Puerto Serrano - Cadiz

Los movimientos de corte ultras, no nacen de la nada, no aparecen de la noche a la mañana, antes se ha debido de soltar una semilla, ha debido de existir un caldo de cultivo proclive a su nacimiento. Esto, que hasta yo lo entiendo, parece no entenderlo los miembros de un gobierno de un país, los cuales, parece como antiguamente se anotaba en las cartillas militares respecto al valor, es decir “se le suponía”, pues a este gobierno, la inteligencia y el saber estar “se le supone”. Todo esto viene a colación por el polémico calendario editado por el Ayuntamiento de Logroño, un calendario que nace en España, un estado laico sí, pero en realidad mayoritariamente cristiano, o, de observancia en las fiestas de corte católica. Sin embargo este Ayuntamiento ha obviado ciertas fiestas españolas, para por el contrario ensalzar fiestas musulmanas. Así se señala el nacimiento de Mahoma, pero se ignora el de Jesucristo, se ignora la Virgen del Pilar, y se señala el ramadán.

Cuando nuestro presidente habla de alianza de civilizaciones, debería de entenderse que la civilización occidental, la cristiana, la católica, que vuelvo a decir, queramos o no queramos somos la mayoría, también debe de incluirse en esa alianza, pero que sin embargo Zapatero parece ignorarnos. Me refiero a Zapatero pues el ayuntamiento de Logroño es gobernado por el PSOE, y es de esperar que no se mueva nada en este ayuntamiento sin el debido consentimiento de sus superiores.

Es absurdo ignorar a estas alturas la diferencia ideológica, cultural y social que hay entre la civilización occidental y la musulmana, aunque a esta última no sé si debería llamarse civilización, pero de no ver esto es de ciegos, tontos o progresistas de media esquina, acunados en el buenismo servil a una religión destructora y con ansias de dominación.

Estas acciones, lejos de integrar una cultura en otra, o con la otra, por el contrario crea un sigma en nuestra sociedad, asunto de gravedad que parece ser obviado por nuestros gobernantes. De todos es sabido el fanatismo exacerbado del movimiento musulmán, y querer mirar hacia otro lado es eludir un problema que tarde o temprano tendremos que afrontarlo con mano dura, y mientras más dejemos pasar el tiempo, más dura debe de ser esa mano. No bastan gestos de complicidad con estos movimientos, pues serán inútiles cuantos más hagamos. Debemos ser fuertes, debemos defender una cultura, una sociedad que ha avanzado dejando atrás mucho de los atavismos islámicos, los cuales hoy ignoramos a sabiendas que van en contra de nuestro proceder. Queremos hacer una sociedad justa, ecuánime, sin embargo alentamos grupos que llevan la barbarie por bandera.

Lo dicho, debemos de estar en nuestro sitio, no se trata de racismo, se trata de simple y puro realismo social, no podemos ni debemos mirar hacia otro lado, a la espera de que ellos abracen nuestra forma de vida, pues se está viendo abiertamente y sin tapujo alguno por su parte que es todo lo contrario, que somos nosotros los que nos debemos de amoldar a sus usos y costumbres. No se trata de reconquista, se trata de que estamos en nuestra casa, que el que viene debe de cumplir nuestra forma de vida, no podemos decorar nuestro hogar a gusto del invitado.