Para pensar un poquito Dice un antiguo proverbio, procedente del mundo externo y visi¬ble: «Quien no quiera trabajar, no coma» . Pero resulta tan evidente como curioso que dicho proverbio se adecúa muy poco al am-biente que lo inspiró: el mundo exterior está sujeto a la ley de la imperfec¬ción, y por ello podemos ver una y otra vez darse la circunstancia de que también come quien no trabaja, recibiendo además el dormilón más abundante y sustanciosa comida que el trabajador. En este mun¬do de las apariencias visibles las cosas pertenecen a quienes las po¬seen, y están sometidas constantemente a la ley de la indiferencia; basta poseer el anillo para que el genio que en él mora obedezca a su pro¬pietario, tanto si es Nuredin como si es Aladino ; quien posee las ri¬quezas de este mundo es dueño de ellas, sin que importe la forma en que las consiguió. Sören Kierkegaard |