Zorita - Caceres

tFRASES ORGINALES:

En Madrigalejo:
“Estás más escamado que los peces de la “Enriadera”

Origen de éste dicho: La ENRIADERA es una zona en el curso del río Ruecas a su paso por dicha población, donde se formaba un gran remanso de agua, bajo el puente de la carretera, de poca profundidad, remansos a los que se da el nombre de “tablas”, ya que aún en años de extremada sequía mantienen agua permanentemente. Posiblemente el nombre de “Enriadera” proviene de ser un lugar donde en tiempos pasados se sumergía el lino para su maceración, como primera elaboración para extraer la fibra de esta planta textil.
En estas charcas o tablas existía, antes de la contaminación de sus aguas, debida a la transformación en regadío de sus tierras ribereñas, con vertido de aguas del Guadiana a través de los desagües del canal de Orellana, portadoras de semillas de plantas no autóctonas, que han modificado la vegetación de sus orillas, y de su fauna piscícola de pequeños ejemplares de pardillas y cachuelos que servían de entretenimiento a los pescadores de caña, especialmente jóvenes y niños, que acudían a diario a practicar este deporte o actividad piscatoria, dada su cercanía a la población.
Este constante ajetreo de pequeños y mayores lanzando sus aparejos debidamente cebados, hablando a grandes voces y apaleando no pocas veces el agua con sus cañas, provocaba el alejamiento de los peces al resultar asustados, por lo cual no mordían los engaños. De aquí su desconfianza y recelo, rechazando el cebo ensartado en los anzuelos, haciéndoles huir despavoridos, lo cual dio lugar a la frase a que nos referimos, pronunciada con frecuencia por los pescadores de la tabla de la “Enriadera”.

En Zorita:
“Eres más desconfiado que las cogutas del cordel”

COGUTA : Palabra con la que se denomina vulgarmente en Zorita a la pequeña avecilla cuyo nombre es el de cogujada o (Galerida cristata). CORDEL: Se refiere a una vía pecuaria de las utilizadas hasta no hace muchos años para la trashumancia de ganado entre las provincias secas del Sur: Andalucía y Extremadura; y las más húmedas y frescas de Castilla y León.
Esta vía pecuaria, conocida con el nombre de “Cordel de Merinas”, discurre a escasos metros del casco urbano de la Villa y es por tanto lugar de juegos y entretenimiento de jóvenes y niños que, con sus tirachinas, escopetas de aire comprimido y otra algún arma semejante, disparan contra las cogujadas o “cogutas” que huyen como alma que lleva el diablo tan pronto ven aparecer a cualquier persona portando un palo o algún otro objeto similar en sus manos. Es un ave muy inteligente, fácilmente reconocible por el penacho de plumas que corona su cabeza a especie de moño y de su sagacidad y astucia. Hay bastante literatura sobre su instinto de conservación y, muy concretamente, una fábula titulada “La cogujada y sus polluelos” incluida en la lectura escolar de nuestra infancia.
De aquí que, su recelo y desconfianza, que les lleva a ocultarse entre el follaje o a emprender el vuelo ante el menor signo de alarma, hayan dado lugar a la frase que encabeza estas líneas y que se repite con frecuencia en la Villa para referirse a personas que obran en forma análoga ante sus semejantes.