Puerto Serrano - Cadiz

Nada hay menos solemne y más artificial que una burda copia sacramental, como una copia de la partida de bautismo a lo civil, sin el padre y la madre, con el cónyuge uno y dos y tres y cuatro. Ya tenemos plantado el simulacro del sacramento del bautismo, la francachela pseudolitúrgica de los progresistas confesos, cuyo credo es el discurso de investidura del presidente del Gobierno o la última pirueta pública de la pajolera Pajín, pasando por la augusta ahijada Bibiana Aído.

Pero, ¿cómo vamos a tomarnos en serio el progresismo guay si no hacen más que dar que hablar con sus pantomimas públicas? Esas sí son públicas; la religión católica, a la vida privada, sin luz ni taquígrafos, pero sus fantasías litúrgicas para el escenario social. Vengan medios de comunicación, cámaras, periodistas y acción, que el nuevo proselitismo revestido de un punto de pensamiento snob va a recitar a Benedetti, que no es Benedicto. No hace falta que nos den más explicaciones, "ya sabes", dicen, "lo mal que lo pasaron sus progenitores, y los progenitores de los progenitores, con la Iglesia, con la obligación moral y con la rúbrica ceremonial". Atrás quedaron los años en los que el culto y la cultura eran la misma realidad. Ahora tenemos una nueva generación que ha desamortizado a la Iglesia el nombre y la rosa, el sacramento y su realidad, y los ha convertido en construcción simbólica de nueva ciudadanía. Ciudadano por cristiano, para que, al final, alguien se empeñe en la contradicción: o ciudadanos o cristianos.

Si algún pariente o amigo nos invitara a un sacramento laico, con perdón del pensamiento y del lenguaje, tómese antes una ración de paciencia y de sentido del humor. La izquierda no ha perdido su punto de clericalismo, de amor-odio a los curas y a la Iglesia. No puede vivir sin ejercer el sacerdocio laico. Comenzaron con los funerales laicos, luego vinieron las primeras comuniones por lo civil y terminarán con el sacerdocio ciudadano, después de haber cursado los estudios de grado y postgrado en teología para la ciudadanía, es decir, en ideología convertida en corpus dogmático.

A los sacerdotes, le ha salido la competencia de una nueva casta sacerdotal: la de los concejales laicos que hablan en nombre de la nueva humanidad, de la nueva religión de la humanidad. Los Zerolos, un linaje destinado a la liberación de la religión y a la exaltación de la razón ciudadana, con hisopo incluido, y como no, Pepiño Blanco, sumo sacerdote.

Un verdadero circo mediático, alimentado por papanatas incultos de medio pelo, que se creen la inteligencia hecha carne, la libertad hecha hombre, y lo único que son es una panda de llena panzas que no sirven para otra cosa que para el orgasmo de sus pobres mentes carcomidas por la polilla de la autoestima más aberrante.

Dice Azote: " ...Si algún pariente o amigo nos invitara a un sacramento laico, con perdón del pensamiento y del lenguaje, tómese antes una ración de paciencia y de sentido del humor..."
Sin ánimo de polemizar, yo le pregunto ¿has asistido o conoces a parejas que se han cassdo por lo civil?
Yo sí, que comparta o no su postura es una cosa, que respete su decisión es otra.

Yo antes de criticar el acto que tú criticas, he reparado y analizado la frase que dice la madre de la criatura. " no estamos casado por la Iglesia y si no hemos hecho uso de ese sacramento, no tiene sentido que bauticemos a nuestro hijo".
Independientemente de mis creencias y de que el acto en sí sea un alarde de snobismo para muchos, para mí ha sido coherencia llevada a la acción. Ha sido la presentación en sociedad de un ciudadano a su manera.

¿Acaso no es menos coherente que personas que sólo pisan la Iglesia en los funerales, bauticen y celebren la Primera Comunión de sus hijos?. ¿Lo hacen por sentimiento católico o como acto social?

¿Acaso no es menos coherente que parejas que no están casadas por la Iglesia bauticen a sus hijos y éstos hagan la Primera Comunión?, para mí, en este caso los representantes de la Iglesia la traicionan porque los sacramentos son la esencia de la Iglesia católica y no podemos ser tan miserables los "creyentes" de utilizar y usar según qué sacramentos y que sus representantes lo autoricen y celebren.

Y, para no entrar en la doble moral de la institución eclesiástica, porque ésto da para mucho, proclamo que soy creyente, que debemos escuchar más las palabras de Jesús y menos a los representantes porque si me acuerdo de Cañizares y su análisis del aborto y la pederastia en la Iglesia me dan ganas de llorar.
Y no soy proabortista.

Y pienso que el verdadero cristianismo es ser solidarios, tender una mano a quien lo necesite, no difamar al vecino, ser responsable en tu trabajo y en tu familia; ser buena persona, vamos.
Asistir a misa y/o a los actos litúrgicos, si falla lo anterior, me parece una burla a Jesús.

Mis respetos y consideranción a todos. Saludos.

Polichera, una cosa es una boda civil que es necesaria jurídicamente para que tome cuerpo legal el contrato matrimonial, y otra cosa en la pantomima del bautismo civil oficiado por el progre de turno. ¿Además si tan contrarios son a la Iglesia y a sus ritos, porque se inventa ritos análogos a los que tiene la Institución Eclesiástica?.

Amigo azote hoy estoy totalmente deacuerdo contigo, porque la verdad, hay mucha gente asi.