Olvera - Cadiz

Voy a narrar próximamente unos episodios en los que, sólo y sin ayuda de nadie, sorteando complejas adversidades, puse a prueba mi valor y astucia venciendo formidables obstáculos. Vereis cómo logré burlar a dos de las más importantes instituciones de la ciudad. Juan Caro

Primer martes de Abril. Un secreto temor me hace despertar algo más temprano de lo habitual. Mientras desayuno una cierta sensación de angustia sobre mi próximo futuro me acelera el corazón; "calma Juan", me digo a mi mismo haciendo acopio de valor. Miro por la terraza y está nublado. Hacia la siete y media salgo y me dirijo hacia el coche, aparcado a unos cien metros; una voz de la conciencia me dice "¿Y si lo poapusiera?, porque ir a Olvera lloviendo..." Le respodo que ya lo hice ayer. Al llegar al coche ya es un girigay (No somos uno solo, sino que somos múltiples yoes sobre los que la voluntad cuando va actuar impone su criterio y los unifica). Cuando llegué al coche les dije "O voy a Olvera para cumplir tan arrojada misión o no voy, pero lo que no voy a hacer es ir a medias. Tengo que ir al 100% de las potencialidades, Así que tú, "yo cobardica" punto en boca hasta la vuelta (la cobardía puede ser tan gruesa que el "yo directivo" no puede con él. En "La corona de hierba" Mc Cullough nos cuenta el dramático caso de un tribuno hijo de un importante Patricio cuando se acercaba la acción le afectaba un temblor que no podía dominar hasta paralizarlo. En Helvetia cuando estaba con su Legión en un valle el Primer Pilum tomó una decisión absolutamente inusual en el ejército romano: Al dirigirse al Tribuno que los enemigos estaban ocupando todas las alturas y que pronto cerrarían todas las entradas al valle, se encontró al tribuno paralizado, incapaz de pronunciar palabra. A sabiendas de que podía ser acusado de rebelión militar y con ello a la muerte, tomó el mando de la Legión y ordenando a cuatro legionarios que llevaran al Tribuno como en parihuelas (Hay una segunda versión que omito) organizó la retirada. Por esto obtuvo la Corona de Hierbas, la condecoración más apreciada por las madres y esposas de Roma). El yo juerguista sugirió lo que se espera de él "¿y si nos volvemos a jugar con el ordenador o a la cama?" (Nietsche nos habla en "Verdad y mentira en sentido extramoral" del "yo juerguista" y el "yo racional" que están siempre discutiendo y, obligatoriamente, siempre juntos, comom siameses. Mientras que el "yo juerguista" lo único que entiende y quiere es "pasarlo bien ahora" y desconoce el concepto "consecuencias" y no para de buscar motivos que produzcan risa, el "yo racional" carece de humor, sólo mira el presente como una proyección hacia el futuro. Un ejemplo de esta discusión permanente es la del estudiante que tiene que preparar el examen del día siguiente o irse a ver su progama favorito de tele que empieza en unos minutos. El botellón y los planes de pensiones nos hablan del dominio de uno y otro). "A la vuelta jugaremos al Vae Victis".
Y así fue como pasadas las siete y media emprendí el viaje a Olvera.
Aleas jacta est, me dije. Juan Caro

Comenzado el trayecto, lamentá no haberme abastecido de suficiente música para el camino; a medida que se acortaban los kilómetros crecía mi inquietud.
Cuando tomé la desviación a Olvera apagué la radio. Mentalmente recrrí mi plan tan ardilosamente preparado. A la altura del castillo encontré aparcamiento. Sé que un corto paseo ayuda a rebajar la tensión. Al cerrar el coche, la esbelta y ciclópea figura del castillo, mas alto y defendible por la naturaleza que por la acción del hombre, se irguió ante mí. ¿Dónde crees que vas, capullo?, parecía decirme. ¿Qué me depararía la próxima hora? ¿Lograría burlar la espesa masa formada por los funcionarios municipales?
Por investigaciones anteriores sabía donde estaba la Concejalía de Fomento. A ella me dirigí con determinación. Dos mujeres ocupaban sendas mesas.
"¿Quien es la de Fomento?" "Yo", salió una voz de la mesa de mi derecha. "He hecho un estudio de investigación sobre la agricultura andaluza en el que cito a Olvera. Si le interesa puede sacar una copia", dije mostrándole lo principal del Informe. "Bueno, vaya a información y que le den registro de entrada". Lo temía, pero estaba preparado; "no es necesarío..." sugerí timidamente; "Es mejor, vaya Vd".
...
Al divisar al funcionario secumplieron mis temores. Semblane relajado, típico de los que hacen dos horas diarias de yoga y de los funcionarios andaluces...(Lo dejo aquí. Otras tareas me llaman)Juan Caro

... Si alguien le hubiera informado que el hecho de estar allí era el de servir lo mejor posible a los ciudadanos en sus cuitas, la imagen del asombro recorrería su rostro desde la frente al mentón. Él tenía allí su "colocación" (Esta es el más entrañable deseo de tantos españoles en general y y andaluces en particular desde mediados del s. XIX. La expresión más hermosa que he encontradode este sueño ocurrió en un pueblo de Almería en la República, cuando un hijo del pueblo que había sido nombradoMinistro iba a diriguirse a sus paisanos desde elbalcón del Ayuntamiento. Una voz salió del gentío gritando, "¡Pepe! ¡colócanos a tós!", que fueron coreadas por un nutrido aplauso).
Cautelosamente me acerqué y dije "¡Buenos días! La concejala de Fomento me ha dicho que saque Vd. una fotocopia de este documento y le dé registro de entrada".
Ambos acontecimientos me ocurrieron en otro pueblo gaditano cuando pregunté por la funcionaria de Urbanismo: "Ha salido a desayunar", me contestaron contada naturalidad; "¿Cuando vuelve?" "No lo sé" me respondieron con la misma naturalidad. "Pero aproximadamente... habrá un muestreo estadístico" "es que no lo sabemos, porque va a desayunar a su casa, en las afueras, y ya de paso hace la compra y, a veces, el almuerzo".
Creyó con su negativs s mover el culo el funcionario que me había ganado la partida pero, prevenido ante este evento, introduje con leve sonrisa de satisfacción mi mano en el bolsillo derecho y saqué un ligero adminículo, "El informe está en este pendrive. Sólo tiene que introducirlo en el ordenador que tiene delante, copiarlo y eso servirá".
Su respuesta "Yo no he hecho la carrera de informática y no voy a coger eso".
Como si un boxeador me hubiera soltado un derechazo en el plexo solar todo mi ser se descompuso. Derrotado, con paso vacilante me dirigí a la salida. Como última esperanza, me volví a mirar los funcionarios que no estaban de bares, pero no hubo intercambio de miradas; sólo pude constatar la eficacia de la educación del sentido de la vista (de los cinco sentidos, sólo el olfato tiene acceso directo a las raíces del cerebro; los demás han sufrido una educación selectiva). Habían aprendido a mirar con los ojos bajos, de tal manera que sólo ven a otros funcionarios sentados. Comprendí que implorar socorro sería inutil.
Salí. Iba al bar Pepe Raya, pero estaba cerrado. Juan Caro

Voy a narrar próximamente unos episodios en los que, sólo y sin ayuda de nadie, sorteando complejas adversidades, puse a prueba mi valor y astucia venciendo formidables obstáculos. Vereis cómo logré burlar a dos de las más importantes instituciones de la ciudad. Juan Caro

...Llegué al mostrador del bar de los jubilados."Maestro, ¿está Vd. bien?"; el camarero se había dirigido a mí diciendo qué deseaba, pero no lo había oido."Perdone, deme un zumo de tomate o de lo que sea". ¿Cuándo nos viene el desánimo? Cuando no logramos los objetivos, obviamente (Pero con frecuencia nos proponemos objetivos insensatos; ¿Cuándo son insensatos? Pueden serlo objetivamente, es decir, para cualquier persona que lo fije, pero pueden serlo subjetivamente, que una persona no reúna las características suficientes para aquello que pretende, con lo que entramos en el mundo de las neurosis, que es la forma más expandida de sufrimiento evitable de la cultura occidental. Si hay interesados, me ofrezco a dar una conferencia sobre el tema). Me convencí de que el objetivo era posible, y no un resultado de la Hybris (o Hibris,concepto que toma el nombre de la madre de Pan y amante de Júpiter. Hay que ver estos dioses griegos con sus amantes y otros vicios),la desmesura en la cultura clásica.
Me armé de valor y volví al ayuntamiento. Ya tenía un nuevo plan. Entré y subí las escaleras como personaje con aplomo y ciega confianza en mí mismo. Me acerqué al despacho de una funcionaria eficiente que conocía, empuñé el objeto informático y con seguridad le dije después del saludo, "Es un proyecto sobre agricultura, saca una copia del plan, sin los apartados de los complementos y, por favor, luego lo trasladas al ordenador de Fernando". Refiriéndome con nombre tan familiar al alcalde, le daba a pensar en la posibilidad que tomábamos café juntos, cosa que nunca había ocurrido, pero ella no lo podía saber. Instantes des pués me lo devolvió diciendo "ya está".
No tenía registro de entrada ni estaban los complementos, PERO HABÍA LOGRADO INTRODUCIR MI ESTUDIO EN LAS ENTRAÑAS DE LA BUROCRACIA MUNICIPAL.
Cumplido mi primer objetivo, me dirijí a Nustra Señora de los Remedios dispuesto a luchar esforzadamente por mi segunda misión en tierras de tantas peñas.
Y ¿Cual era? Nada menos que sacar 80 Kilos de garbanzos de la profundidad de sus almacenes para que se lo comieran los malagueños. ¿Alguno cree que es fácil? Pues ya había fracasado en dos intentonas. A ver si a la tercera sería exitosa. Juan Caro

Antecedentes.- Estando un día comprando aceite en la tienda, E., un trabajador eficiente de la cooperativa me dice "Juan, mira qué buenos garbanzos (Mientras me enseñaba una bolsa de 5 Ks.); llévate unas bolsas y los probais en Málaga" (analicemos este acto: E. no tenía la obligación de hacerme esa propaganda. Es más, la concepción del trabajo que tienen muchos empleados allí es la del jornalero o guardián de una obra; van a "cumplir". ¿Qué tengo que hacer? "esto". pues eso hacen, pero ni una mijita más. Eso en el mejor de los casos. ¿Y porqué?, E. estaba actuando por propia iniciativa para buscar un mercado a un producto. PUES RESULTA QUE ESA ACTIVIDAD ES DE LAS MÁS IMPORTANTES EN UNA EMPRESA, pero la brutal estructura empresarial de Los Remedios eso no lo contempla. Dentro de esta lógica, E. para otros empleados puede ser considerado como un "pringao".En caso de éxito, E. no va a ser recompensado, ni siquiera felicitado, como así ocurrió). Dí a probarlos garbanzos a los socios, tuvo éxito el test, llamé a la cooperativa, "¿con quien tengo que hablar para que me manden 80 ks. a Málaga?" "Le pongo con A." "Quiero 80 ks. a esta dirección, le facilito mi móvil, pagaré al recibir la mercancía" "De acuerdo".
Hay una mercancía que cuando me la piden de cualquier lugar de Andalucía (Olvera es uno de esos lugares) llamo a una oficina de Madrid y a veces al día siguiente el cliente ya la tiene. El que pasara un día y no tuviera los garbanzos no me extrañó. al segundo día ya todos han recibido la mercancía. "Bueno, dije, es posible que en alguna circunstancia haya tardado yo tres días"
A las tres semanas fui a Olvera a presentar una queja al gerente. Llamó a A., repetí mi queja y añadí "ni siquiera han tenido vds. la decencia y añadiría la educación de al menos llamarme y decirme que no me lo iban a servir" Perdonen pero no continúo narrando. Sólo añadir que aquellos dos señores de ninguna manera contemplaban mandarme los garbanzos.
Y así fracasó el primer intento. Juan Caro

que pesaito eres Juan Caro, en vez de reirte de los funcionarios olvereños, ¿por qué no te vas con tus ideas a otro pueblo? otra pregunta, ¿que es lo que tiene Olvera que tanto te atrae? alomejor es que aqui te dejan tranquilo, y en otro pueblo directamente te dan la patada

Si quieres que te responda deja de ponerte apodo, te presentas como una persona y hablamos. Pero te hago una pregunta, ¿Me río de los funcionarios de Olvera o lloro por mi tierra?. Juan Caro

Segundo intento.- Urdí una estratagema, me puse en contacto telefónico con C., uno de los trabajadores de la cooperativa de los Remedios que trabaja en la tienda. Le pedí que se informara del coste de 80 ks. de garbanzos y me indicara una cuenta en la que ingresar el importe y el tema del transporte ya lo resolveríamos. "Me parece muy bien, voy a pedir permiso al gerente" (¡"Huy!", me dije, pero había notado un entusiasmo en la voz, un deseo de colaborar que a lo mejor convencía al gerente y accedía aunque fuese por darle una alegría a un empleado). Por supuesto no fue así y C., con desilusión me respondió que le había dicho que ese no era su cometido. El responsable de vender fuera era el Sr. A., al que supongo que sería reconducido el pedido que era como tirarlo a una cloaca. El segundo intento había fracasado. ¿Analizamos el porqué? Vamos a ello:
Con el pretexto de ver a alguien que tiene su mesa al fondo de la oficina, observé la disposición de los empleados y deduje la organización empresarial. Correspondía al enunciado por Weber en 1911; seguramente el técnico agrícola que diseñó la cooperativa en su día,que seguramente de plagas, podas e insecticidas estaba al día, esa cosa menor de la organización de la empresa había cogido un manual y había escogido el modelo piramidal de Weber porque era fácil de entender (y quizás de explicar). Y tanto que era fácil de entender, como que estaba copiado a su vez de la organización del ejército prusiano, y el agrónomo, el gerente y demás habían hecho la mili. "Tú eres como el comandante (la cúspide de la pirámide), debajo los capitanes (sin relacionarse entre ellos), uno de contabilidad, otro de inputs, otro de la tienda, después los tenientes y al final los soldados. Cada cual con su cometido linealmente establecido y, por supuesto con la única relación con su superior jerárquico para recibir órdenes o aclaraciones, y con sus inferiores para transmitirlas. ¿Y de pensar quien se encarga? Nadie. Porque así viene en las ordenanzas del ejército prusiano.Gracias a los que me leen. Juan Caro

Y llegamos al día de autos. Terminado la acción del Ayuntamiento me dirigí a la Oficina de la cooperativa. Le dije al gerente que un proyecto que tenía que podía sacarle una copia; sacamos una copia sin problemas, y a continuación le pregunté por la negativa a venderme los garbanzos. Acompañando sus palabras con el expresivo gesto de reclinarse sobre su asiento y haciendo un arco con el brazo izquierdo me dijo que los costes de transportes eran tan tremendo que no era factible la transacción. Durante unos segundos no sabía si era en broma, pero cuando advertí la seriedad de la afirmación le iba a replicar que desde la política seguida por Fernando VI las vías de comunicación en España habían mejorado notablemente; también pensé decir que la ciencia empieza cuando empieza el cuanto y me dijera cuanto era. Pero percibí que sería inútil y lo mejor sería emprender el plan previsto.
Ya en la tienda, les dije a E. y C. que había dejado un estudio sobre la agricultura andaluza y citaba la cooperativa, que había dejado una copia y que seguramente el Presidente ordenaría repartir una copia para cada empleado para que la estudiaran y que después de Semana Santa se convocaría una reunión y el que aportara alguna idea que mejorara la eficiencia de la empresa sería gratificado (las ideas tendrían o no que ver con el estudio, este era el pretexto); la luz que apareció en sus rostros, al creer que podían expresar todas esas pequeñas ideas que los años de prácticas habían producido en sus mentes (por ejemplo, qué protocolos se han seguido para comprar los motores de agua, ¿es posible que sean más baratos en otros establecimientos; los cuchillos, ¿se compran los mejores del mercado o los que traen los viajantes?). Me ocupé enseguida de desilusionarlos, de decirles que el funcionamiento de la empresa seguiría bajo las garras de las Ordenanzas prusianas, que mi trabajo no sería tomado en cuenta para nada ni sus opiniones e ideas tampoco. (En una empresa las ideas que contribuyan a mejorarla es de lo que más valor tiene; por lógica el trabajador sabe mucho sobre la tarea concreta que realiza, hasta el punto que Honda, por ejemplo, se detenía a hablar con algún tornero o cualquier trabajador de la cadena porque opinaba que sobre las piezas que hacían sabían más que un ingeniero. Les aseguro que a Honda (sí, el de las motos) no le gustaba perder el tiempo. Es norma en muchas empresas japonesas reunirse por departamentos al final de la jornada para ver en qué pueden mejorar; estas reuniones no tienen horario, duran mientras alguien tiene algo que decir. Si alguien tiene noticias de algo así en una empresa andaluza, aunque sea una vez a la semana o al mes, por favor que me lo diga).
Sin embargo, sería injusto decir que esta estructura empresarial no ha conseguido ningún objetivo. Al menos uno: Ha logrado mantener estable el precio del aceite de oliva en los últimos diez años (bromas aparte, con la ayuda de las mil cooperativas aceiteras (¡Toma ya número, para situarse en el competitivo s. XXI, cuando hasta los bancos no paran de fusionarse) y la inestimable colaboración del Estado). ¡Y no como otros sectores!, como el petróleo, que aprovechan cualquier pretexto, como la inestabilidad en Libia para volver a subir el precio, como si Rusia, Noruega, Méjico, Venezuela, Ecuador, Nigeria, Angola, Arabia, Irán etc no exportaran petroleo. O no digamos la electricidad en España, que nuestro por todos tan querido Ministro Sebastián nos anunció que la subida del 10% era inevitable. Pero esto de la luz merece ya un punto y aparte. Juan Caro

...¿alguien ha intentado leer el memorámdum de las compañías eléctricas para justificar la subida de la luz? Supongo que no, pero no lo aconsejo, porque yo me rendí antes de la mitad. Viendo la descansada cara del Ministro, si lo leyó lo haría como aquel ruso que se "leyó" las obras completas de Lenín (con perdón para los comunistas, vaya personaje inculto); extrañado el bibliotecario de la rapidez, ya que se llevaba un tomo y al día siguiente volvía por otro,le preguntó al ávido lector cómo se las arreglaba para leer con tanta rapidez, "me han dicho que lo importante está en letra cursiva, y yo sólo leo esas palabras". Es como introducirse en una selva, donde los autores en vez de aclarar lo que hacen es enrevesarlo con enigmas que los de Turandot resultan infantiles. Una macrounidad producida por centrales nucleares logré deducir, quizás por un fallo del sistema, que su precio de coste en principio era de 9,2 €, pero luego iban sumando complementos, entre ellos (y por brevedad me quedo en esto) los complementos para las pensiones de los ejecutivos. Pero que quede oscuro, no te ponen claramente una partida que se llamé así o algo parecido, sino que con distintas denominaciones te van soltando partidas de tal manera que cuando sumé el individuo tenía una pensión que le permitía desayunar caviar todos los días, almorzar en restaurantes de cuatro tenedores y dar unas dotes a sus hijas que ya era razón poderosa para casarse. Coste final de la energía nuclear: 42 € y pico.
¿Y cómo funciona? Por un procedimiento inventado cuando Aznar que en realidad no es malo, sino fuera por esa caterva de canallas que nos chupa la sangre y por su naturaleza vampírica nunca tienen suficiente. Se hace una subasta (el "rastrillo") entre oferentes y demandantes de energía; pero oferentes y demandantes son los mismos; se fija un precio de coste o de salida (el descrito más arriba) por las compañías eléctricas, ellas van como demandantes, las aceptan y establecen el precio, en base al cual se establece la tarifa al usuario. Y como los costes han subido un 10% (desde luego, en la nuclear imposible), se sube el precio final.
Figuraos ahora que el ministerio responsable de la agricultura fija un precio de coste para el aceite. Para qué voy a seguir.
Pero, ¿Y si fuera posible una revolución energética en Olvera?
...Me fui a la tienda, compré una bolsa de cacahuetes y al llegar a caja le dije a R. dando la bolsa "y de paso me cobras 80 ks. de garbanzos, los recogeré en el almacén". Ya en el almacén le entregué la nota al empleado, "¡80 ks.! ¿para qué quiere Vd. tantos garbanzos? Con esto tiene bastante pa hartá de cocio a tos los torreños". Me alarmé. ¿Y si tuviera instrucciones de la kafkiana Oficina sobre cualquier anormalidad?. Mi alarma subió cuando miró la matrícula, "¿Usted que es, de Málaga?" A pesar de que mi coche está en plena juventud, pues cumple los 15 años el mes que viene, tiene el MA de Málaga. Tenía que invertar algo para cambiar su línea de pensamiento. "¿A que no sabe Vd. lo primero que hace un malagueño cuando el Málaga ha ganao la liga?" "Pues no sé; como allí hay playa pues irse a la playa a celebrarlo..." "¡Qué va, hombre! ¡Apagar la play station, Ja, ja!" le dije dándole un golpe en la espalda. Al poco tiempo tenía los garbanzos en el coche. Al llegar a la puerta, me bajé y me asomé a ver si estaba A. o cualquier otro de guardia para impedir alguna venta. Rápidamente volví al coche y salí a escape de Olvera con mi cargamento de garbanzos dispuesto a sufrir los enormes costes de transporte.
Y ASÍ FUE COMO ¡YO!, ¡JUAN CARO! ¡¡SÓLO!! ¡¡¡Y SIN AYUDA DE NADIE!!!, EN UNA ÚNICA JORNADA LOGRÉ INTRODUCIR UN INFORME EN EL AYUNTAMIENTO Y COMPRAR 80 KILOS DE GARBANZOS EN OLVERA.
Juan Caro

Corrección.- Falta un párrafo en esta entrada:
. Si alguien le hubiera informado que el hecho de estar allí era el de servir lo mejor posible a los ciudadanos en sus cuitas, la imagen del asombro recorrería su rostro desde la frente al mentón. Él tenía allí su "colocación" (Esta es el más entrañable deseo de tantos españoles en general y y andaluces en particular desde mediados del s. XIX. La expresión más hermosa que he encontradode este sueño ocurrió en un pueblo de Almería en la República, cuando un hijo del pueblo que había sido nombradoMinistro iba a diriguirse a sus paisanos desde elbalcón del Ayuntamiento. Una voz salió del gentío gritando, "¡Pepe! ¡colócanos a tós!", que fueron coreadas por un nutrido aplauso).
Cautelosamente me acerqué y dije "¡Buenos días! La concejala de Fomento me ha dicho que saque Vd. una fotocopia de este documento y le dé registro de entrada". (AÑADIDO) lOS DOS ELEMENTOS EMBLEMÁTICOS DE NUESTROS FUNCIONARIOS SON LOS DESAYUNOS Y LA EXPRESIÓN "NO LO SÉ"
Ambos acontecimientos me ocurrieron en otro pueblo gaditano cuando pregunté por la funcionaria de Urbanismo: "Ha salido a desayunar", me contestaron contada naturalidad; "¿Cuando vuelve?" "No lo sé" me respondieron con la misma naturalidad. "Pero aproximadamente... habrá un muestreo estadístico" "es que no lo sabemos, porque va a desayunar a su casa, en las afueras, y ya de paso hace la compra y, a veces, el almuerzo".
Creyó con su negativs s mover el culo el funcionario que me había ganado la partida pero, prevenido ante este evento, introduje con leve sonrisa de satisfacción mi mano en el bolsillo derecho y saqué un ligero adminículo, "El informe está en este pendrive. Sólo tiene que introducirlo en el ordenador que tiene delante, copiarlo y eso servirá".
Su respuesta "Yo no he hecho la carrera de informática y no voy a coger eso".
Como si un boxeador me hubiera soltado un derechazo en el plexo solar todo mi ser se descompuso. Derrotado, con paso vacilante me dirigí a la salida. Como última esperanza, me volví a mirar los funcionarios que no estaban de bares, pero no hubo intercambio de miradas; sólo pude constatar la eficacia de la educación del sentido de la vista (de los cinco sentidos, sólo el olfato tiene acceso directo a las raíces del cerebro; los demás han sufrido una educación selectiva). Habían aprendido a mirar con los ojos bajos, de tal manera que sólo ven a otros funcionarios sentados. Comprendí que implorar socorro sería inutil.
Salí. Iba al bar Pepe Raya, pero estaba cerrado. Juan

Pues ya si que escribes, >Juan Caro Aguilar...........Y total, para los que te van a leer con el mismo interés que tu lo escribes, mejor reduces un mucho esos párrafos, de verdad, es un consejo.....