Cádiz - Cadiz

Señora, después que os vi
paso la vida en quereros,
y lloro en ver cuán ligeros
pasan los años por mí...

Perdonadme, "enmascarado"
si osé iniciar la aventura
de la cual ignoro el fin.
A vuestro nombre, "Cañado",
es debida mi locura.
Ando esparciendo mis dudas
del uno al otro confín.
Pero sabe, con firmeza,
que sólo es a la belleza
a lo que rindo homenaje.
Y es por ello que mi viaje,
aunque eterno y desvariado,
no se convierte en pecado
si os encuentra a vos, un ángel.

Está cayendo la tarde. Miro al mar desde la ventana de mi habitación, y se ve apacible y sin olas. Acaso sea la distancia lo que hace que parezca tan tranquilo. Vivo en lo más alto de la ciudad; El Coto.
Pienso en tu poema y me gusta lo que expresas. La búsqueda de la belleza, y el Amor?
Un beso.

Desde aquí no veo el mar pero lo intuyo...
El olor de las rocas va grabado
a fuego en mi cerebro...
y las nubes me traen el olor de la sal...

Belleza, poesía, ideas...
necesidades
sin las que me pierdo.

¿Y el Amor?
Al amor lo encontré allí...en la playa...
bajo un cielo repleto
de estrellas fugaces...
en unos ojos dulces
que aún me miran...

Y será para siempre.
Yo lo sé.
Lo sabemos los dos.

Opino que lo que se llama belleza, reside únicamente en la sonrisa.

Y también está la belleza en quien provoca la sonrisa. Cañado, ¡GRACIAS!

Amar no esmirarse el uno al otro; esmirar juntos en la misma dirección.

Hoy miro al horizonte desde el profundo sur... Un beso.