-02-14 18:58 #11887235 -> 11883361
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
.- Nepomuceno y su sobrina salieron alarmados al balcón para ver una masa de unos cien negros que se acercaban. "¡Volved a vuestras casas!", les gritó al llegar al portal. "¡Queremos matarte!", respondió el azotado aquel día, y sin más se abalanzaron a la puerta arroyando a los dos sirvientes que inútilmente se interpusieron; entre gritos llegaron al salón para encontrarse escalera arriba con los dos blancos de la casa. Hubo un momento de indecisión para ver quien empezaba a subir los escalones, momento que aprovechó la sobrina para gritarles, "¡¡Callad!!, ¡A partir de ahora yo seré el ama y os digo que las cosas serán como antes, al amo podeis matarlo en espíritu como a Chamboé. Es lo mismo pero así no os fusilarán!". La duda entró en los corazones de los inocentes, Ana de Dios y de Todos los Santos se dirigió a su tío en voz baja, "rápido, sal por la escalera de atrás a la cuadra, coge el caballo y corre a La Habana con el primo. Tu vida depende de que llegues a la cuadra antes que estos", y dirigiéndose a la masa, "¡A las cocinas, a comer todo lo que haya!". El hambre atrasada y la perspectiva hasta ahora sólo soñada de comer las cosas del amo empujaron a los esclavos a la cocina donde asustadas la cocinera y sus ayudantes se pusieron a preparar las viandas como podían.
Inmóvil. el negro azotado permanecía con expresión seria y disgustada. A él se acercó Ana con una botella de coñac y le dijo "No creas que has perdido, de seguir sólo conseguirías traer la muerte para ti y tu gente. Hay que saber cuando detenerse, no es fácil, pero se puede aprender. Toma esta botella, entera para ti. Desde mañana eres capataz"(continuará)
Nepomuceno Y X.- El primer pensamiento de Nepomuceno fue desatar el caballo y salir a la carrera, sin silla, pero al llegar a su altura, pensó que ya había perdido demasiado para agregar ahora la dignidad, así que se puso a ensillarlo como otras veces mientras, al no escuchar ninguna algarabía aproximarse, comprobó la maestría de su sobrina en llevar el asunto. Minutos después abrió la puerta rumbo a La Habana.
Ebrios, entre risotadas y voces, se dirigieron a la plazuela llevando el sombrero del amo que Ana les había dado. Allí les esperaba la otra mitad que, al igual que el proletariado de hace décadas (cuando había proletariado, si se convocaba una huelga por un sindicato la seguían los afiliados y algunos más, pero los no afiliados permanecían al margen de tal manera que si la huelga tenía éxito, se anotaban el aumento de salario ahorrándose la cuota sindical y los descuentos por la huelga) con la expectativa de que si salía bien la revuelta se anotaban las ventajas y si salía mal ellos no habían sido.
Fueron por cañas para reproducir al amo en efigie. Aquello se convirtió enseguida en una merienda de negros. A la figura le pusieron unos grotescos ojos y una descomunal nariz utilizando una zanahoria, un plátano hacía de boca y, al final, le pusieron el sombrero, unos le escupían, otros simulaban azotarlo con una cinta como látigo y otros le echaban maldiciones y conjuros y cuando ya habían exteriorizado su odio, procedieron a la quema, como hacían con Chamboé al final de la monda, una especie de chivo expiatorio al que habían trasladado todos sus miedos y angustias del año. Nueve meses después el nacimiento de nuevos esclavos aumentó el valor de la finca.
De amanecida Nepomuceno entró en La Habana; le acometía el deseo de reflexionar sobre lo pasado, pero lo dejó para más tarde, ya que tiempo era lo que le sobraba. Ahora lo que debía ocuparle era cómo presentarse ante el Obispo, su primo. Al llegar al Palacio del Obispado una sonrisa amarga apareció en su cara cuando recordó un comentario que puso al margen en una página de un libro de Kant: “La verdad no tiene sólo la ventaja de ser verdadera, sino divertida” (auténtico). Y pensó “tenía que haber añadido Pero no siempre””. Con un suspiro al bajar del caballo pensó “al menos tengo mis libros”. Final
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01-03-14 10:45 #11887937 -> 11883361
Por:Juan Caro Aguilar

RE: Nepomuceno
Y ahora Justo un comentario por tu parte. Ten presente que si alguien escribe que un terrateniente convoca a los esclavos a que voten la abolición de la esclavitud sería un absurdo, y más si votan todos a favor de la esclavitud, pero este es un hecho real.
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02-03-14 21:11 #11889844 -> 11883361
Por:A. Justo

RE: Nepomuceno
Hola, Juan.

Bonita historia, bien escrita, amena y de las que hacen pensar.

Está claro que, al principio, los esclavos tienen cubiertas las necesidades situadas en la base de la pirámide de Maslow, lo que suponía una ventaja a su anterior situación de libertad en África. A partir de aquí hay que aplicar la regla que dice "el feudalismo es un sistema de gobierno bueno y justo, siempre que el señor feudal sea justo y bueno", tal como era el Nepomuceno del principio de tu historia.

Por otro lado, está claro que después él no quiso hacer una hacer una evolución, sino que se decidió por una revolución, que los esclavos no consideraban necesaria y de la que no se sentían protagonistas porque venía "impuesta desde arriba". Cuando Nepomuceno se dice "estos han votado a favor de la esclavitud porque no la conocen", lleva razón, pero no se da cuenta de que tampoco conocen la democracia salvo de un modo teórico. En su explicación de esta, Nepomuceno les habla con palabras e ideas de Kant, que los esclavos ni entendieron ni les interesaban; mientras que su sobrina les hablo con palabras que les interesaban y que comprendieron perfectamente.

Nepomuceno es un teórico bienintencionado; su sobrina es un verdadero "animal político", que dice a la gente lo que a la gente le interesa y quiere oír.
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