Olvera - Cadiz

Una tarde de invierno en Olvera.-

En un Febrero de hace algún tiempo llegué a Olvera. Era una tarde desapacible, viento frío y nubes sin lluvia. “Esa cantidad de aceite no lo tenemos en tienda; tiene que llegarse al almacén, ahí enfrente”. La cajera de la Cooperativa Los Remedios no añadió más aclaración, había gente en la cola. Cogí el coche y me metí en la almazara. Aparqué y miré por si había algún cartel indicador mientras que los motores de varios tractores que hacían cola taladraba mis oídos. “¿Y ahora qué hago?” me pregunté mientras aumentaba mi cabreo en lo que colaboraba la fatiga de un día de acción. Miré hacia las nubes grises que desplazaba el viento. De dentro aparecía una idea: “¿Y que hago yo aquí, en un lugar perdido de un pueblo perdido, todo un catedrático de economía, en una tarde que sólo invita a estar sentado apaciblemente en casa acompañado de un libro?”, lo que alimentaba mi descontento con el presente.
Para empeorar las cosas, un campesino subido en su ruidosa máquina me dice que quite el coche, que estorba. “¡Ya está bien!, es hora de irse”, me dice uno de mis yoes, irritado. Un viento agradable me llega desde la izquierda al corazón. Mi pide que vuelva a mirar mi entorno; quizás haya algo más que el ruido de los tractores. La llave que abre ese cambio en la mirada es la educación en la manera de dirigirse a mí aquel campesino, absolutamente inusual en la ciudad. Y vuelvo a mirar aquella cola con otros ojos, aunque sean los mismos. Ya no me molesta el ruido de los motores.
Continuará

Amigo Juan ,te veo algo alejado del foro y me agrada leer este tu poético mensaje. Tu sabes que me es interesante tus actividades oleícolas... no dejes de contar tus experiencias en este lugar de encuentro...Las mías son deprimente: las aceitunas de la cosecha pasada me las van a el pagar a 40 cmº. el kgr en cooperativa...ni para pagar costos.

En mi forzosa espera, vuelvo a mirar al hombre que me había advertido. Enjuto por el continuado ejercicio del trabajo honrado; gorra y vestimenta sucias por el día de labor. Observo a los hombres de la cola, orgullosos y dignos, resultado de una civilización bimilenaria basada en el respeto a la tierra y al otro. Con la sabiduría del artesano, se relacionaban con sus árboles y sus amigos con un aprendido arte de amar que habían cultivado en sus corazones padres, abuelos y vecinos, porque cuando niños recibían el cariño y el cuidado de toda la calle.
Incapaces de engañar, ni de imaginarlo siquiera, gozarían pronto del calor humano de sus compañeros de labor en el mostrador de la taberna cercana, hablando de sus asuntos, con un cigarro y un vaso de vino, espantando uno con el otro la terrible soledad propia del modo de vida de hoy.
Luego irían a sus casas, donde les aguardaba una mujer que le había preparado el agua y los avíos para el aseo, ataviadas con el mismo vestido del año anterior, que a su vez era el mismo del año anterior, para la que sus deseos era lo ultimo en considerar en su casa. Mujeres a las que las estrecheces del presupuesto familiar no amilanaban en su lucha diaria. Si una enfermedad o desgracia asaltaba una casa vecina, acudirían como la sangre a la herida, sin necesidad de que la llamen, y se repartirían los mandados y las tareas alimentando su esfuerzo ese noble sentimiento humano de la compasión por otros, que forma parte de su naturaleza.
La conciencia de mis saberes me informa de algo inquietante: La soberbia, la brutalidad, el desprecio hacia la dimensión humana del hombre propio de las grandes empresas distribuidoras que, con la sensibilidad de una serpiente, se apresuran en colapsar esta civilización. ¡Que les importa el esfuerzo y sufrimiento que supone el fruto del trabajo honrado! Lo único que ven es el precio mínimo que pueden arrancar. ¡Qué les importa el hombre! Sólo les interesa saber hasta cuánto lo pueden explotar.
Estar en el calor del hogar con la compañía apacible de un buen libro o hacer algo contra aquella barbarie que corroe mi tierra.
“Ya tiene usted su mercancía”, interrumpe mi reflexión el empleado. “¿Ha visto qué buen día hace?” Con una furtiva mirada al cielo me responde con la habitual educación de los gaditanos, “Si usted lo dice…” Un sentimiento de serenidad iluminó mi alma. Ya sabía porqué estaba en Olvera aquella tarde ahora apacible de invierno.
(Para Eduardo y Dafni) Juan Caro

POR LO MENOS A TI SON 40ct/kg , A MI NO ME LLEGA A 30ct/kg , "si me pagan el resto que nos deven CLARO "

Salen a cuarenta y dos céntimos pero dos, se queda la cooperativa para amortización.Suerte Pony y que cobres las deudas.¡Qué ruina tenemos!

Dafni¿ pero ya las estan pagando?.

Águila,a partir del día cinco de este mes tenemos el dinero en Unicaja a nustra disposición. Estamos hablando de la cosecha 2010-2011.

Para dafni, aguila y pony. Dentro de poco pasaré un par de días en Olvera donde voy a hacer una exposición. ¿Queréis que tengamos una reunión para hablar de economía? ¿creeis que no se puede hacer nada?.Juan Caro

Por mi parte no tengo ningun problema

En 1902 los hermanos Gómez, de Antequera, lograron volar en un artefacto más pesado que el aire durante trescientos veinte metros. Han inventado la aviación.
Por supuesto que es una fábula absolutamente imposible de que algo así ocurriera en Antequera o en cualquier lugar de Andalucía. Pero ¿Porqué? ¿Tiene vigencia hoy esa tremenda fuerza negativa contra todo lo que suponga innovación? ¿Es importante?
¿Porqué digo que es imposible? Porque de haber intentado algo tan innovador hubieran sido objeto de la rechifla general, carnaza de los "graciosos" andaluces, y es tal la fuerza de esta estructura que, si algunó pensó en esa posibilidad, la descartaban inmediatamente ante el horror del "qué dirán".
Las respuestas a la segunda y tercera preguntas son positivas. Hay un hilo, las cooperativas ya no cooperan, que culpa a los directivos. Pero, ¿Y los socios? ¿Han leído los capítulos de los derechos de los socios de los estatutos? ¿Los aplican?
En cuanto a si es importante, invito a los socios a que investiguen el procedimiento de compra del supermercado de Los Remedios e intenten encontrar diferencias sobre cómo se hacía en 1930. ¿Tienen en cuenta que se ha inventado Internet y la Unión Europea?. Sé que nadie lo hará.
Hace un tiempo me ofrecí como asesor. Como es natural, recibí la callada por respuesta, sin preguntarme qué ofrecía y cusnto costaba.
Pondré un solo ejemplo de lo que pensaba hacer: Me informaría dónde se hacen los mejores cuchillos de Europa (Hice esa investigación y no extrañará que sea una pequeña ciudad alemana), preguntaría si había un modelo de bajo precio y buena calidad (ya compré uno para probar y pasó el doble examen con nota). Este es un ejemplo elemental, pero que sirve de muestra de un mundo de posibilidades que no se explorarán. Juan Caro

He enviado este correo al Ayuntamiento. Si me dan permiso, espero estar exponiendo el lunes y el martes próximos, sobretodo por las tardes:
Exmo Sr. Alcalde
Olvera
Ruego tenga a bien conceder autorización para exponer en la Casa de la
Cultura los días 19 y 20 de este mes lo siguiente:
a) Bolsa solidaria alternativa para regalos de Navidad, llamada
"Solidaridad Gaditana". Estaría compuesta de una botella de aceite de
la Cooperativa de Olvera, una botella de vino de viticultores de
Trebujena y un tarro de miel de apicultores de Grazalema, todos de
producción ecológica y de alta calidad. Además, incluiría una novela
de regalo aportada por la Asociación Betel, para la lucha contra la
drogadicción.
b) Productos de Intermón, de Comercio Justo, tanto de alementación
ecológica como artesanía.
c) Se celebraría las II Jornadas de Novela Histórica de Olvera (único
evento en España de este tipo, donde se expondrían libros de esa
temática a precios reducidos.
Atentamente,
Juan Caro

Pues no he recibido el pertinente permiso. He intentado contactar con la concejalía de Cultura pero me ha sido imposible.
Como alternativa, lo he intentado en la cooperativa Los Remedios. Como compensación a la cesión de un espacio, ofrecía que el total de la venta lo gastaría en la misma cooperativa, ya sea en aceite o en algún jamón si la venta iba muy bien. Me han comunicado que el Presidente se ha opuesto. La razón no la he entendido bien, así que le invito a que la exponga aquí, él o alguien de la cooperativa.
Como invité a los foreros de la cooperativa a vernos esos días, lamentablemente tengo que anular las citas.
NOTA.- Una revista de agricultura quiere publicar mi escrito. Juan Caro