Alcalá de los Gazules - Cadiz

Miedo a ser señalados

Miércoles, 20-05-09
El ambiente que el pasado sábado se vivió en la manifestación contra el proyecto de ley del aborto en Alcalá de los Gazules (Cádiz) no fue tan festivo como la organización Derecho a Vivir esperaba, según su experiencia en otras localidades andaluzas. Al menos así lo han expresado los organizadores de Derecho a Vivir, asistentes a la marcha, y que denuncian el miedo generalizado de los alcalainos a ser señalados por mostrar su rechazo a la reforma de la ley.
Antonio Pérez, delegado de la plataforma en la provincia de Cádiz, relata como muchos de los vecinos que firmaron evitaron salir en televisión. «Una vez que desaparecieron los medios de comunicación hubo un continuo trasiego de personas y coches que llegaban preguntando donde había que firmar y se iban. Incluso sin bajarse del coche. La mayoría no se interesaba por el material que entregábamos, sino por el papel donde estampar su firma».
El escenario era muy diferente a las once de la mañana, cuando comenzó la concentración, ya que entonces sólo se acercaron niños y personas mayores del pueblo atraídos por los múltiples regalos que se repartían, además de firmantes provenientes de otros pueblos de la provincia. Sin embargo, para asombro de los organizadores, cuando periodistas y cámaras de televisión abandonaron la zona al término de la manifestación, a las 18 horas, personas de entre 20 y 50 años de edad se acercaron solicitando firmar a favor del Manifiesto por la vida. «La mayoría no querían escribir el nombre de Alcalá, me respondían que lo pusiera yo. «Escríbelo tu mejor», decían», cuenta Antonio Pérez, presente en las mesas de firmas. En este sentido y como ejemplo de las muchas personas que apoyan el derecho a la vida, la organización relata como un camarero de un restaurante cercano se llevó una hoja de firmas y regresó con ella totalmente rellena. «Tenían miedo a ser vistos y por tanto a permanecer más tiempo con nosotros hablando». Algunos contaban que temían «que no les firmaran las próximas peonadas y les dijeran que fueran a firmar otra vez al autobús».
Buzoneo de protesta
Las presiones continuaron después de la concentración. Esa misma noche, representantes de colectivos ciudadanos de Alcalá de los Gazules se dedicaron a echar en los buzones de las casas panfletos en los que manifestaban en nombre de los alcalainos la repulsa a la marcha contra el aborto convocada.
«No podemos admitir que la elección de nuestro pueblo esté determinada por la intolerancia de los que convocan la manifestación, pues con ella pretenden impedir que otros, en el ejercicio de su propia libertad, puedan adoptar libremente una opción personal contemplada por las leyes», recoge el escrito.
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