Parados que huyen del trabajo La Generalitat de Cataluña ofrece a 7.800 desempleados recoger fruta en Lleida y solo un 21% acepta el puesto. Los campos de Lleida huelen a fruta. Las previsiones de cosecha son similares a las de la campaña anterior: 270.000 toneladas de melocotón y nectarina, 210.000 de manzana y 208.000 de pera. Productos que tienen que ser recogidos del árbol en el momento justo. Ni muy verdes ni muy maduros. Para la recolección, los agricultores necesitarán este año entre 10.000 y 12.000 temporeros. Pese a que, según los datos publicados el viernes, en Cataluña hay 676.100 desempleados, la mayoría de las plazas las ocuparán temporeros rumanos o colombianos y el norte de África. La Generalitat trató de reclutar a 7.800 parados catalanes con experiencia agrícola. Solo 1.668 han aceptado acudir a la llamada de los agricultores. Precisamente, el pasado sábado el ministro de Trabajo propuso que los parados que rechacen empleos pierdan el derecho al subsidio. "Si no les interesa nada de los que le ofrece la Administración, no pueden continuar recibiendo la prestación", dijo Celestino Corbacho en la cadena TV-3. La campaña de la fruta este año vuelve a estar marcada por el desempleo y la crisis. Nadie espera dificultades para encontrar mano de obra. Las calles y plazas tanto de la ciudad de Lleida, como de los pueblos próximos con explotaciones y cooperativas frutícolas, están llenas desde hace semanas de temporeros de las más variadas procedencias que esperan que alguien les contrate. Es el guión de cada año, pero la cruda realidad es que la gran mayoría no lo conseguirá porque los empresarios cada vez ajustan más la oferta y acaban contratando solo a los que tienen los papeles en regla. La Generalitat, en cuyas manos recae por primera vez la inspección de trabajo en la campaña, ya ha advertido de que mantendrá un férreo control sobre los contratos. De todos los temporeros que se precisarán, unos 5.000 serán trabajadores rumanos que el año pasado ya consiguieron empleo en España tras el fin de la moratoria laboral establecida para su país al entrar en la UE. Además, también se contratarán a unas 700 personas en origen, principalmente de Colombia, cifra algo inferior a la de 2009. Esta reducción se debe a que la Administración quiere primar la contratación de personas en paro con un perfil de peón. No le está resultando fácil. La Generalitat envió cartas, a finales de mayo, a 7.803 parados de toda Cataluña ofreciéndoles la posibilidad de realizar trabajos agrícolas unos meses, primero en la recogida de la fruta de Lleida y después en otros puntos de Cataluña. Joan Josep Berbel, director del Servicio de Empleo de Cataluña (SOC), explica que han contestado afirmativamente 1.668 personas, un 21,4%. La mayoría, inmigrantes en paro de las comarcas de Lleida. Estas personas son las que entrarán en los procesos de selección, aunque es difícil prever cuántas acabarán contratadas, ya que en el último momento muchos aspirantes pueden rechazar la oferta por diversos motivos. La leridana María M., de 29 años, es una de las que sí contestó la carta para trabajar en la campaña, donde ya tiene una experiencia de más de tres años como manipuladora de fruta. "En un principio estoy interesada en trabajar en una cooperativa, ya que hacerlo en el campo a pleno sol es muy duro y no está bien pagado [5,91 euros la hora], pero con la crisis que hay te agarras a lo que sea", asegura. |