Los recortes educativos, explicados a lo bestia El presidente del gobierno convoca a los medios de comunicación a La Moncloa para un mensaje a la nación. Mirando a la cámara, con tono firme, lanza la bomba: “Queridos ciudadanos, voy a ser sincero, sin eufemismos: en España sobran millones de trabajadores, y van a seguir sobrando por muchos años, porque no esperamos crear empleo en una larga temporada; más bien al contrario, se seguirá destruyendo. Así que no voy a emplear el argumentario habitual para justificar los recortes educativos. Háganse ustedes mismos esta pregunta: ¿para qué vamos a seguir formando jóvenes que no tendrán donde trabajar? ¿Para qué gastar nuestro escaso dinero en que las próximas generaciones tengan un título universitario, de Formación Profesional o de Bachillerato? ¿Para que lo cuelguen en el salón? ¡Si aquí no va a haber trabajo en condiciones más que para unos cuantos, y el resto al paro o al subempleo!” Ya sé que la escena es improbable, nadie espera esa sinceridad del presidente. Pero si nos lo contaran así, a lo bestia, entenderíamos mucho mejor los demenciales recortes en educación, los ya aprobados y los que vendrán. Nos seguirían cabreando, claro, pero al menos entenderíamos de qué va la cosa. Como el gobierno no se atreve, voy a hacerle yo el trabajo sucio. Voy a explicar en qué consisten los recortes educativos a partir de esa clave: ¿para qué vamos a seguir formando jóvenes, si el futuro pinta negro? ¿Para qué queremos nuevas ediciones de “la generación mejor preparada de la historia”? ¿Para que se conviertan en nuevas “generaciones perdidas”? ¿Qué ganas de gastar ni un euro más en engordar currículum que acabarán en la papelera. Isaac Rosa eldiario.es |