LA AMAPOLA DE GRAZALEMA

La amapola de Grazalema
La Amapola de Grazalema, de nombre científico Papaver rupifragium, es un endemismo que solo se conoce en el Parque Natural Sierra de Grazalema. Pertenece al mismo género que la amapola vulgar (Papaver rhoeas), observada en cunetas y prados, y que la adormidera (Papaver somniferum), entre las más conocidas.
Esta joya es una planta vivaz que mide de 20 a 50 cm., de consistencia herbácea, cuyo desarrollo vital dura varios años, aunque la parte aérea se seca y prácticamente desaparece durante meses, quedando vivos los órganos subterráneos, para volver a florecer al año siguiente e intentar colonizar sus alrededores.
Es una de las rarezas botánicas que solo se conoce en nuestra sierra y que debemos preservar. El color de sus cuatro pétalos es anaranjado, tal y como apreciamos en la foto, más claro que el rojo intenso de la conocida amapola de nuestros prados. Las hojas son muy suaves y de color verde azulado y el pedícelo que sostiene la flor, fino y alargado, con el fin de curvar hacia abajo cuando las semillas necesiten su dispersión.
La podemos admirar de junio a agosto en la Sierra de Cádiz a partir de unos 900 metros de altitud y concretamente en las sierras del Caíllo, Pinar y Endrinal de forma natural, aunque en el Jardín Botánico de El Bosque también la tenemos de "muestra". La fotografía que aparece fue tomada entre Peralta y los Navazos (Caíllo) a primeros de julio, a unos 1.200 metros, y en ella aparece junto a la roca caliza característica de estas sierras.
Para concluir repetiremos que debemos preservar y respetar esta planta, ya que además de ser un endemismo ocupa una superficie relativamente pequeña en la comarca. Tampoco la vamos a ver ni mucho menos en densidades parecidas a la amapola vulgar en prados o pastizales. Por tanto lo mejor, en caso de encontrarla, es admirarla y dejar que cumpla su ciclo vital.