Poesia Manuel TERRIBLE ATRANQUE CHUMBERIL TERRIBLE ATRANQUE CHUMBERIL Mi vecino Juan Sorroche es un noble labrador siempre empapado en sudor pues trabaja a troche y moche. Forma una familia honrada con sus hijos y su esposa y no le inquieta otra cosa más que la banca privada. Pero habéis de saber que sufrió una indigestión pues se pegó un atracón de higos chumbos anteayer. Al no poder salir fuera y verse desesperado presuroso han buscado a una mañosa partera. Esta trabajó a destajo sin lograr el desatasco y con visajes de asco abandonó su trabajo. Y es que la pobre señora desatascarlo no pudo aunque utilizó un embudo durante más de una hora. Buscando una solución a tan grave atascamiento fueron al ayuntamiento fuerzas de la oposición. Familiares, campesinos, taberneros, comerciantes y hasta ciertos maleantes, en fin todos los vecinos. Por su estrema gravedad exigían con insistencia le recibiera en audiencia la primera autoridad. Ante tal concentración pidieron justicia a gritos urgidos por los péritos, salió el alcalde al balcón. No fue muy bien recibido pues se oyeron expresiones de dañinas intenciones con algún que otro silvido. Escuchó serio y pausado mil detalles a porfía y dijo: ya lo sabía estoy muy bien informado. Una ambulancia llamé que al hospital lo llevara costara lo que costara pero al chófer no encontré. Solicité su internado en Seguridad Social, esto funciona muy mal me advirtió un recomendado. Con dolencia tan servera si ingresa por el seguro le aguarda un negro futuro en larga lista de espera. Por los síntomas que ofrece sufre grave indigestión hay que hacer trepanación pues se comió ciento trece. El de la bara altanero recomendó: ciudadanos buscar un buen matasanos o un experto fontanero. Con aire de dictador pero de porte sencillo escupió por el colmillo con gesto provocador. Y se despidió: serranos yo en esto ni voy ni vengo y aunque muy limpias las tengo aquí me lavo las manos. La multitud indignada con murmullo aterrador le llamó falso, traidor al sentirse defraudada. Un presente que me callo tronó con gran bozarrón yo hago la operación en menos que canta un gallo. Y se marchó sonriente como alma que se lleva el viento con gran acompañamiento a la casa del paciente. Este ya muriendo el día con grandes retortijones operadme ya moscones con fuertes gritos pedía. Le dijo el intruso: espera que yo te voy a operar tú ni te vas a enterar soy mejor que la partera. No te debes preocupar puesto que yo soy muy ducho manejo bien el serrucho y la tijera de podar. No tengas pena ni estrés sueña con prados floridos pues de cuatro intervenidos solo se murieron tres. Debe ser grave y sesuso para mejor maniobrar te tienes que desnudar pues yo no me desnudo. Y arrimado a una ventana esxclamó con disimulo este no me ve a mi el culo porque no me da la gana. Mi intervención es segura pues tengo mucha experiencia más por si falla la ciencia que esté presto el señor cura. Entre tanto alguien pedía se preparara una caja y una lujosa mortaja por si acaso se moría. Y si es llegada su hora procedamos con esmero llamando al sepulturero y a la Hermandad de la Aurora. El pueblo también decía: si le aplicaran lavativas hagamosle rogativas rezando el Avemaría. Auxiliado por Clementa matrona de profesión le aplicó sin dilación un taladro del cuarenta. Le operó sin anestesia provisto de mascarilla en habitación sencilla bendecida por la Iglesia. Durante la operación se oyeron gritos feroces y unas dolorosas voces pidiento la Extramaución. Aún con las puertas cerradas no se podía respirar puesto que llegó a soltar unas siete toneladas. Salió de la habitación el doctor improvisado, diciendo con ceño airado terminé la operación. Lo que véis en mí no es barro que aunque estuve muy atento me ensució con su excremento uffff lo que soltó aquel guarro. Mi labor ha terminado con un éxito rotundo pero que se entere todo el mundo y me den el doctorado. Exclamó con rostro serio si el caso se repitiera no ejerceré de partera que se vaya al cementerio. Elogios atronadores sus palabras acogieron y un homenaje rindieron hasta sus progenitores. La matrona pobrecilla también salió manchada pero ella no dijo nada pues fue prudente y sencilla. Hoy protestan las naciones ante tanta desmesura pues se cargó la basura en seis o siete camiones. Después las grandes revistas dieron larga información recogiendo la opinión de cultos ecologistas. La tele con gran derroche dio un noticiario fogoso por eso es ya tan famoso mi vecino Juan Sorroche. Aquí tuvimos la ocasión a la hora de operar haberlo usado de cañón apuntando a Gibraltar y recuperar el Peñón. Manuel Mena |